Producir conocimiento literario indígena, construido con estudiantes de la Licenciatura Intercultural, con el objetivo de promover autoinformes de afirmación e identidad, es el objetivo principal del Proyecto Tupiabá, realizado en alianza entre la Universidad Federal de Espirito Santo (UFES) y otras instituciones de Espírito Santo y Bahía.
Según la docente Marina Rodrigues Miranda, asesora del Proyecto, Tupiabá significa “el sonido de la piel de un pueblo”, o “una identidad sentida en la piel”. Marina destaca la riqueza morfológica y semántica del antiguo Tupi, así como los aportes de significados y vivencias vividas por los sujetos que brindan esta cultura.
«Conversa(a)cción»
Conforme la docente, el Proyecto Tupiabá nació en el universo educativo de una praxis literaria inventiva del Componente Curricular de Literatura Indígena-Originaria, “provocada desde el universo mnemónico de historias orales contadas y recontadas y de la herencia espiritual de nuestros antepasados ”, de los pueblos Tupiniquim y Guaraní de Aracruz, en el estado brasilero de Espírito Santo.
“El objetivo principal era provocar conversaciones traducidas de cosmovisiones nativas reveladas a partir de autohistorias originadas en el territorio de cada pueblo (Guaraní y Tupiniquim). La propuesta fue componer narrativas de circularidades de cosmologías indígenas, ya que es un importante aporte multicultural a ser abordado en la Literatura Indígena”, explica Marina.
Según ella, el Proyecto Tupiabá se desarrolla de manera colectiva e integrada con la «conversa(a)cción», a través de la correspondencia, que constituye una concepción ecológica educativa del saber original, de adentro hacia afuera y de afuera hacia adentro, vinculada a las costumbres indígenas de redactar cartas de autoría colectiva a la sociedad, reivindicando sus derechos, “principalmente en relación a sus territorios y preservación ambiental”, además de educar a sus interlocutores respecto a otras formas de conocimiento alejadas de los paradigmas occidentales.
Sin embargo, según Marina, este proceso se invirtió en tiempos de pandemia, ya que gente de fuera escribía a las aldeas, en reciprocidad a las comunidades indígenas que tanto escribieron al mundo y nunca recibieron respuesta. “De esta manera, los sujetos del mundo estarían esperando las respuestas de los pueblos indígenas, aceptando sus tiempos completamente diferentes al sentido del tiempo de las poblaciones de la ciudad”, destaca.
«Existencia y resistencia”
También según Marina, de esta forma se construyen narrativas con estos sujetos participantes, narrativas escritas en Cartas-Mundo, esperando respuestas de las Cartas-Tierra de los indígenas. En este movimiento por correspondencia se involucran niños, adolescentes y también adultos, con el objetivo de difundir el conocimiento de los pueblos al mundo, “componiendo un universo de diálogos multiculturales». “Además de este amplio objetivo, se suma el conocimiento de las culturas de la infancia y la adolescencia indígenas en sus protagonismos originales, mediadas por la redacción de cartas de la tierra que sembraran su territorialidad”, destaca.
La profesora también afirma que este ejercicio propone aun la escritura de la tierra, un espacio de diálogo para la creación de una «literatura de la tierra», desde la perspectiva de las poblaciones indígenas en sus modos de «existencia y resistencia» y, al mismo tiempo, incentivarlas en los procesos de aprendizaje de la lectura y la escritura en sus formas originales, trayendo sus historias vivas y sus perspectivas en relación a la pandemia.
La propuesta inicial del Proyecto Tupiabá se llevó a cabo con cuatro comunidades: Irajá, Pau Brasil (pueblo Guaraní y Tupiniquim de Espírito Santo/ES), Pé do Monte y Trevo do Parque (Pataxó de Bahia/BA), con trabajo en diversos frentes de acción, como la formación de docentes en diferentes municipios indígenas y no indígenas, charlas en diferentes foros y organización de nuevos proyectos con pueblos del bosque, intercambios de correspondencia y seminarios, entre otros.
Actualmente, Tupiabá involucra a unas 2.000 personas y, según Marina, esta iniciativa es una prioridad para las comunidades indígenas, porque manifiesta las muchas voces de los pueblos originarios, en el reconocimiento de los legados identitarios que se priorizan en las políticas de revitalización de las lenguas maternas y publicación de las cartas que fueron escritas por los pueblos que circularon en diferentes foros.
Con respecto a la Academia, las propuestas de alianzas con profesionales de diversas universidades amplían y reverberan el propósito de la investigación, que es difundir las especificidades de las culturas de los diferentes pueblos indígenas de Brasil. Además de la UFES, están involucradas otras instituciones universitarias, como UFSB, UFBA, UNEB-Seabra, UFPA-Altamira, así como otras redes de conocimiento que se han alcanzado con el propósito de continuar la formación docente sobre este tema en las instancias municipales de los estados de Bahía y el Espíritu Santo.
En cuanto a los resultados percibidos hasta el momento, es posible mencionar el uso, por parte de los pueblos, de materiales didáctico-pedagógicos enviados a las escuelas; la elaboración de escritos de cuentos y literatura indígena producidos por los maestros indígenas involucrados en el proyecto; la participación de reconocidos investigadores-autores de educación popular en la elaboración de diálogos con niños indígenas a partir de intercambios de correspondencia; la constitución de colectivos docentes en la red pública de educación superior a favor de la formación continua vinculada al proyecto; la publicación de libros electrónicos sobre literatura terrestre compuestos por escritos provenientes de estas niñez y juventud indígenas, entre otros.