La parálisis general de 21 meses, provocada por la pandemia de covid-19, tuvo un impacto destructivo en la economía mundial, se cobró más de 5,2 millones de vidas, desestabilizó a los gobiernos y cambió radicalmente los estilos de vida en todo el mundo.
Pero la pandemia también ha socavado el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), establecidos por la comunidad mundial en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), incluido su ambiciosa meta de de erradicar la pobreza extrema y el hambre para 2030.
El mundo «se enfrenta a un reto como nunca antes», asegura con dramatismo el secretario general de la ONU, António Guterres, pero los ODS ofrecen una hoja de ruta para volver a la senda correcta.
Guterres destacó la importancia de una recuperación mundial equitativa e inclusiva, pidiendo a la gente de todo el mundo, incluidas las regiones del Sur en desarrollo: Asia, África y América Latina, «que trabajen con sus gobiernos para poner a las personas en primer lugar en sus presupuestos y planes de recuperación».
El rico y diverso patrimonio cultural y natural de África, señaló, es importante para el desarrollo sostenible, la reducción de la pobreza y la «construcción y mantenimiento de la paz».
Así lo remarcó en su intervención en en encuentro anual de la ONU y la Unión Africana (UA), el 1 de diciembre, cuando también afirmó que poner fin a la pandemia sería una de las claves de la recuperación.
Sin embargo, a pesar del trabajo de la UA y de los esfuerzos conjuntos para aumentar el acceso a las vacunas y a los suministros médicos, solo 6 % de la población africana -más de 1200 millones de personas en 54 países- tiene la vacuna completa en el continente.
Guterres criticó con acritud por castigar a África porque uno de sus países, Sudáfrica, identificó y notificó de una nueva variante del coronavirus, la ómicron, cuando debería aplaudirse que haya compartido su hallazgo. Además, insistió que el virus no tiene fronteras y aislar o restringir los viajes de un grupo de países, como se ha hecho, es injusto y punitivo, además de ineficiente.
En una entrevista con IPS, Djibril Diallo, presidente y director general de la Red de Renacimiento Africano y de la Diáspora (ARDN, en inglés), dijo que desde principios de 2020, la pandemia de covid causó estragos en la vida y los medios de subsistencia de las personas en todo el mundo.
Aunque las tasas de infección por covid en África no son tan elevadas como en otras regiones, el declive económico y el trastorno social causados por la pandemia están perjudicando décadas de avances en el desarrollo del continente, señaló.
Las estadísticas han demostrado su impacto en la pobreza y el hambre, especialmente en partes del África subsahariana, y el aumento de la violencia doméstica, el matrimonio infantil y la disminución de la educación femenina.
“Sin embargo, creo que los efectos de la covid-19 en África aún se están estudiando, y sería prematuro esbozar retrocesos”, afirmó, antes de considerar que el trabajo para alcanzar los ODS en 2030 sigue en marcha, y no hay tiempo para dormirse en los laureles.
Estos son algunos extractos de la entrevista de IPS de Diallo, con más de 35 años de experiencia en relaciones internacionales y quien ha trabajado en varias agencias de la ONU a nivel regional y mundial.
IPS: ¿Cómo calificaría los éxitos de sus esfuerzos para dar paso a un Renacimiento Africano que fomente la unidad entre las naciones africanas y los afrodescendientes en la diáspora, y cuáles son los próximos pasos?
DJIBRIL DIALLO: La ARDN, una organización internacional con sede en Nueva York, lleva funcionando desde la década de los 90. Sirve como órgano de coordinación para unir los esfuerzos de individuos y organizaciones hacia un único propósito: apoyar el advenimiento del renacimiento africano fomentando la unidad entre las naciones africanas y todos los pueblos de ascendencia africana en la diáspora.
Con el apoyo de las Naciones Unidas, la ARDN lanzó una iniciativa para popularizar los ODS en África y en la diáspora. Durante años hemos creado programas y proyectos que encarnan las virtudes consagradas en la Carta de las Naciones Unidas: la paz, la justicia, la libertad, el respeto, el progreso social, la igualdad de derechos y la dignidad humana, los derechos humanos, la tolerancia y la solidaridad.
Empezando por África y la diáspora africana, nuestra iniciativa ha facilitado y fomentado la colaboración entre las partes interesadas pertinentes para crear una comprensión y una concienciación sobre las Naciones Unidas y su trabajo y, además, crear un entorno propicio para la aplicación exitosa y la apropiación del marco de los ODS.
Por lo tanto, calificamos nuestro éxito en función del impacto de nuestra red en la consolidación de las asociaciones, la colaboración y la comunicación entre los afrodescendientes y el mundo en general.
Para ello, hemos desarrollado con éxito asociaciones comunitarias entre municipios de Estados Unidos cuyos alcaldes son miembros de la Conferencia Mundial de Alcaldes y sus homólogos de África, lo que ha reforzado el desarrollo económico y comunitario de dichos municipios.
También hemos llevado a líderes universitarios de Estados Unidos a varios países de África, reforzando y facilitando el intercambio de conocimientos y la mejora de la calidad de la educación superior.
Colaboramos con organismos de la ONU en programas como la campaña «Tarjeta Roja» de la ARDN, cuyo objetivo es poner fin a todas las formas de violencia y discriminación contra las mujeres y las niñas. En todos ellos, prestamos mucha atención al renacimiento y al renovado interés por la cultura, las artes y el crecimiento general de la juventud africana.
