No a las guerras de ningún bando, no a la violencia de ningún tipo… Este es el clamor que se escucha, esto es lo que siente la gente de corazón verdadero.
Hoy nos enfrentamos a la crisis general de un sistema que ha fracasado, que no ha sido capaz de dar respuesta a las necesidades del ser humano, porque jamás lo ha tenido como valor central, supeditado como ha estado a los intereses económicos de unos pocos. Sabemos que no podemos detener su derrumbe, ni es nuestro objetivo; porque cuanto antes se caiga, antes podremos liberarnos. Podríamos creer que, junto a la caída del sistema, se cae uno también. Nada más equivocado, citamos a Silo para decir que “con el sistema se caen quienes están atornillados a él, que es el caso del espectro total de la clase política y los que están en el poder, desde la derecha explotadora hasta la izquierda mentirosa. Se caen todos, porque todos están enchufados succionando del sistema y están inquietos porque, con instinto animal, sienten en su interior el derrumbe del sistema. Así, cada propuesta que hacen está teñida por ese derrumbe interno”. Por tanto, generan violencia con cada decisión que toman.
Mientras tanto, la gente sufre las consecuencias de sus actos. Nos sentimos aislados y solos, entristecidos. Nos llevan a guerras. Nos dividen en bandos ilusorios. No hay una sola noticia en los medios embusteros, que no nos lleve al miedo.
Pero no estamos vencidos.
Entonces, la pregunta será ¿qué podemos hacer?
Ciertamente, no es desde las ideologías desde donde podemos dar una respuesta, porque pertenecen a un mundo que ya se fue. Eso lo entienden perfectamente las nuevas generaciones, que no adhieren a las antiguas creencias, pero sí actúan con una sensibilidad diferente que debe ser escuchada.
Si queremos avanzar, solo podemos hacerlo entendiendo que el mundo es global y la respuesta debe ser global y que la construcción de un futuro diferente, pasa ineludiblemente por la comprensión del ser humano y de los factores que operan en él. Finalmente, la cuestión de fondo será saber si queremos vivir y en qué condiciones queremos hacerlo.
Así las cosas, desde diversos Parques de Estudio y Reflexión del mundo y desde diferentes colectivos y asociaciones que tenemos en común la ubicación del ser humano como valor central, lanzamos como primera propuesta una Campaña Mundial por la No-violencia y la Reconciliación, que culminará en unas Jornadas conjuntas el 2 de octubre de 2022. Y no invitamos a la uniformidad sino a converger, desde ese abanico infinito de diversidad de formas y miradas, en una señal común por aquello que nos une: el repudio a toda forma de violencia, en cualquier ámbito, en cualquier lugar del mundo y la reconciliación profunda con nosotros mismos, con nuestros seres queridos, con aquellos que hemos sentido diferentes o a los que nos han enfrentado la dirigencia mentirosa e incluso, con quienes hemos considerado nuestros enemigos. No estamos tratando de perdonar, ni tampoco de olvidar los agravios que hayan ocurrido. Sino de comprender en profundidad, para limpiar nuestra mente de todo resentimiento. Y desde luego, este camino hacia la reconciliación no surgirá espontáneamente, del mismo modo que no surgirá espontáneamente el camino hacia la noviolencia, pero es una causa digna por la que vale la pena luchar.
Así pues, esta campaña que se inicia hacia las “Jornadas Mundiales por la Noviolencia y la Reconciliación” es un avance de los nuevos tiempos y se enriquecerá cada día, con el aporte de las mujeres y hombres valientes. Porque buscamos levantar el mundo que viene, lo que sigue a la caída del sistema, y por tanto somos optimistas respecto de la construcción del futuro y no estamos caídos como aquellos anclados al sistema, ni vencidos como los vapuleados por estos.
Y es a eso, a tu aporte a esta construcción, a lo que te invitamos.
Puedes adherir a la campaña, a través del siguiente enlace: https://forms.gle/fgfbZXUAVxaidVH19
Para tod@s, con el latido de una nueva esperanza, ¡Paz, Fuerza y Alegría!
Inspirado en los escritos de Silo: “Crisis de la Civilización y el humanismo” (Moscú, 1992), “La gran mentira del Sistema” (1993) y Palabras de Silo en las “Jornadas de Inspiración Espiritual” (Punta de Vacas, 2007)