El Summerhill Festival of Childhood se celebrará en Inglaterra del 5 al 10 de agosto. Hace 100 años nació la escuela revolucionaria que enseña la democracia, fundada por A.S. Neil.
¿Cuál es el estado de la democracia en esta fase oscura de la historia? Con el fracaso de las políticas neoliberales, sumado a la crisis climática, la pandemia y las guerras, la democracia corre grave peligro. Para complicar la situación, las redes sociales llevan a la gente a dejar de hablar, a polarizarse en posiciones rígidas, a dejar de utilizar el debate constructivo como herramienta de crecimiento y de búsqueda de síntesis.
La clase política de los países autodenominados democráticos, actúa a diario en teatros grotescos que recuerdan a los programas de televisión cutres en los que discuten, gritan, hablan por encima del interlocutor. Los programas políticos están injustificadamente ausentes y sólo aparecen pálidos durante el circo de la campaña electoral.
Académicos internacionales, politólogos y sociólogos claman que la democracia debe aprenderse y practicarse desde temprana edad, especialmente en la escuela. No todos saben que afortunadamente hay alguien que tuvo esta idea hace 100 años y que legó una escuela y un método escolar más singular que raro.
Se trata de Alexander Sutherland Neill, un caballero inglés que vivió entre los siglos XIX y XX y que fue un auténtico pionero de la pedagogía democrática y libertaria.
El método Summerhill de A.S. Neil
Neill fundó la escuela en 1921 en Dresden, Alemania, como parte de la Neue Schule internacional. Fue la primera escuela democrática en Europa, probablemente en el mundo. Después de mudarse a Lyme Regis en el sur de Inglaterra en 1923, Neill dio a la escuela el nombre de su nuevo hogar: Summerhill. Nombre que mantuvo cuando en 1927 se mudó nuevamente y de manera permanente a la sede actual en Leiston, Suffolk.
Durante su vida, Neill publicó varios libros sobre su trabajo, incluido «Summerhill School: A New View of Childhood (1960)», que se convirtió en un verdadero éxito de ventas y en un clásico texto de formación para toda una generación. Su método y su escuela sobrevivieron a las dos Guerras Mundiales, la Guerra Fría y la globalización neoliberal. Todo en nombre del bienestar de las niñas y los niños.
¿De qué se trata exactamente? Matías Knust, Director de la Fundación CIFREP y una de las personalidades autorizadas que intervendrán como panelistas en el Summerhill Festival of Childhood nos lo explicó:
“Las niñas y los niños son los protagonistas de su estudio y aprendizaje. Ellos son los que deciden lo que quieren aprender, si quieren ir a clase o prefieren jugar. Todo está relacionado con su bienestar. Pensándolo bien, no tiene mucho sentido ir a la escuela de forma obligatoria. Debemos aprender sobre la vida porque nos gusta, porque queremos mejorar y enriquecernos, no por estar obligados.
Es una forma de «educación libre pero no libertinaje», para citar a Neill. Una educación con límites precisos pero con visiones muy amorosas y empáticas con las niñas y los niños. Es fundamental que la humanidad reciba una educación humanista y no impuesta desde arriba con información y expectativas que son las mismas para todos, cuando en cambio cada individuo tiene intereses diferentes. ¿Cómo podemos hablar de una sociedad democrática si el sistema escolar que forma a los individuos no es democrático? Los niños aprenden a vivir en un sistema que no es democrático como la escuela tradicional. Para poner en práctica una democracia real es imprescindible aprenderla desde niño.
El método es muy práctico: las niñas, los niños y los maestros se reunen diariamente para formar un círculo para discutir lo que quieren aprender, investigar, explorar. Así la democracia se aplica todos los días. El círculo es muy importante, es el símbolo democrático por excelencia, la disposición en la que todos pueden hablar al mismo nivel mirándose a los ojos. La escuela pública es muy diferente, pero afortunadamente si miramos a los países escandinavos la nueva tendencia va en esa dirección, se pone en práctica un trabajo mucho más democrático y participativo”.
Finalmente Matías Knust explicó cómo en Summerhill se presta especial atención al respeto por la naturaleza:
“Se crea en los niños y niñas una fuerte conciencia de tener que cuidar el medio ambiente. Todos deben darse cuenta de que son actores que hacen una contribución significativa al cambio. Esto solo puede suceder a través de una democracia en la que todos los individuos sean importantes y considerados”.
El Summerhill Festival of Childhood
El centenario de la primera escuela democrática se celebrará durante el Summerhill Festival of Childhood, del 5 al 10 de agosto de 2022, en Suffolk, Inglaterra. En el centro de las actividades y debates obviamente estará la infancia, su bienestar, la cultura y el arte.
Es un evento familiar en el corazón de la campiña inglesa, a sólo unos pasos de la escuela. Conferencias con investigadores y académicos de clase mundial, espectáculos, conciertos, talleres que involucrarán a profesionales, padres, niños y niñas durante cinco densos días. La esperanza es que este evento sea una oportunidad para dar a conocer aún más el método de Neill y que nazcan muchas otras escuelas en las que se enseña la democracia.