Por Sol Pozzi-Escot
Alonso Del Carpio toca piano desde los 7 años. Lanzó su primer disco, “Gestalt”, en el 2020, y prepara, hoy día, y a través del lanzamiento del single “Impromptu”, un nuevo proyecto musical, donde el piano es el protagonista. Conversamos con él para entender lo que significó el proceso creativo detrás de su nueva propuesta musical, propuesta que busca comunicar vivencias, transmitir emociones y contar una historia, todo esto sin palabras.
Conversamos por primera vez hace dos años, dos años que han sido muy diferentes, con la pandemia, las cuarentenas, la crisis política. ¿Qué impacto han tenido estos dos últimos años en tu creatividad?
Yo creo que bastante. Musicalmente, ha tenido un gran impacto, porque cuando salió mi primer disco, “Gestalt” (2020), fue un disco compuesto para orquesta sinfónica, con muchos instrumentos, un disco muy dinámico, con mucha energía por momentos. Sin embargo, con la pandemia, hubo un enclaustramiento muy intenso, no solo físico, sino también mental, espiritual, para muchos, y a mí personalmente esta situación me llevó a recluirme y buscar un sonido diferente. Fue ahí que empecé a hilar y tejer ideas musicales que terminaron siendo seis canciones, piezas muy íntimas, personales, precisamente por estar dentro de este confinamiento.
¿Qué nos puedes ir adelantando de este nuevo proyecto que arranca con el lanzamiento de “Impromptu”?
Ha sido un gran reto componer solo para piano. Cuando compones para bastantes instrumentos te sientes protegido, cuando estás solamente con el piano estás más vulnerable, más indefenso. Estoy contento con el proceso, creo que han salido sensaciones y sentimientos importantes que vamos a ir conociendo poco a poco. Este primer lanzamiento, “Impromptu”, es con el que he sentido una conexión mucho más fuerte, por eso quise lanzarlo primero.
¿En ese sentido, cuál dirías es el espíritu detrás de “Impromptu”?
Con “Impromptu” me pasó algo bien extraño. Siento que es fruto de una serie de ideas musicales que se dieron de manera muy fácil, en mi cabeza o en las manos a la hora de tocar. La composición simplemente se iba produciendo, a diferencia de otros temas, que requieren de mucho esfuerzo. Con “Impromptu”, sentía que simplemente transcribía, que era una historia especial, sin palabras, sin imágenes, una historia musical.
¿Dirías que este proceso impactó, cambió, tu relación con el piano como instrumento?
No mucho, yo tengo el hábito de sentarme a tocar piano todos los días, practico entre media hora a dos horas, y gran parte de lo que toco son improvisaciones que vienen el momento. Lo que más disfruto del piano, es poder sentirme libre e ir fluyendo con las ideas que van apareciendo en mi cabeza. Sin embargo, a la hora de grabar los temas en el estudio, cuando tienes toda la melodía en la cabeza, tienes que aprender a aceptar que las tomas que estás haciendo están bien. Empiezas a notar imperfecciones y quieres volver a grabar, pero al final las composiciones son así, están vivas, y deben tener imperfecciones. En esas imperfecciones también estás transmitiendo información importante del autor, de la pieza.
¿Cómo entiendes la idea de perfección? ¿Este proyecto te ha permitido redescubrir estos conceptos?
Creo que sí, me he ido relajando un poco con el tiempo, creo que hay algo muy bonito en la autenticidad, que puede estar bien lograda, pero a veces tiene estas imperfecciones. Algo que me alienta mucho en el proceso de composición es pensar que ya hubo un Beethoven, un Bach, un Debussy, grandes genios que han hecho cosas hermosas. Entonces lo que me pregunto es qué puedo aportar yo, desde la persona que soy, el músico en que me estoy convirtiendo, para así dejar este granito de arena, acompañar a alguien que escucha, hacerle sentir algo que sea mío, personal, tocar al otro.
¿Cómo entiendes la originalidad?
Creo que la originalidad es la sumatoria de todas las experiencias de tu vida que finalmente te han convertido en la persona que eres. Eso va a hacer que tengas opiniones, subjetivas naturalmente, sobre diferentes cosas, incluido la música. En el conjunto de todas esas decisiones musicales, terminas produciendo una música que es muy tuya.
¿Cómo podrías describir la línea narrativa que irá uniendo estas piezas que nos vas a presentar?
La línea es el piano como protagonista, y gran parte del espíritu de estos temas que vienen, es buscar conectar con temas míos de niño, de niño pianista, que empezó por el clásico, no le gustó mucho, después se fue por el jazz o el rock, y ahora regresa con una mirada un poco más abierta.
¿Qué ha sido lo más complicado y lo más gratificante a lo largo de la creación de este nuevo proyecto?
Lo más complicado, diría, ha sido aprender a soltar. Estás tratando de tejer una pieza de cuatro minutos de música, e inevitablemente vienen varias ideas a la cabeza. Algunas las incluyo y otras las dejo pasar, pero a veces uno quiere volver y corregir… Creo que lo más difícil ha sido aprender a contentarme, a estar presente en lo que está pasando con la composición mientras avanzo, aprender a aceptar la manera en que voy creando la música. Si no usé una idea para tal tema, la puedo usar después. No hay que tener angustia ni ansiedad por eso, hay tiempo para todo lo demás.
Fuente: Diario El Progreso
Descubre “Impromptu” y las otras creaciones musicales de Alonso.
Enlace de “Impromptu”.