La transformación es un fenómeno natural e inevitable, sucediendo tanto en los organismos biológicos como en todo el resto del universo. La humanidad padece igualmente transformaciones constantes, a pesar de que exista una resistencia al cambio en personas y agrupaciones. Buscar conservar estructuras sociales, desde una óptica de frenar evoluciones, forma parte de la inercia propia de las personas. Sin embargo, es una acción destinada al fracaso debido a que existe un grado de precariedad e inestabilidad en todas las estructuras que conforman las sociedades humanas.
Las estructuras sociales, tanto económicas como culturales, no son perfectas ni estables en el tiempo, necesitando reajustes o mantenciones esporádicas, las cuales generan efectos deseados e indeseados a múltiples personas. Por ejemplo, la cultura chilena tradicional durante el siglo XVIII y XIX, mantenía una hegemonía cultural católica en las estructuras políticas y jurídicas de la nación. Esta situación cambió durante el desarrollo del siglo XX, separándose la Iglesia Católica del Estado chileno a nivel constitucional, y reconociendo la libertad de culto. No obstante, el cambio fue anterior y mucho más profundo que el reconocimiento jurídico de la independencia laica de la burocracia estatal.
La antigua mayoría católica en la cultura chilena, heredada de la conquista por la corona española durante el siglo XVI, sufrió una paulatina y constante disminución, llegando a conformar un grupo más en un abanico de diferentes credos religiosos y grupos culturales, independiente de que esta diversidad no fuera reconocida por la constitución a inicios del siglo XX.
Las transformaciones estructurales en la sociedad obligan al posterior cambio en la estructura jurídica de la constitución política. La transformación de la cultura chilena católica tradicional, en una cultura chilena laica moderna, se vio reflejado en cambios constitucionales a inicios del siglo XX. Aun así, esta oficialización jurídica en la constitución política, no es una causa del cambio cultural relacionado con la disminución de la hegemonía católica en la sociedad chilena, configurándose este cambio jurídico como un efecto de las transformaciones de las estructuras sociales.