La actividad y bullicio en las calles de Bulawayo, la segunda ciudad de Zimbabue, es testimonio de un próspero sector informal en el que miles de personas se ganan la vida con la venta ambulante de todo tipo de productos.
Desde verduras hasta refrescos, pasando por televisores, teléfonos móviles y otros múltiples productos, todo se vende aquí, donde trabajar por cuenta propia significa hacerlo más horas para garantizar poner comida en la mesa familiar.
Es aquí donde Gilbert Mabutho, de 41 años, trabaja vendiendo productos de todo tipo, que cambian cada día, según lo que consiga y más se demande. El día que IPS visitó la calle donde tiene su puesto, vendía maíz hervido, porque la gramínea está de temporada.
“No hay trabajo. Así que de aquí viene mi pan”, dijo.
En medio del ajetreo para lograr el sustento, Mabutho es uno de los muchos que no han sacado tiempo de su rutina diaria para registrarse para votar o comprobar sus nombres en el censo electoral antes de las elecciones parciales.
El registro de votantes se abrió en enero y se cerró el 28 de febrero antes de las elecciones parciales del sábado 26 de marzo. El registro se volverá a abrir del 10 al 30 de abril.
“No he tenido tiempo de registrarme. Estoy demasiado ocupado tratando de llegar a fin de mes”, dijo Mabutho.
Las elecciones parciales, consideradas la antesala de las elecciones de 2023, inicialmente previstas para abril, se celebraron el último sábado de marzo para escoger cargos vacantes en el parlamento y las cámaras municipales, y los analistas están preocupados por la escasa respuesta al registro y la participación de los votantes en la jornada electoral.
De los 28 escaños en disputa en el parlamento, la principal fuerza opositora del país, la Coalición Ciudadana por el Cambio (CCC), obtuvo 19 puestos, mientras que la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (Zanu-PF), que ostenta el poder desde hace más de 40 años, logro solo nueve.
Pero si llamativo fue el triunfo opositor más lo fue la baja participación, de solo 35 %, de los ya escasos votantes registrados, según indicó la autoridad electoral, en una apatía que podría mantenerse en un año más en las elecciones presidenciales y legislativas, donde se escogerán los 270 escaños del parlamento.
Esta escasa participación confirma que los zimbabuenses parecen estar demasiado ocupados para dedicar tiempo al registro de votantes, además de que son muchos los que no ven ningún beneficio en votar, como es el caso de Samson Basvi, un residente de Bulawayo que está desempleado.
“Las penurias del país ya llevan años, por lo que no veo ninguna razón para votar”, dijo Basvi a IPS.
“Si votar realmente cambiara algo, seguramente las personas que se votan para estar en el poder mejorarían nuestras vidas”, razonó, expresando un sentimiento común sobre los gobernantes y Zanu-PF, en el poder desde 1980.
Según la Comisión Electoral de Zimbabue (ZEC, en inglés), Bulawayo, con más de un millón de habitantes y que es un importante polo industrial del país, es la ciudad que tiene proporcionalmente el menor número de votantes registrados.
En las elecciones de 2018, en las que el presidente Emmerson Mnangagwa se alzó con una disputada victoria, cerca de tres cuartas partes de unos 5,5 millones de votantes registrados emitieron su voto, lo que se consideró una alta participación.
“Todavía no está claro si la participación de los votantes en las elecciones parciales es un indicador de los comicios de 2023”, dijo a IPS Piers Pigou, analista para África meridional del International Crisis Group.
Los analistas señalan que la creciente falta de confianza en los procesos electorales ha provocado la apatía de los votantes en este país del sur de África, con unos 15 millones de habitantes y sumido en una crisis económica aguda y crónica.
“La causa principal de la apatía es el temor a un posible amaño de las elecciones a favor del partido gobernante, la Zanu-PF, un sentimiento que viene de lejos entre los votantes”, dijo Stanley Mabuka, de Economist Intelligence Unit.
La ZEC, organismo designado por el gobierno encargado de dirigir las elecciones del país, también ha sido criticada por lo que se considera una campaña de educación y registro de votantes deficiente, ya que algunos residentes afirman no haber oído hablar de la verificación o el registro de votantes.
“La falta de rigor de la ZEC en el ejercicio de registro en las zonas remotas también podría acelerar la apatía de los votantes por primera vez. El ejercicio de registro ya se está retrasando debido a las demoras impuestas por la pandemia de coronavirus”, dijo Mabuka a IPS.
Zimbabue ha sido testigo durante años de resultados electorales controvertidos, con fuerzas políticas opositoras que acusan al partido gobernante de manipular los procesos electorales.
Al mismo tiempo, algunas misiones de observadores plantearon su preocupación por la credibilidad de los resultados de los comicios de 2018, los primeros sin la participación de Robert Mugabe, que se perpetuó en el poder entre 1987 y 2017, cuando fue forzado a renunciar por los militares y su propio partido.
“No hemos visto que el número de personas que se registran aumente en comparación con el número de personas cualificadas para votar”, aunque cumplan todos los requisitos, dijo a IPS el analista político e investigador independiente Effie Ncube.
A su juicio, “hay personas registradas para votar pero que no lo hacen por el desánimo de que las elecciones no les han proporcionado el estilo de vida que desean”.
El gobernante Zanu-PF dice que su objetivo son 5 millones de votos en las elecciones de 2023, mientras que la CCC, liderada por Nelson Chamisa, dice que su objetivo son 6 millones de votantes. Pero con el actual ritmo de registro de votantes y la inspección del censo electoral que se espera para 2023, hay pocos indicios de cualquiera de los dos partidos vaya a conseguir esas cifras.
La convocatoria de elecciones parciales fue para cubrir escaños legislativos y de las cámaras municipales vacantes, y los analistas recuerdan que este tipo de comicios atraen habitualmente a pocos electores.
“Suele haber menos interés en las elecciones parciales, pero también está el problema de los jóvenes que han cumplido la edad de votar y que no consiguen los documentos de registro que les permitan votar”, dijo Pigou, de Crisis Group.
Además, “la baja participación de los votantes ha sido una tendencia general en toda la región (África meridional), y este ha sido el caso en particular de los más jóvenes”, añadió.
Hay que hacer más si se quiere convencer a los votantes de la posibilidad de un cambio encabezado por una oposición democrática, sostiene Stephen Chan, profesor de política mundial en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres, que ha escrito en forma abundante sobre este país del sur del continente.
“En general, las elecciones parciales tienen una baja participación en todo el mundo. En Zimbabue, sin embargo, se añaden factores de desilusión por la fragmentación de la oposición y la sensación entre los votantes de que el Zanu-PF no puede ser desalojado del poder en este momento”, dijo Chan a IPS.