Científicos descubren en Escocia restos de uno de los primeros ancestros del ser humano; una criatura con aspecto parecido a un pez, pero con cuatro extremidades.
Una investigación, dirigida por la Universidad de Tokio (Japón) y el Laboratorio de Morfología Evolutiva de RIKEN y publicada en la revista científica Nature, ha descubierto una criatura de aspecto similar a un pez de 390 millones de años de antigüedad hallada en Escocia hace 130 años.
El espécimen, probablemente uno de los primeros ancestros de los animales de cuatro extremidades, ha sido colocado en la parte inferior del árbol genealógico de los vertebrados. Se ha llamado Palaeospondylus gunni y se ha convertido en uno de los vertebrados fósiles más enigmáticos; pues su posición filogenética no ha quedado clara desde su descubrimiento en Escocia en 1890.
A pesar de su edad, su posición en el árbol evolutivo no ha sido clara hasta ahora. “Las mejoras recientes en la segmentación y visualización 3D de alta resolución han hecho posible esta tarea que antes era imposible. Encontrar un espécimen tan bien conservado como los que usamos es como ganar la lotería, ¡o incluso mejor!”, indican los autores de la investigación.
Los expertos dicen que todavía es difícil determinar qué animal era con un 100 % de precisión y la clasificación de este animal ha sido muy problemático. De hecho, los fósiles de esta criatura son abundantes, pero debido a que Palaeospondylus era tan pequeño y sus fósiles estaban tan dañados, reconstruir su anatomía craneal fue enormemente difícil. Por tanto, los investigadores analizaron los fósiles con tomografía microcomputadora de rayos X de radiación de sincrotrón para realizar un examen y una reconstrucción exhaustivos.
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— Nature News & Views (@NatureNV) May 26, 2022
La criatura tenía una cabeza plana, un cuerpo parecido a una anguila y vivía en el lecho de un lago de agua dulce en el extremo noreste de las Tierras Altas. Tenía un extraño aparato en forma de canasta en su hocico y una columna vertebral cartilaginosa bien desarrollada, pero sin aletas aparentes. Se alimentaba de hojas, restos de animales y otros desechos orgánicos que caían al fondo del lago desde la tierra circundante. En ese momento, la masa de tierra de Escocia se encontraba al sur de la actual África central, por lo que el ambiente era cálido y semiárido.