Ciudad de México, 5 de mayo
Por Ronald Cameron, miembro del Colectivo Internacional de Jóvenes Francófonos en el FSM 2022
El foro llega a su fin con el inicio de las Asambleas de Convergencia, que comenzaron el jueves 5 de mayo. Se registraron oficialmente siete asambleas de convergencia, sin contar el trabajo en red que se concluyó en los talleres autogestionados. Hubo asambleas de convergencia sobre las alternativas radicales de la red Adelante, sobre el Mashreq/Maghreb, sobre Palestina con el tema Unidos contra el Apartheid, sobre Feminismos y Luchas contra el Patriarcado, sobre Economías Transformadoras y sobre Educación, además de la celebración de la 7ª Asamblea Mundial de la Alianza Internacional de los Pueblos por el Planeta. He aquí algunos puntos destacados de la declaración final de la asamblea de convergencia sobre educación.
El título de la declaración de la Asamblea de Convergencia por la Educación, «Manifiesto por otras educaciones», resume la perspectiva adoptada por los participantes en la asamblea. La «Otra Educación» es, en primer lugar, la que se perfila «para otro mundo posible». Se trata, pues, de marcar la intención de desarrollar una «educación descolonizadora, despatriarcal, anticapitalista y antirracista», como menciona la declaración al principio.
Además, es un proyecto que define propuestas concretas a aplicar en la sociedad actual para poner en marcha los pasos hacia otra educación. La declaración define el proyecto educativo como «una educación pública, gratuita y de calidad, con pertinencia cultural y relevancia social, liberadora, transformadora y popular, comunitaria y democrática, intercultural, diversa, plural e inclusiva, basada en la justicia epistémica y el diálogo intercientífico».
Por último, también se aboga por otra forma de educación, la no formal, para la sensibilización y la transformación social. La declaración promueve la educación para la ciudadanía, afirmando la centralidad de la educación popular, en una perspectiva «amplia, inclusiva y transformadora». El objetivo es desarrollar una educación permanente que valore la diversidad y la inclusión, en un momento de crecientes divisiones y desigualdades.
«Ratificamos que en estos tiempos, la educación debe profundizar sus procesos éticos y políticos y contribuir a la transformación social en constante interacción con los movimientos sociales, ciudadanos, indígenas y campesinos que generan respuestas alternativas. Abogar por la democratización de la educación, la socialización y el diálogo de saberes con enfoques y metodologías de educación popular».
Con la pandemia, existe una gran presión sobre los gobiernos y los agentes privados para que utilicen ampliamente la tecnología en la educación. La declaración afirma que lo digital «no es la solución ni es suficiente para resolver los principales problemas de la educación», a pesar de reconocer que el uso de la tecnología es importante. Se pide que se garanticen los derechos digitales y que se proporcionen plataformas y programas informáticos gratuitos y pertinentes. Así, la educación de jóvenes y adultos se sitúa bajo el signo de las prácticas más humanas, y también de la solidaridad, el diálogo, el respeto a la diversidad, con vistas a la construcción de una sociedad justa y democrática, con el pleno ejercicio de los derechos por parte de todos y todas.
La declaración también reconoce la importancia de los profesores, así como de los educadores de los sectores de aprendizaje no formal, y de todos los que participan en la educación. De hecho, la mayor parte de las actividades educativas se llevaron a cabo en las instalaciones de la organización sindical Coordinadora Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación (CNTE-democrática), una organización independiente del Estado que rompió con la organización servil al poder institucional en tiempos del Partido Revolucionario Institucional y que gobernó durante décadas en México, en detrimento de los movimientos y el personal educativo.
Declaración en preparación.