Jacarezinho, en la Zona Norte de Río de Janeiro —conocida por haber sufrido la mayor masacre de la historia de Río, en la que murieron 28 personas el año pasado— fue elegida para ser la favela modelo del nuevo programa de militarización del gobierno estatal llamado Ciudad Integrada. Según el gobernador Claudio Castro, se trata de un proyecto policial que se refleja en las UPP y, lamentablemente, otras favelas también serán ocupadas este año.

Este nuevo proceso de militarización y control comenzó el 19 de janeiro en Jacarezinho. El territorio amaneció rodeado de 1.200 militares y policías civiles, además de la presencia de calaveras en el suelo. Menos de una semana después de la ocupación, hay numerosas denuncias de abusos policiales, allanamientos y robos. Los residentes han puesto incluso mensajes en sus puertas para evitar que la policía invada sus casas.

El sábado 23, los vecinos ocuparon las calles con pancartas y carteles pidiendo que se garanticen los derechos que les corresponden. Es importante destacar que escenas como estas de invasiones, robos, disparos constantes y residentes temerosos de que sus casas sean allanadas, fueron y siguen siendo recurrentes en las 44 favelas que durante 14 años fueron ocupadas por las UPP¹.

No se puede olvidar que estas prácticas son seculares y que el Estado brasileño se fundó sobre una acción militar-comercial de invasión, expropiación y explotación del trabajo de  personas racializadas. Sus lugares de residencia se convirtieron en el objetivo de diversas políticas que se aplican selectivamente para generar control y muerte, además de que estos espacios se han utilizado históricamente como laboratorio de una política militarizada. Al fin y al cabo, las técnicas utilizadas allí se reproducen en territorios empobrecidos de Brasil y de todo el mundo.

Justiça Global rechaza una vez más este modelo de militarización y control de la vida y el territorio. La integración significa para nosotros, en primer lugar, la garantía del derecho a la vida y las políticas sociales de salud, educación, saneamiento, vivienda, trabajo y generación de ingresos. Estamos hablando de otra ocupación militar dentro de territorios empobrecidos y de una de las fuerzas policiales que más mata en el mundo. ¡La favela no necesita policía!


¹Unidad de Policía Pacificadora

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