En Chile entró en vigencia una nueva ley que regula la entrega de plásticos de un solo uso y obliga a los sectores gastronómicos, ventas de comidas o servicios a domicilio, a usar plásticos certificados para vender sus productos. La medida busca disminuir la generación de residuos y proteger el medio ambiente.
Cada año, de acuerdo con las cifras oficiales del Ministerio del Medio Ambiente, se generan en Chile más de 23.000 toneladas de plásticos, y esta nueva ley pretende eliminar gradualmente estos desechos teniendo como fecha límite agosto de 2024.
«Los plásticos de un solo uso son cosas como esta, como este vaso; básicamente es algo que utilizamos en promedio entre 8 a 15 minutos pero que demora más de 500 años en degradarse y no desaparece completamente, las moléculas van a continuar contaminando en el medio ambiente, se va a fragmentar, si cae al mar las olas lo van a erosionar, si queda expuesto la luz solar va a terminar degradando su composición molecular pero el plástico va a continuar ahí por milenios», indicó el director nacional de Greenpeace en Chile, Matias Asun.
Los supermercados también deberán cumplir la normativa, ya que tienen la obligación de contar con una oferta de bebidas en formato retornable. Además, todas las botellas plásticas desechables que se comercialicen en Chile tendrán que ser elaboradas con un porcentaje de plástico recolectado y reciclado en el país.
«Estas botellas pláticas desechables van a seguir existiendo pero todos los supermercados actualmente van a estar obligados de ofrecer y recibir botellas retornables, entonces el consumidor va a tener la opción de seguir consumiendo la botella desechable o va a optar por la botella retornable, entonces el consumir va a tener más opciones y cuando la ley esté complemente implementada en agosto 2024, allí también los pequeños locatarios y comercializadoras de bebidas también van a estar obligados a ofrecer botellas retornables», expresó el CEO de Plastic Oceans, Mark Minneboo.
La promulgación de esta ley, ha sido asumida como una gran respuesta al tema de la contaminación plástica en los océanos y la participación ciudadana será clave en este proceso, porque serán los mismos usuarios quienes podrán denunciar a los expendios de comida o establecimientos que incumplan con la nueva normativa.