El próximo sábado, 29 de enero, distintos colectivos han convocado una manifestación en Madrid, para reclamar la»revisión urgente y profunda de nuestro sistema de protección para la necesaria desinstitucionalización cuanto antes de los 17.000 niños, niñas y adolescentes tutelados que crecen en residencias privados del entorno familiar biológico… Ya es hora de cumplir el Artículo 39 de la Constitución Española y cuidar a las familias en vez de destrozarlas, de separar a niños de sus progenitores y de sus hermanos, y de mantener un execrable negocio de miles de millones de euros a costa de su dolor.»
Comenzará a las 17 horas en la Plaza de España y terminará en la Puerta del Sol.
Tras los gravísimos y reiterados sucesos que están saliendo a la luz en los últimos meses, relacionados con la explotación sexual de niñas y adolescentes tuteladas en diferentes comunidades autónomas, las asociaciones convocantes de la manifestación del próximo sábado 29 de enero, reclamamos una revisión urgente y profunda de nuestro sistema de protección para la necesaria desinstitucionalización cuanto antes de los 17.000 niños, niñas y adolescentes tutelados que crecen en residencias privados del entorno familiar biológico.
El sistema de protección debe contar con los protocolos de prevención, detección e intervención necesarios para evitar que estos niños, niñas y adolescentes cuyas circunstancias emocionales, afectivas y psicológicas les convierten en un colectivo de especial vulnerabilidad, sean víctimas de violencia dentro del propio sistema de protección. Y el camino lo marca el Art. 39 de la Constitución Española, que dice
Los poderes públicos aseguran la protección social, económica y jurídica de la familia. Los poderes públicos aseguran, asímismo, la protección integral de los hijos, iguales éstos ante la ley con independencia de su filiación, y de las madres, cualquiera que sea su estado civil.
De los menores que entraron en residencias, tan solo 11 de cada 100 regresaron con su familia de origen, lo que apunta a la falta de trabajo con su entorno para que se produzca el retorno. Los niños entran en las residencias y se vuelven invisibles para la sociedad.
Es preciso el cambio de paradigma del acogimiento residencial a la ayuda a las familias biológicas, recurriendo al acogimiento familiar en casos excepcionales y de forma temporal, sin encubrir adopciones ilegítimas, y reservar los internamientos en centros exclusivamente públicos (sin negocio privado del dolor ajeno) para casos extremos.
La Renta Básica sería el camino adecuado para garantizar a todas las familias, en tiempos de crisis económicas, el mantenimiento de sus hijos con dignidad y sin que se pudieran aprovechar de su vulnerabilidad las mafias de la adopción encubierta y del negocio de centros privados.
En el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de los fondos europeos, el Gobierno de España ha previsto en el Componente 22, relativo a “Plan de choque para la economía de los cuidados y refuerzo de las políticas de inclusión” dos inversiones relativas a la desinstitucionalización y a la modernización de los servicios sociales, siendo la ayuda a las familias biológicas la asignatura pendiente.
Solicitamos a todas las administraciones autonómicas que impulsen el cambio estructural de modelo en el sistema de protección, priorizando las ayudas responsables a las familias biológicas.
Las evidencias científicas demuestran que la familia es el entorno que necesita la persona para su pleno desarrollo.
El próximo sábado 29 de enero, saldremos a la calle vestidos de herejes frente a la inquisición que aún roba niños en España y que no desapareció en el siglo XIX, camuflándose ahora bajo la Administración a través de los Servicios Sociales y siguiendo robando bebés y adolescentes, como lo hacía en la dictadura militar y bien entrada la democracia. Simplemente han perfeccionado la técnica: ya no tienen que simular fallecimientos de niños recién nacidos, enseñando bebés muertos congelados. A través de la Administración, pueden robarlos a cualquier edad y a cualquier familia, sin pasar por un juez.