Nos hemos alegrado mucho en nuestro continente por las elecciones que han tenido lugar en Colombia y que han dado como ganador, al nuevo presidente de este país, Gustavo Petro. Unas elecciones muy apretadas, pero alcanzó el pueblo colombiano a sumar algunos votos más que el candidato que agrupaba a la derecha, del establishment digamos, de la política más conocida de Colombia, quiénes habían gobernado desde hace tantos años.
Para hablar de este tema nos acompaña Juan Carlos Arenas, Director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia. Queremos conocer cómo se despertaron después de este domingo los colombianos, cómo están viviendo esta primera semana de un cambio que se viene pronto y que los debe tener bastante desestabilizados. Gracias por estar con nosotros Juan Carlos.
Buenos días y buenas tardes para el momento en que se escuche el programa. Un gusto estar con ustedes, con Mariano, Stephania y Nelsy.
Sí, efectivamente es un cambio que ya está produciendo algunos efectos significativos, sobre todo porque hay una expectativa muy grande en varios terrenos como la política social. La celebración que se produjo en medio de las comunidades, sobre todo donde ganó con amplitud como las comunidades del pacífico colombiano y algunos sectores de la costa atlántica y también en ciudades importantes, muestra el apoyo que tuvo en esos lugares. También hay que entender que el país quedó dividido en dos.
O sea, ahí hay una parte importante de la gente que acudió a las urnas, que lo hizo para intentar evitar la llegada de un gobierno alternativo al país y ese sector, tanto compuesto por las élites económicas, políticas y culturales también está acompañado de una base ciudadana que se manifestó y que sigue expresando en la vida cotidiana y de manera muy difuminada en el territorio, sus miedos, sus temores y sus aprehensiones frente a lo que pueda hacer el nuevo gobierno. Entonces creo que en el horizonte hay esperanza y miedo, como suele ocurrir en este tipo de procesos de cambio.
Juan Carlos, aquí en Argentina conversábamos con algunos amigos con quienes discutimos la política y hacíamos mención a la polarización de las dos tendencias políticas muy fuertes y con mucha presencia en las calles de los dos lados. Sin embargo, pienso en los colombianos que no acudieron a las urnas, que representaron casi el 40% del electorado, ¿podrán ser seducidos tras la implementación de políticas populares que evidencien un cambio desde la política?
Sí. Yo creo que hay un sector mucho más amplio de ciudadanía, muy significativo de colombianos que no acude a las urnas; aunque estas fueron unas elecciones históricas, con la mayor votación en los últimos 25 años, tal vez incluso más. Esto fue lo que determinó la posibilidad de éxito de Gustavo Petro. Además, el incremento de participación en la Costa y un poco más leve de participación en el Pacífico colombiano, dieron margen favorable al Pacto Histórico que representa Petro.
Experiencias de América Latina han demostrado que los gobiernos progresistas efectivamente se esfuerzan por incorporar sectores que no han sido tradicionalmente incluidos en los beneficios del desarrollo de la acumulación de riqueza. No obstante, eso no siempre se traduce en favorabilidad posterior, en términos gubernamentales para las poblaciones rezagadas.
Otro tema muy importante es la elasticidad de las expectativas que va existir para que se pueda implementar una política de cambio en todos los terrenos, sobre todo en el terreno económico, ya que allí es donde se activa el análisis político tradicional de los teóricos, de la política y de la economía, de votar con los pies, es decir ese eufemismo que se utiliza para causar nerviosismo en los mercados.
Las dificultades de ese camino a recorrer es el comentario que nos viene a todos. ¡Qué bárbaro, la que le espera! Me acuerdo de cuando ganó Xiomara Castro en Honduras, hicimos una entrevista, y el entrevistado nos dijo que estaban todos muy contentos, pero es como ganarse la rifa del tigre. Entonces, allí ¿cómo logras todo lo que le has ofrecido a la gente? pero solemos imaginar como tú bien dices Carlos, que las expectativas son de un día para otro. Mientras escuchaba lo siguiente, yo no sé si esto es una pregunta o es algo que quiero poner aquí en la mesa, porque tú dijiste que estamos divididos entre la esperanza y el miedo ¿Qué es lo que opera en esta conciencia social que hace que el miedo le gane al miedo de que nos sigamos matando? ¿Por qué le tenemos más miedo a una posibilidad de cambiar como sociedad que a seguir matándonos?
