La ONG Open Arms presentó en sociedad su nueva nave de rescate, ante cientos de personas en el puerto de Barcelona.
Open Arms se ha puesto de largo para la ciudadanía en la tarde del pasado miércoles con la “botadura” de su nuevo buque insignia: el Open Arms One. El acto organizado por la oenegé en el puerto de Barcelona –lugar donde tendrá su atraque oficial al igual que el viejo remolcador Open Arms–, fue presidido por el president de la Generalitat, Pere Aragonés, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y el presidente del Puerto de Barcelona, Damià Calvet. Estuvieron acompañados por Enrique Piñeyro –presidente de la ONG Solidarie que colabora estrechamente con Open Arms en la realización de vuelos y corredores humanitarios aéreos y que ha cedido el nuevo barco–, y Óscar Camps, presidente y fundador de Open Arms. El maestro de ceremonias ha sido el actor y presentador catalán Santi Millán, que fue el encargado de introducir los discursos en un escenario en el cual se podía ver el buque maniobrando en la dársena del puerto de Barcelona ante cientos de personas que se reunieron para la ocasión.
En un ambiente festivo-reivindicativo, la ceremonia de botadura de este miércoles ha contado con un espectáculo inédito de La Fura dels Baus, creado y diseñado por Carlus Padrissa, con la colaboración del cantante Joan Dausà y la mezzosoprano Mar Esteve, en el que la compañía ha simulado un rescate a cargo de personal de rescate y voluntarios de la oenegé en la Dàrsena Nacional del puerto barcelonés, y ha creado una de sus clásicas formaciones con los artistas y voluntarios descolgándose de las grúas que presiden la cubierta del barco.
En el turno de intervención de las autoridades, el president de la Generalitat –Pere Aragonès–, agradeció a Open Arms su tarea, esperando que el nuevo barco «sirva no para proteger las fronteras de una Europa fortaleza que debería ser de derechos y libertades, sino para salvar vidas». Aragonés ha afeado a los gobiernos europeos que tenga que ser la “sociedad civil” la que se movilice para evitar que el Mediterráneo siga agrandando la fosa común, con más personas que solo tratan de buscar un sitio seguro para vivir y desarrollarse como personas en occidente.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha dado la bienvenida a la nueva nave a la que será “su casa” y ha asegurado que es un honor para Barcelona que el Open Arms Uno lleve el nombre de la ciudad. Ha esperado que el juicio que tiene la ONG en Italia acabe con condena del exministro del Interior Matteo Salvini y ha afirmado que hay «racismo institucional» y que las políticas europeas se caracterizan por su hipocresía (textualmente).
A su vez, el presidente del Puerto de Barcelona, Damià Calvet, sostuvo que el Mediterráneo «a veces es barrera, pero gracias a Open Arms es puente» y ha celebrado que la infraestructura sea el puerto base del nuevo barco.
Óscar Camps, fundador de Open Arms, comenzó su intervención señalando que el nuevo barco que la organización de rescate humanitario ha puesto en servicio, atenderá el rescate de personas en el Mediterráneo en condiciones “dignas”. El barco «nos ayudará a rescatar con seguridad a más personas, a proteger las vidas de personas vulnerables y a cumplir con la obligación que tiene cualquier embarcación o persona que se cruce con vidas en peligro en el mar, como estipulan la Ley del Mar y los convenios internacionales”. Ha puesto en valor que «este gran buque ha sido cedido por Enrique Piñeyro, quien colabora estrechamente con Open Arms y que marcará una sustancial mejora cualitativa en la seguridad y mejora de los cuidados de las personas que rescatemos por sus características”.
El Open Arms Uno, prosigue Camps, será «embajador de la ciudadanía allá donde vaya» para defender los derechos humanos y proteger a los más vulnerables en el mar, en los 16 flujos migratorios que, cree, irán a más. “Hoy queremos presentar una nueva herramienta de trabajo, un nuevo barco que sustituirá al viejo remolcador, el Open Arms. Un buque que ha salvado de morir ahogados a más de 7.000 personas y que habrá dado un par de vueltas al mundo”. El remolcador Open Arms, en sus más de 50 años de existencia, ha navegado el equivalente a más de 2 vueltas al mundo en misiones humanitarias en el Mediterráneo central desde 2017.
Camps ha recordado que el rescate de náufragos en el mar es una responsabilidad que los Estados no realizan por la inacción de los gobiernos. «Esperamos que este barco no tenga tanto trabajo como el otro, que ha sido bloqueado y a veces detenido en cinco países de la Unión Europea” y ha lamentado la «inacción deliberada» de las instituciones europeas y de algunas administraciones de los países mediterráneos que, en sus palabras, se niegan a actuar pese a que sigan muriendo personas en el corredor migratorio de dicho mar.
