Los Partidos Humanistas que hoy conformamos la Federación Internacional de Partidos Humanistas apoyamos y participamos en la primera Marcha Mundial por la Paz y la No-Violencia realizada en el año 2009/2010, organizada por Mundo sin Guerras y Sin Violencia junto a La Comunidad para el Desarrollo Humano, Convergencia de las Culturas y el Centro Mundial de Estudios Humanistas pertenecientes al Humanismo Universalista, junto con miles de organizaciones sociales y referencias de todo el mundo.
También formamos parte en la campaña por el Desarme Mundial como urgencia prioritaria en el año 2006. Desde nuestros orígenes, hace casi cuatro décadas, nuestros Partidos Humanistas en todas partes denuncian el armamentismo y el peligro nuclear apoyando toda propuesta que ha ido surgiendo en la dirección del desarme y de la prohibición de las armas nucleares.
Como humanistas siempre hemos rechazado la violencia en todas sus formas: económica, religiosa, racial, sexual y moral, y en consecuencia manifestamos nuestro más absoluto rechazo al uso de la guerra como método de resolución de conflictos entre regiones o países como está ocurriendo actualmente en Ucrania y otros puntos del planeta.
Actualizando nuestra memoria vemos que la cifra de muertes durante el siglo XX por causa de las guerras, ascendió a más de 155 millones de seres humanos y se experimentó el efecto devastador producido por el bombardeo con artefactos nucleares sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki por parte de EE.UU.
Después de la segunda guerra mundial, en 1945, se formó la ONU como organismo para prevenir otra guerra mundial y se redactó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sin embargo y durante los años posteriores con la llamada Guerra Fría, se continuó con la fabricación de armas nucleares paralelamente a la modernización y acumulación del armamento convencional, aumentando con ello la tensión y la posibilidad de una guerra nuclear mundial de consecuencias devastadoras para nuestro planeta.
Es a finales de los años 80 cuando el presidente ruso Mijail Gorbachov, consciente del enorme peligro nuclear, y en un intento apenas reconocido, intencionó modificar el curso de la historia propiciando llegar a un acuerdo con el gobierno de los EE.UU. para desmantelar progresivamente los arsenales nucleares.
El Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares firmado en 1968 por 190 países y el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN) de creación más reciente, 2017, aún no están implementados por todos los países con lo que el peligro nuclear continúa con total vigencia.
¿Qué ha pasado que después de 70 años continuamos dando las mismas respuestas? Podríamos decir que hemos fracasado en el intento ya que las guerras siguen y con el conflicto de Ucrania se pone de manifiesto que las guerras no sirven para nada, son un desastre, pertenecen a la prehistoria humana y que las poblaciones quieren la paz, por lo que continuaremos insistiendo en la dirección del desarme nuclear.
Denunciamos la hipocresía de los Estados que hablando de paz tienen armas nucleares, comercializan con las armas lucrándose económicamente y no firman el TPAN.
Nos parece muy contradictorio que desde el fondo europeo para la paz se apoye con millones de euros en armas a Ucrania. La paz no se consigue con más armas y todos los esfuerzos que se hacen para justificar las guerras tendrían que estar puestos en el diálogo y en encontrar nuevas formas para solucionar el problema.
¿Quiénes son los responsables? El entramado es grande y complejo; sin entrar en un análisis exhaustivo, se puede apreciar los intereses del complejo militar industrial y del sistema financiero internacional, que subordinan las decisiones de los gobiernos, reducidos a meras administraciones de los intereses de las corporaciones.
Podríamos preguntar ¿Cómo es que se piensa acabar con los conflictos armados? ¿Cómo es que se piensa desocupar todos los territorios ocupados?
Es urgente plantearse otra forma de relación entre los pueblos, relaciones de ayuda y de cooperación y no de quien ejerce el poder sobre otros, poniendo a las personas como lo más importante por encima del dinero, el poder y cualquier otro valor que no tenga a la vida como centro.
Es un momento de elegir en qué condiciones queremos vivir, es necesario elegir entre dos vías que llevan a mundos opuestos.
Nuestras propuestas integrales son:
· El desmantelamiento de los arsenales nucleares
· La reducción progresiva y proporcional del armamento convencional
• La retirada inmediata de las tropas invasoras de los territorios ocupados
• La firma de tratados de no agresión entre países
• La renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos
• Redefinir el rol de las fuerzas armadas y los ejércitos
• Redefinir la función de la ONU y que se forme una comisión de observación de lo que está pasando realmente en Ucrania con países neutrales y liderada por la ONU
• La reducción de los presupuestos militares de forma progresiva y que se destine el dinero a solucionar los grandes problemas de este momento de la humanidad como es el hambre, la pobreza, el desastre ambiental y otros muchos más.
Hacemos un llamamiento a todas las fuerzas progresistas e individuos a nivel mundial a alzar la voz a favor del diálogo y del desarme nuclear ya que está en riesgo el futuro de la humanidad.