Esa es una pregunta muy difícil y que está como inscrita en esa antropología política de la dominación, pero yo creo que hay un factor que, al menos en el caso colombiano funciona muy bien, y es que yo creo que hubo una estructura de construcción de una mentalidad, de un relato anti izquierda muy anclado con una larga experiencia de facciones armadas muy degradadas por parte de sectores de ejércitos, tanto de derecha como de izquierda.
No obstante, la izquierda armada ha cargado con un lastre brutal del destino, como si estuviese envenenado o ensangrentado. Esto ha llevado a una construcción cultural que no discierne los ejercicios de violencia de lado y lado, que no juzga del mismo modo los ejercicios de violencia de ambos lados. Y es necesario resaltar que estos constructos sociales han estado mediados por los medios de comunicación que han reforzado estas ideas de cultura política del miedo hacia la izquierda, independientemente si hace política institucionalmente es vista como armada y terrorista.
Y yo creo que desde 1998, después de que empezó el Plan Colombia como estrategia militar estuvo acompañado también de la construcción del enemigo, de manera sistemática, ordenada, continua y que incluso no se desmontó ni siquiera con el Acuerdo de Paz, firmado en la Habana, Cuba en 2016.
Entonces fíjense ustedes, son 20 años dándole a la historia y a la idea de que todo tipo de acciones armadas de los ejércitos que se habían alzado en armas para resistir o para oponerse a un régimen político está maldito y junto con este los sectores de la izquierda, que incluso que han respetado la institucionalidad o son más apegados a esta, en comparación con algunos sectores de la derecha. Con este tipo de tácticas han buscado el asesinato de líderes de la izquierda, representantes de políticas alternativas en los territorios, como una justificación en medio del combate contra el enemigo.
Hablabas de los retos que va a tener este nuevo gobierno, nos queda poco tiempo, pero si nos pudieras dar algunas líneas de por dónde te parece que son las prioridades o por donde va a tener que ir.
Este gobierno en su nueva andadura, como ya se anticipa dentro de dos meses, tiene una serie de retos fundamentales, uno de corto plazo y otros como para desarrollar en el cuatrienio. En el corto plazo, yo creo que tiene que empezar a mandar señales de tal manera que pueda estabilizar un poco las expectativas de todo el mercado; a pesar de que sepa que hay un fantasma que se activa de manera muy utilitaria a favor de la gente que ha tenido más poder. Sin embargo, no se sabe que eso tiene efectos de largo plazo y que termina castigando a toda la población, independientemente del origen. Allí es donde se origina el miedo y la desfinanciación, por ejemplo, del Estado si hay una fuga de capitales muy alto.Entonces hay una primera cosa que tiene que hacer es armar un equipo de gobierno que genere cierta tranquilidad a muchos sectores del establishment La otra de muy corto plazo para el equipo de gobierno de Gustavo Petro es pensar cómo va a afrontar la emergencia económica y social que sigue siendo brutal y que se ha agudizado, tremendamente, en esos territorios donde se votó mayoritariamente por él.
Y en las ciudades, en los sectores más empobrecidos de estas hay bastante expectativa, lo que debe llevarlo a pensar en políticas de choque para atender situaciones urgentes, pero para ello va a necesitar recursos fiscales, que pueden favorecerlo por el incremento del precio del petróleo; aunque va a quedar atado porque el presupuesto va a quedar planteado por el gobierno actual, y eso lo deja sin gran margen de maniobra.
Entonces, el gobierno de Petro va a tener un regalo que es el tigre o un regalo envenenado y en ese margen le va a tocar los tres primeros meses moverse para apagar el incendio en la economía y la sociedad.
Y el tercer elemento es el tema de la paz. Ahí está agrupada una gran parte de la población que votó por Gustavo Petro. En este tercer ámbito será donde tendrá más posibilidades para concretar la implementación total del Acuerdo firmado con las FARC, y una posible negociación con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), después de las declaraciones que hizo el grupo armado. Finalmente hay que reconocer que serían unas negociaciones difíciles, ya que es una realidad absolutamente distintas, tanto en términos morfológicos como ideológicos de respecto a las FARC. Lo cual implica que el gobierno tendrá que dar gran parte de su tiempo a este tema para poder desactivar otro ejército que tiene gran capacidad de daño en el país, y generar un acuerdo exitoso.
Agradecemos a Juan Carlos por acompañarnos en el programa para analizar sobre este tema latente que no solo compete a Colombia, sino que implica unos cambios geopolíticos importantes.