Por Margarita Labarca Goddard
Ya déjense de andar criticando a la Convención Constitucional y al gobierno que apenas está empezando, dicen muchos y puede ser que tengan razón.
Acuérdense de que cuando doña Michelle Bachelet era presidenta de este país, decía que por el bien de Chile, es necesario que todos “se convenzan y empujemos juntos».
Y unas frases muy parecida pero de idénticas consecuencias, son las siguientes que a menudo se dicen: “Este es un gobierno para todos”, o «Los avances van a requerir acuerdos amplios”. o “Acuerdo transversal contra la violencia”.
A mí me parecen sensacionales estas declaraciones, porque si todo el mundo hubiera entendido mucho antes esta forma de hacer política, no habrían existido las guerras ni las revoluciones. “Convénzase y empujemos juntos”, le habría dicho Napoleón a Wellington, y la historia habría cambiado. En fin, que los ejemplos podrían ser infinitos: que si Robespierre la hubiera dicho a Luis XVI y a Maria Antonieta “Convénzanse y empujemos juntos”, no existiría la revolución francesa ni su ejemplo para el mundo.
En todo caso, conviene apuntar que en Chile no ha funcionado mucho esa beatífica visión de la política. Los milicos y los pacos más bien empujan la bota contra el cuerpo del prisionero o le disparan a los ojos, o permiten tranquilamente que delincuentes chilenos y extranjeros del barrio Meiggs le disparen a los periodistas, lo que resulta muy efectivo para los atacantes, indudablemente.
El problema es saber para qué lado se empuja, como dijo el genial Sun Tzu en “El arte de la guerra”. Y aquí hay tres posibilidades básicas, aunque cada una tiene sus derivaciones, pero de esas últimas no nos vamos a ocupar porque los artículos muy largos no los lee nadie, como habría dicho Sun Tzu si viviera en nuestros días.
La primera posibilidad es, como hasta ahora se ha hecho, empujar hacia la derecha. En tal caso el país va a rodar como un tren por unos rieles muy bien aceitados, sin sobresalto ni zozobra alguna. Que al final del camino –que está muy cerca- lo espere un precipicio, es algo que no nos debe preocupar, al fin y al cabo la vida hay que vivirla día a día, como ha dicho un joven presidente y también el Reader´s Digest.
Otra posibilidad es que unos empujen para la derecha y otros para la izquierda, en cuyo caso el país se queda paralizado. En medio del camino, por así decirlo. Pero estas parálisis son muy engañosas y peligrosas, como afirmaba Perogrullo, al que muchos desprecian injustamente. Porque el hambre es acumulativa, el descontento es acumulativo, la rabia es acumulativa. Se van juntando poquito a poco sin que nadie se dé cuenta, por mucho que después digan “Yo lo vi venir”, pero no es cierto. Y de repente ¡Boom! todo estalla, de modo que el tren pierde el equilibrio, se arma el caos y el país va a parar a un lugar desconocido, a menos que lo salve la pandemia.
La última posibilidad es empujar para la izquierda. ¡Eso es imposible! exclamarán muchos. Pero se equivocan – dicho con todo respeto, naturalmente-. No se trata de que “todos” empujemos para la izquierda, sino de que “la izquierda” empuje para la izquierda. Eso es mucho pedir, dirán ustedes, porque ¿cuándo se ha visto que en los últimos años la izquierda en Chile empuje para la izquierda? Miren solamente a los socialistas que en la CC están empujando para la derecha, porque no se atreven a nacionalizar el cobre, aunque Pinochet y Lagos lo habían dejado en la actual Constitución, pero no se aplica… Quizás, pero en realidad esto carece de verdadera importancia.
Porque el pueblo sí que va a seguir empujando hacia su lado, hacia el lado de sus legítimos intereses, que son también los del país y los de toda Latinoamérica. Eso se puede llamar izquierda o como se quiera, los nombres no importan. Ese proceso puede ser dirigido por quien sea, pero serán personas honestas, patriotas y valientes. Pero no va a ser dirigido por la izquierda que empuja para la derecha, porque esa “izquierda”, aunque sea nueva y tenga a un presidente nuevo, va a ser barrida. ¡En eso sí que están de acuerdo Sun Tzu, el Reader´s Digest y Perogrullo!