La Corte Suprema de Estados Unidos, de mayoría conservadora, ratificó por seis votos a favor y tres en contra una ley del estado de Mississippi, respaldada por sectores republicanos, que prohíbe el aborto después de las quince semanas de gestación. Además, anuló el fallo Roe contra Wade por cinco votos contra cuatro. El presidente de la Corte, el juez John Roberts, apoyo la ratificación de la ley de Mississippi pero no la anulación del derecho al aborto. Nueve estados ya prohibieron el aborto desde el viernes 24 de junio y se espera que otros 17 lo hagan en breve. Conversamos con Michele Goodwin, rectora de la Universidad de California y profesora de derecho en la Escuela Irvin de Derecho, cuyo reciente artículo para el periódico The New York Times se titula “No, juez Alito, la justicia reproductiva sí está en la Constitución”.

El pasado viernes 24 de junio la Corte Suprema de EE.UU. emitió, tras una gran expectativa, la resolución que anula el histórico fallo del caso Roe contra Wade que determinó el derecho constitucional al aborto hace unos 50 años. El tribunal, de mayoría conservadora, ratificó por seis votos a favor y tres en contra una ley de Mississippi respaldada por los republicanos que prohíbe el aborto después de 15 semanas de embarazo, mientras que la revocación del caso Roe obtuvo cinco votos a favor y cuatro en contra. El presidente de la Corte Suprema, el juez conservador John Roberts, apoyó la defensa de la ley de Mississippi pero no la revocación del caso Roe. Nueve estados ya han prohibido el aborto desde dicha revocación y se espera que otros 17 hagan lo mismo pronto.

En su justificación del fallo mayoritario, el juez Samuel Alito escribió: “Es hora de prestar atención a la Constitución y devolver el tema del aborto a los representantes elegidos por el pueblo”.

En su escrito de disenso, los tres jueces liberales del tribunal afirmaron: “Con tristeza, por esta Corte, pero aún más por los muchos millones de mujeres estadounidenses que hoy han perdido una protección constitucional fundamental, disentimos”.

El juez conservador Clarence Thomas falló a favor de la mayoría, pero, con una opinión concurrente, argumentó que otros fallos históricos sobre los derechos de los homosexuales y el derecho a la anticoncepción también deberían ser revocados.

En respuesta al fallo de la corte miles de personas se manifestaron en todo EE.UU. durante el fin de semana. Muchos manifestantes fueron objeto de arrestos y violencia policial en Los Ángeles y Carolina del Sur.

Manifestante: ¡Esta Corte Suprema piensa que puede imponer en el país una ley que la mayoría de sus habitantes no apoyan y que revocará los derechos humanos fundamentales de más de la mitad de las personas que viven aquí! ¡Estoy furiosa!

Amy Goodman: –El viernes 24 de junio, en estados con prohibiciones al aborto ya vigentes, muchas clínicas dejaron de ofrecer servicios de aborto inmediatamente y dijeron que era la mejor manera de proteger al personal y a sus pacientes dada la incertidumbre legal. Muchos proveedores cancelaron sus citas e instaron a sus pacientes a buscar ayuda en otro lugar.

Entretanto, activistas por los derechos reproductivos se están movilizando para ayudar a pacientes con sus viajes y otros gastos.

Esta es Renee Bracey Sherman, directora ejecutiva de la organización We Testify, hablando en una manifestación el pasado fin de semana.

Renee Bracey Sherman: –También va a ser crucial que se movilicen en cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve meses, cuando arresten a alguien porque su bebé nació muerto o porque tuvo un aborto espontáneo o por realizarse un aborto por su cuenta.

–En nuestro próximo segmento iremos a Misuri, que se convirtió en el primer estado en promulgar su “ley de activación” después del fallo de la corte. Esta es la congresista demócrata del estado de Misuri Cori Bush, respondiendo al fallo de la Corte Suprema.

