Lа historia es una sala de espejos. Las partes se cambian de lugares y de roles y se reflejan con una precisión increíble, la distorsión grotesca que se logra con la curvatura de espejos de la propaganda solo resalta que son idénticas.
Es imposible construir un futuro con los materiales del pasado.
Las nociones de la patria y de la defensa de los intereses nacionales creados en nosotros por nuestra cultura e historia corresponden a otro momento histórico. Toda la humanidad fue convertida en nuestra patria por la globalización y todos los miedos, mentiras, virus y guerras ya son mundiales. Por eso el único sentido posible de cualquier lucha o guerra es proteger nuestros últimos territorios humanos de las corporaciones que en alianza con el capital financiero especulativo siguen destruyendo el mundo.
La actual guerra de Rusia contra el Occidente en el territorio de Ucrania y con la sangre de los ucranianos es una enorme distracción del mundo de lo más importante y cualquiera que sea su desenlace, la humanidad pierde.
La guerra del ayer contra el anteayer se hace como de costumbre a costa del futuro. No a la guerra.