Entrevista con Marc Gavaldà, miembro del colectivo Repsol Mata
Fuente: Nacho Ibáñez (Directa)
El pasado 15 de enero, un derrame de petróleo a la refinería de La Pampilla, operada por Repsol, provocaba la que muchos expertos consideran como la tragedia ecológica más grande de la historia del Perú. Hemos hablado con Marc Gavaldà en los estudios de la Mosca TV situados en el Infoespai del barrio de Gracia, como especialista en los efectos de la actividad petrolera al continente americano. Autor de libros y documentales, como “Viaje a Repsolandia” (Tutuma, 2006), o “La Recolonización. Repsol en América Latina : invasión y resistencias” (Icaria, 2003). Ha participado activamente en el colectivo Repsol Mata. Gavaldà nos ha explicado las consecuencias de este y de tantos otros desastres provocados por la actividad de la multinacional española.
Foto: Awqa Feminista – Colectiva Comunitaria.
Directa: ¿Qué ha pasado en Perú?
Gavaldà: El pasado 15 de enero un barco proveniente del Brasil descargaba petróleo a la refinería de Repsol a Lima cuando, a causa del oleaje provocado por el volcán de la isla de Tonga, un gran volumen de este producto acabó abocado en el mar. En un primer momento, Repsol informó que solo había sido un barril de petróleo, pero pocas horas más tarde la Marina Peruana lo desmentía y daba la cifra de al menos 6.000 barriles. Esto generó una marea negra que ha afectado dos áreas protegidas, entre las cuales se encuentran las Islas Guaneras. Este archipiélago fue generado por los excrementos de gaviotas y pingüinos durante miles de años y es considerado como un ecosistema muy rico donde viven especies como la nutria marina o el lobo marino. Además, ha afectado en mayor o menor medida hasta 26 playas del área de Lima así como a decenas de familias que viven de la pesca artesanal. Por todo esto, se ha generado una grande y sorprendente sensibilización social, con grandes manifestaciones y un gran seguimiento en las redes sociales en un país acostumbrado a los derrames en la zona amazónica, una región más alejada y donde estos desastres acostumbran a pasar más desapercibidos.
Directa: ¿Cuál ha sido la reacción de Repsol?
Gavaldà: La reacción inicial fue minimizar el derrame, y, ya más tarde, señalar al volcán como único responsable. En ningún momento ha asumido la responsabilidad ni ha reaccionado como lo tendría que haber hecho: aplicando un plan de contención, un plan de contingencia y, sobre todo, siendo transparente con la magnitud del impacto. Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente ha paralizado todas las actividades de Repsol en la refinería de La Pampilla por no garantizar la seguridad en sus instalaciones, extremo que hasta ahora no se había dado nunca.
Foto: Awqa Feminista – Colectiva Comunitaria.
Directa: ¿Qué consecuencias podría tener por Repsol y qué herramientas tienen los Estados para evitar estos desastres?
Gavaldà: En el Estado peruano existe el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), el cual determina una multa proporcional en el volumen de derrame. En este caso específico, se le podría aplicar una multa millonaria, que en comparación a los volúmenes que producen y la ganancia económica que generan podemos deducir que será insignificante. En cualquier caso podemos afirmar que no saldrá muy mal parada. La novedad actual ha sido la citada paralización de La Pampilla, que a largo plazo sí que le podría generar pérdidas importantes. En cambio, hay que esperar que las masivas movilizaciones populares consigan a partir de ahora una fiscalización más estricta e incluso, como ya se está pidiendo, una expropiación o expulsión del país de la empresa en cuestión. Hay que recordar que la refinería de La Pampilla se crea bajo gestión pública y que, posteriormente, fue privatizada en la época de Fujimori a través de una serie de irregularidades.
Foto: Awqa Feminista – Colectiva Comunitaria.
Directa: ¿Consideras las acciones de Repsol como parte de una política neocolonial?
Gavaldà: Completamente. En los años noventa Repsol desembarca en la América Latina aprovechando lazos neocoloniales y con un papel muy activo de la Corona española representada en la persona de Juan Carlos I. En esta época se privatizan grandes empresas como YPF en Argentina o YPFB en Bolivia, mientras Repsol ingresa en países como Ecuador o Perú. En este último país consigue apoderarse del Consorcio Camisea, quien explota un volumen enorme de gas y cuenta con unas reservas gigantescas a la cuenca del río Urubamba. Aquí, podemos considerar que se está produciendo una invasión territorial muy marcada, en una zona muy aislada donde viven varios pueblos indígenas totalmente vulnerados por las imposiciones de Repsol.