Cori Bush: Cuarenta y nueve años… discúlpenme… 49 años y lo acaban de anular. […] Treinta y seis millones de personas se verán afectadas y nos dicen “ni modo”. Treinta y seis millones de personas, “ni modo”. Treinta y seis millones de personas. Es una Corte Suprema extremista, de extrema derecha, que está tomando una decisión que afecta a otras personas, que afecta a sus vidas, cuando sabemos que la principal causa de muerte entre las mujeres negras antes de 1973 era la septicemia, producto de abortos realizados en condiciones inseguras. Y ahora dicen: “Está bien que volvamos a ese punto. Vamos a enviarles de vuelta a esos tiempos”, a sabiendas de que ya hay gente sufriendo, y que esos servicios son necesarios, son servicios de salud. Es como la salud mental. Es como ir al médico para recibir atención por una enfermedad cardiaca o por un dolor de muelas. Son servicios de salud.

–En el pasado, la congresista Bush reveló que fue violada y se realizó un aborto cuando era adolescente.

El presidente Biden criticó el fallo del viernes y prometió proteger el acceso a píldoras abortivas y anticonceptivos. Por otro lado, la senadora demócrata Elizabeth Warren y otros 25 senadores escribieron una carta a Biden en la que lo instan a abrir enclaves de propiedad federal en estados republicanos para instalar clínicas que practiquen abortos. Esta es la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez en entrevista con el programa Meet the Press de la cadena NBC.

bq . Ocasio-Cortez: –Creo que tanto el presidente como el Partido Demócrata deben asimilar que esto no es solo una crisis del caso Roe, esto es una crisis de nuestra democracia. La Corte Suprema se ha sobrepasado dramáticamente en su autoridad.

–Para hablar más sobre el tema tenemos dos invitadas. Desde Filadelfia nos acompaña Kathryn “Kitty” Kolbert, cofundadora del Centro para los Derechos Reproductivos y abogada que argumentó el caso histórico de Planned Parenthood contra Casey ante la Corte Suprema en 1992, que ratificó el fallo Roe contra Wade. Es coautora del libro “El control sobre las mujeres: qué debemos hacer para salvar la libertad reproductiva”.

También nos acompaña Michele Goodwin, profesora de derecho en la Facultad de Derecho de Irvine de la Universidad de California, presentadora del podcast On the Issues with Michele Goodwin de la revista Ms. y autora del libro “El control sobre el útero: mujeres invisibles y la criminalización de la maternidad”. Su nuevo artículo para el periódico The New York Times se titula “No, juez Alito, la justicia reproductiva sí está en la Constitución”.

Les damos la bienvenida a las dos a Democracy Now! Profesora Goodwin, empecemos por usted. ¿Cómo responde al dictamen de la Corte Suprema que anula el fallo de Roe contra Wade después de casi 50 años?

Michele Goodwin: –Bueno, es un placer estar de vuelta, Amy, en este programa.

La decisión, al igual que el borrador filtrado, tiene muchos errores y omisiones. Hace una lectura selectiva, o incluso oportunista, de la historia de EE.UU. No se centra… en todo su pretendido originalismo, en todo su pretendido textualismo, curiosamente ignora la 13.ª enmienda de la Constitución. Incluso ignora la primera frase de la 14.ª enmienda.

Y de eso habla mi artículo en The New York Times. Cuando el Congreso abolió, mediante la ratificación de la 13.ª enmienda, la esclavitud y la servidumbre involuntaria, no lo estaba aboliendo solo para los hombres negros. Ellos entendieron muy bien que la servidumbre involuntaria, para las mujeres negras en Estados Unidos, significaba agresiones sexuales involuntarias y violaciones y los embarazos consiguientes, ya que las mujeres negras eran obligadas a trabajar no solo en los campos, sino también bajo el peso de un tipo diferente de cadenas esclavistas, como eran la subordinación sexual y la procreación.