«Es triste que tengamos que estar en estas condiciones, incidiendo y reincidiendo, con una guerra por medio, que todavía genera más refugiados», ha lamentado, afeando que siete años después de irse a Lesbos (Grecia) con su socio Gerard Canals, tengan que presentar un nuevo barco, y ha asegurado que están dispuestos a seguir pese a que les gustaría no hacer falta.
Para acabar ha añadido que le ha «costado mucho» conseguir la matriculación de la nave en Barcelona y que se está trabajando para conseguir el trámite administrativo para llevar bandera española. La incorporación de este nuevo barco constituye un punto de inflexión para Open Arms, “porque nos permitirá llegar más rápido a las zonas de rescate. Nos ayudará a proteger la vida de más personas en dificultad y nos permitirá ser más eficaces en nuestra defensa de los derechos humanos de los más vulnerables”, concluía Camps.
En el turno de Enrique Piñeyro, presidente de la ONG Solidaire, cineasta y filántropo ítalo-argentino, ha elogiado que la organización de Òscar Camps «personifique el espíritu de hacerse cargo de las responsabilidades y la necesidad de rescate».
“Me pareció una gran atrocidad lo que estaba sucediendo en el Mediterráneo, ver cómo un continente rico que degradó un continente pobre no se hace cargo de lo que ha generado, aún con tratados internacionales que lo obligan a hacerlo. Todos los que navegamos en un barco o volamos un avión sabemos que rescatar es una obligación, no es una decisión del capitán o del comandante de un vuelo. Me parece muy atroz lo que está sucediendo en el epicentro económico y cultural del mundo, porque Europa es eso. Uno tiene que repensar el sistema. Un capitalismo que permite la acumulación desmedida de dinero sin tope, sin límite que empieza a volcarse hacia los objetos de lujo. Lo que llamo hacer capitalismo disruptivo es totalmente lo contrario, usar los objetos de lujo para ponerlos al servicio público, como hago con este yate privado y deja de serlo si está en manos de Open Arms porque están reemplazando las obligaciones públicas de los estados”. El filántropo pilota su Boeing 787 y lo ha puesto en servicio para hacer misiones conjuntas con Open Arms. «Llevamos y entregamos material humanitario a la India y a Mozambique durante la pandemia y hemos hecho misiones de práctica sobre el Mediterráneo». Piñeyro también ha puesto a disposición de Open Arms su avión para hacer vuelos de traslado de refugiados de la guerra de Ucrania desde Polonia.
Características técnicas del barco
El Open Arms Uno tiene 66 metros de eslora, 15 de manga y un tonelaje cuatro veces superior al del viejo remolcador Open Arms. Cuenta con una cubierta de 353 metros cuadrados en la que puede aterrizar un helicóptero, llevará cuatro lanchas semirrígidas para acoger a unas 300 personas, tiene 31 plazas para tripulación.
El nuevo buque tiene un tonelaje más de 4 veces superior al viejo remolcador “Open Arms”; tiene a bordo un hospital con 26 camas, una cubierta de 353 metros cuadrados y cubiertas preparadas para el aterrizaje de un helicóptero en caso de evacuación grave de emergencia. El barco, en su última fase de preparativos para zarpar en misión de búsqueda y rescate humanitario en el Mediterráneo central, está diseñado para realizar tareas de salvamento masivo y será uno de los activos más preparados de la flota humanitaria civil presente en la zona para realizar salvamento masivo.
A bordo llevará 4 lanchas semirrígidas, también conocidas como RHIB, y permitirá acoger a unas 300 personas, un número que, en caso de emergencia y sin hacer peligrar las condiciones del barco, podría ampliarse hasta el millar.
Con el fin de dar apoyo al Open Arms y eventualmente sustituirlo en sus funciones, el «Open Arms Uno» tiene como objetivo permanecer en el mar el mayor tiempo posible y así proteger la vida de los más vulnerables con seguridad.
Desde hace un tiempo, la dureza de las misiones de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central han puesto en manifiesto la necesidad de incorporar a la flota un barco de mayor tamaño que pueda afrontar con mayor seguridad las crecientes dificultades de las misiones de rescate.
En lo que llevamos de año, el número de personas que han perdido la vida en el Mediterráneo intentando alcanzar Europa, ha superado las 800 y desde el 2014 se han contabilizado 24.144, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).