Directa: ¿Qué papel juega el Estado español en estas políticas?
Gavaldà: Como siempre, el Estado español apoya a las empresas privadas de capital nacional, ya sea a través de los viajes diplomáticos acompañados por la élite empresarial española o de la concesión de créditos por la compañía estatal CESCE (Agencia Española de Crédito a la Exportación), quien fomenta los intereses de las empresas españolas que trabajan a ultramar. En episodios como la expropiación de YPF por el Estado argentino se vio claramente este interés, interviniendo todo el cuerpo diplomático español en defensa de los intereses privados de Repsol. Ejemplos como este los podemos encontrar por todas partes.
Foto: Awqa Feminista – Colectiva Comunitaria.
Directa: ¿Crees que la nacionalización de Repsol en Argentina ha tenido efectos prácticos?
Gavaldà: Repsol en aquel momento pierde un peso importante en Argentina, si bien no se lo expulsa del país como se llegó a creer, sino que se le expropían el 51% de sus acciones. De este modo la empresa conserva un accionariado relevante dentro de YPF, pero ya sin la clave en mano de la compañía. En cuanto a las decisiones es el Estado argentino quién las lleva a cabo. Aun así, Repsol todavía opera actualmente a territorios como Loma de la Lata, un yacimiento muy grande donde se practica el fracking y desde donde se extraen enormes cantidades de petróleo y gas.
Directa: ¿De qué manera afectan las políticas extractivas en el territorio?
Gavaldà: Lo primero que hacen las compañías petroleras antes de perforar los pozos es realizar una fase de exploración sísmica. En esta fase se dedican a peinar el territorio con una serie de líneas sísmicas que tienen un gran impacto en zonas forestales, y que los permiten abrir accesos en territorios como la Amazonia. En estos pozos se inyectan lodos de perforación (barros con muchos aditivos químicos que se introducen a los pozos para evitar la obturación) muy contaminantes. A partir de aquí empiezan a salir las aguas de formación, unas aguas mezcladas con partículas de petróleo y que son hasta ciento veces más salinas que el agua marina. Estas aguas son arrojadas a la superficie, salinizando ríos y acuíferos. Aparte de esto tenemos que contar con los inherentes accidentes y derrames en toda la cadena productiva, desde el pozo de perforación hasta los productos finales en forma de plásticos, gasolinas, diésel… Por ejemplo, en el transporte marítimo, cuando un barco llega a la costa y descarga el petróleo, se tienen que empujar todos los gases que han quedado en el tanque, inyectando agua de mar que queda contaminada. Esto nos demuestra que dentro de la práctica petrolera viene implícita la contaminación, no se puede disociar, y por otro lado sufrimos los efectos de la combustión del producto fósil que aboca la humanidad a no poder continuar viviendo en este Planeta.
Directa: ¿Cómo se oponen las comunidades locales?
Gavaldà: Dependiendo del nivel de organización e información pueden llegar a ejercer diferentes grados de resistencia. Hay comunidades indígenas a la selva amazónica que ya cuentan con una larga experiencia y llegan a plantarse. Pueblos de Ecuador como los shuar, los kichwa o los waorani han conseguido revertir algunas concesiones o paralizar ciertas actividades en sus territorios. Otras comunidades, desgraciadamente, tienen que vivir primero un proceso de engaños, mentiras, vulneración de derechos y contaminación de su territorio para después adoptar una posición más beligerante hacia las empresas extractivistas. La vía judicial, movilizaciones, bloqueos a los accesos o incluso la expulsión física de las compañías son algunas de las acciones de resistencia que constantemente tienen que llevar a cabo para evitar las exploraciones en sus territorios.
Directa: Es posible continuar con el extractivismo de forma respetuosa con las comunidades y el medio ambiente?
Gavaldà: Creo que es imposible una actividad de extracción fósil respetuosa que se basa en la explotación en cuestión de segundos de recursos que han tardado millones de años en formarse. Una actividad con tanto de impacto a lo largo de todo su ciclo de vida hace imposible asociar la extracción petrolera con una explotación sostenible y limpia.
Ilustración: Kelly Tasayco Phoenix.