Esto era algo bien conocido. Los abolicionistas del Congreso que aprobó la 13.ª enmienda hablaron y escribieron sobre esto. El senador Charles Sumner de Massachusetts fue casi golpeado hasta la muerte en los pasillos del Congreso dos días después de dar un discurso sobre la violación de las mujeres negras. Sojourner Truth habló de ello. Todos lo tenían claro. The New York Times publicó artículos al respecto. Así que esta idea de que no había nadie pensando en la servidumbre involuntaria como algo relacionado con la procreación involuntaria es simplemente absurda. Fue escrito en todas partes. Todo el mundo sabía que esto era uno de los efectos devastadores de la esclavitud en EE.UU. Y fue abolida con la 13.ª enmienda. Y luego, más tarde, la 14.ª enmienda, reconoció que las mujeres negras seguían sufriendo abusos psicológicos, físicos, así como en lo relacionado a la procreación, en los estados del sur del país. A sus hijos se les negaba la ciudadanía. Sus hijos estaban siendo secuestrados, alejados de ellas. Y por eso se ratificó la 14.ª enmienda.

Así que mi artículo analiza todo esto para que la Corte Suprema y nuestro país recuerden esto, porque, de lo contrario, las mujeres negras serían esencialmente eliminadas de la Constitución. Y al eliminar a las mujeres negras de la Constitución, en última instancia, eliminamos a todas las mujeres de la Constitución, porque la 13.ª enmienda y la 14.ª enmienda no solo liberaron a las mujeres negras de estas ataduras, sino también a las mujeres blancas.

Nada de esto es tenido en cuenta por los originalistas y los textualistas de la Corte Suprema, que parecen ignorar todo eso y ahora nos han dejado un país donde hay estados libres, en los que las personas pueden decidir libremente sobre sus cuerpos, y donde hay otros estados en los que no existe esa libertad. Y no podemos olvidar que esto está muy relacionado con los patrones de la esclavitud y de la segregación en Estados Unidos.

–Háblenos de cuál es el camino a seguir ahora. Las personas de color son las más afectadas por la falta de atención médica que existirá cuando el aborto sea prohibido estado tras estado. ¿Puede hablar del estudio de la Universidad Duke sobre la mortalidad materna de las mujeres negras y cuánto mayor es esa tasa si se compara con la de las personas blancas embarazadas?

Michele Goodwin: –Me alegro de que mencione eso porque lo que también es alarmante de este dictamen, y del borrador de dictamen, es el hecho de que no tiene en cuenta los datos, los datos concurrentes. Estados Unidos está en el puesto número 55 en el mundo en términos de mortalidad materna. No está en la liga de Alemania, Francia y sus naciones pares. En cambio, está en compañía de países que todavía azotan y lapidan públicamente a las mujeres.

En 2016, los datos de la misma Corte Suprema mostraron que las mujeres tenían 14 veces más probabilidades de morir llevando un embarazo a término que durante un aborto. Y si cruzamos estos datos con el tema racial podemos ver el horror que se esconde detrás de todo esto, y aun así la Corte Suprema ha decidido no tener en cuenta estos datos. En Mississippi, las mujeres negras tienen 118 veces más probabilidades de morir llevando un embarazo a término que durante un aborto. Según los propios datos de Mississippi y de su Departamento de Salud, el 80% de las muertes cardíacas en ese estado son de mujeres negras. Las mujeres negras no son el 80% de las mujeres del estado, pero son el 80% de las muertes cardíacas durante el embarazo. Y a nivel nacional, tienen tres veces y media más probabilidades de morir por problemas del embarazo que las mujeres blancas.

Y eso no es todo. Si nos fijamos en ciertos condados dentro de estos estados antiabortistas, vemos que las mujeres negras pueden tener cinco, diez o quince veces más probabilidades de morir al ser forzadas a llevar un embarazo a término que por tener acceso a un aborto. Y es muy evidente y alarmante. Y lo más impresionante es que la Corte Suprema no toma en consideración estos datos.


Editado y traducido por Igor Moreno Unanua e Iván Hincapié, Democracy Now

El artículo original se puede leer aquí