Para 2022 y más adelante, la ARDN ha identificado la comisión sobre la condición de la mujer, la Cumbre de la Unión Africana, la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Día Internacional de los Afrodescendientes y la Copa del Mundo de la FIFA (Federación Internacional del Fútbol Asociado) como ocasiones estratégicas en torno a las cuales se pueden desarrollar actividades para aumentar la concienciación pública de la campaña Tarjeta Roja.
También seguiremos desplegando campañas nacionales y regionales de la Tarjeta Roja antes de Catar 2022, y la ARDN y sus socios seguirán hermanando las universidades de África con las de Europa, Estados Unidos y América Latina.
IPS: ¿Qué alcance tiene su campaña Tarjeta Roja, lanzada con motivo de la Copa Mundial de Fútbol Femenino, para eliminar la discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas, especialmente en África?
DD: La campaña Tarjeta Roja de la ARDN se lanzó a nivel mundial el 6 de marzo de 2020 en la sede de la ONU en Nueva York y, desde entonces, hemos avanzado de forma constante para conseguir que los socios se sumen a ella y que el mensaje llegue al público en general.
Se trata de una asociación con las agencias del sistema de las Naciones Unidas, la FIFA, el gobierno de Costa Rica y el Consejo Presidencial para África del gobierno francés.
Un objetivo integral de la Campaña es obtener un mínimo de un millón de compromisos en todo el mundo para la Copa Mundial de la FIFA de noviembre de 2022 en Catar. Por lo tanto, esta campaña es la principal prioridad de ARDN para 2022.
En este contexto, hemos llevado a cabo una serie de lanzamientos nacionales y regionales de la Campaña de la Tarjeta Roja de ARDN en países y regiones estratégicamente identificados con el fin de acelerar los compromisos de las partes interesadas con la Campaña.
La campaña de la Tarjeta Roja va más allá de la recogida de un millón de firmas. También se trata de poner de relieve la naturaleza intrínseca de la violencia y la discriminación contra las mujeres, y una vía para mostrar y honrar a las personas, los programas o las políticas que han reducido o eliminado eficazmente la violencia y la discriminación contra las mujeres y las niñas.
Esperamos influir en las políticas mundiales y promover el papel de las mujeres y las niñas en el desarrollo socioeconómico de África y de los africanos en la diáspora.
IPS: ¿Cuáles son los principales impedimentos para el avance económico de África? ¿La escasez de fondos para el desarrollo? ¿El aumento de la deuda externa? ¿Falta de inversiones extranjeras? ¿O la ausencia de voluntad política?
DD: Diría que la respuesta se encuentra en parte en cada una de sus preguntas, entendiendo que hoy en día hay una nueva generación de líderes africanos que se han remangado y luchan por conseguir la recuperación y el desarrollo de sus pueblos.
El problema es que esas historias de los esfuerzos de África no llegan a los medios de comunicación que importan.
Por lo tanto, tenemos que abordar dos puntos importantes en este sentido: Por un lado, los retos a los que se enfrenta África en sus esfuerzos por avanzar económicamente y, por otro, las proyecciones negativas generales de África en los medios de comunicación internacionales.
Es necesario que los medios den más cobertura a los esfuerzos de los países africanos que están invirtiendo en sus jóvenes para aprovechar el dividendo demográfico previsto. El desempleo juvenil es otro gran reto.
Ha provocado que un gran número de jóvenes desempleados y sin poder emigren a través de rutas ilegales y traicioneras hacia Europa o que contribuyan a los conflictos políticos y a los disturbios civiles en el continente.
Los peligros relacionados con el clima amenazan aún más los medios de subsistencia y socavan los ya frágiles sistemas de desarrollo del capital humano.
IPS: Un nuevo informe publicado en octubre por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advierte que los cambios en los patrones de precipitación, el aumento de las temperaturas y un clima más extremo contribuyeron a aumentar la inseguridad alimentaria, la pobreza y los desplazamientos en África el año pasado. El informe afirma que la rápida reducción de los últimos glaciares de África oriental, que se espera que se derritan por completo en un futuro próximo, señala la amenaza de un cambio inminente e irreversible en el sistema terrestre. ¿Son los líderes africanos conscientes de las inminentes catástrofes naturales causadas en gran medida por el cambio climático?
DD: La importante participación de África en la recién finalizada COP26 (26 Conferencia de las Partes de la Convención sobre cambio climático) es una muestra más de que el continente asume los problemas del cambio climático. Muchos líderes africanos son muy conscientes de las inminentes catástrofes naturales causadas principalmente por el cambio climático.
Debido a la vulnerabilidad del continente, estamos presenciando un mayor apoyo desde África a los esfuerzos internacionales para combatir el calentamiento global y el cambio climático. Los gobiernos africanos fueron los principales promotores de la Convención de 1994 para combatir la desertificación.
Varios países africanos son signatarios de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) de 1992 y del Protocolo de Kioto de 1997, el primer y único tratado internacional que establece límites vinculantes a las emisiones contaminantes.
En el seguimiento de la COP26 (celebrada en la ciudad escocesa de Glasgow en noviembre) pasado), creo que veremos cambios fundamentales en el enfoque global del cambio climático, incluyendo los propios retos de África.