La protagonista hace unos días fue la «Carta Magna» o Constitución Española (CE). Celebramos su promulgación el seis de diciembre de cada año. Carta Magna suena como «Tarta Magna» y estamos de celebración. Buen “bollo” sería la Ley de Leyes. Se horneó en tiempos difíciles, tras morir Franco y la primera parte de la Transición. El proceso constituyente fue también una época dura.
Ya pasada la celebración, la festividad y el puente, sigue siendo oportuno hablar la CE. En 2021 muchas cosas son el mundo al revés. Patricia R. Blanco lo describe bien en su artículo del diario El País a raíz de unas palabras del lider de la Oposión en España: «…»En la Transición ni hubo ocultación, ni sometimiento, ni miedo. Hubo grandeza moral, sentido de la historia, reconciliación y concordia”. El nuevo líder del PP, Pablo Casado, describió así el periodo posterior a la muerte del dictador Francisco Franco en un tuit el pasado 2 de septiembre, el mismo día en el que anunció que impulsaría la “ley de la concordia” para “derogar la sectaria relectura de la Historia” impuesta, según considera, por la Ley de la Memoria Histórica. Sin embargo, los cientos de vidas que se cobró la violencia política en aquel periodo, que a falta de un registro oficial los investigadores calculan entre 600 y 700, rebaten esa imagen idílica de la Transición.»
La periodista Patricia R. Blanco, con claridad expositiva y veracidad ayuda a recordar el contexto y proceso constituyente. Añade además el contexto actual, de cómo ve Pablo Casado, lider del principal partido de la oposición, aquella época de 1978. Resaltando lo poco que sabe de historia Casado o lo mucho que distorsiona todo al hablar. ¡Santo cielo! ¡Este que nos podría gobernar alún día si fuera tan maletilla!
De la Transición, yo sí recuerdo la matanza de Atocha, en enero de 1977. Cuando un comando ultraderechista mató, en Madrid, a cinco abogados laboralistas. Hirió a tres personas más. También ETA apretó el acelerador. En total hubo entre 600 y 700 muertes en la Transición. Recuerdo, en Madrid, como pululaban a sus anchas por Moncloa y el centro comercial Galaxia los grupos de extrema derecha. Como entraban a cadenazos en cafeterías o sembrando el terror por las calles. Los que vocean en el «=N viva Franco, son herederos de aquellos.
Con la mejor actitud durante esa misma Transición, los enemigos políticos declarados durante el franquismo pasaron un valioso tiempo juntos. Trabajaron juntos, como opuestos y dialogando para ser los “padres de la Constitución”. Así los llamaron después. Renunciaron a muchas líneas rojas esa gente.
Las virtudes que más les deberíamos agradecer hoy, por ser tan escasas, es la cordura y humanidad en tiempos revueltos donde la animalidad puja fuerte por manifestarse en nuestras vidas.
Antaño, entre 1975 y 1978, se asumió que el otro, el contrario, existía. Muerto Franco, en la vida política española, se asumió la “alteridad del otro”. Se asumió su legitimidad como alguien que exisite. Se empieza a aceptar del otro que, sus ideas y él, son algo necesario y hasta enriquecedor o favorecedor de una estabilidad duradera.
Hogaño, todo el paisaje político y ciudadano está cruzado de líneas rojas, de descalificación y de furia. Distorsión total en las narrativas. Hoy nuestros políticos hablan desde marcos referenciales falsos, sobre los que levantan todo un edificio de mentiras. Trampantojos puro, falso aunque suene a verdad. Fakes, como se dice ahora. Así no hay diálogo posible. Todo vale para deslegitimar a los representantes de la sociedad española. PSOE, Podemos Unidas, etc. A todos toman por enemigos. Rojo, comunista, socialista, son palabras que han vuelto al vocabulario, como en la España de Franco. Solo que ahora con intención de deslegitimar y matarle o enterrarle políticamente. Pero el otro, en realidad, solo es el contrario político. También se han añadido descalificaciones nuevas al lenguaje franquista, como bolivariano, bananero, perro flauta, coletas,… La falta de respeto al contrario, a su alteridad y derecho a ser distinto, es indescriptible. Bastante más del lado de la Derecha que de la Izquierda.
Lo triste es que toda esa descalificación suceden hasta en Las Cortes Generales y en las Asambleas Autonómicas. Penoso si comparas con el paisaje de 1978. También había ánimos encontrados, vocerío y prensa histérica. Pero trabajaban por un País y una convicencia mejores, esos padres constituyentes. Ese ambiente, cuando nació nuestra Constitución (CE) para nada es el actual.
El pasado seis de diciembre, hemos celebramos que tenemos la “Carta Magna”, menos mal. Llamemosla Tarta Magna, aquí por un rato, como artificio narrativo y con todo respeto.
Buena Tarta, en su interior buen bollo. Pero no a todos llega ni ampara por igual.
Por poner un ejemplo. ¿Te ampará por igual si no tienes dinero para abogados, o muchísimo menos que «la parte contraria»? Ésta puede ser una persona física, jurídica o el propio Estado ─en alguna de sus representaciones y niveles─. Si no te puedes defender al mismo nivel, es como David contra Goliat. Rara veces sale a favor del primero. En este caso no tan hipotético entre desiguales en defensa, se aplica la Constitución formalmente. Aunque el que tiene defensa del Turno de Oficio para un pleito largo y complejo o tiene un abogado frente a todo un gran despacho, lo Tiene difícil. El Turno de Oficio para lo simple en general basta. Hay buena gente que se lo trabaja. Pero en un pleito largo y complejo el «Estado de derecho” se diluye un tanto. Tener leyes protege eso sin duda. Peor están en otros lugares del Planeta. Pero si eres pobre te alcanza menos porción de la tarta magna. Mucha gente ni pleitea por problemas económicos. La justicia queda fuera de menú para ello. Otras veces puede que nos dé la razón una sentencia. Pero, si llega quince años tarde, no es justicia, ni tarta, y menos «magna». ¿Dónde está la Constitución en ese momento? En lo alto, encumbrada, con bastante falta de aplicación eficaz o sin mucho empeño por su cumplimento. Esa sebería ser la aaspiración de todos en este día.
A algunos el espíritu de la Constitución les llega, por tanto, gaseoso, diluído y escasamente materializado. Como si fueran buenas palabras y buenos deseos. Al inmigrante, ya sea en situación regular o irregular apenas, apenas les cae nada de la «Tarta Magna». A veces ni plato, ni cuchara…
Este pasado seis de diciembre muchos pedimos que se aplique más y de pé a pá esta Constitución. De momento ya sería mucho.
La realidad es que se arrollla tanto su espíritu como su literalidad constantemente. Lo hacen, por ejemplo, los fondos de inversión o las grandes corporaciones globales. BlackRock, Facebook, Google, Amazon, y un largo etc. Todas estas empresas, corporaciones y fondos de inversión tienen más poder que cualquier Estado.
Las constituciones en el Mundo defienden bien la propiedad privada, pero los lobbies tienen un insondable caudal de capital para gastar en bufetes poderosos. Estos bufetes están incluso presentes en la primera redacción de las leyes. Especialmente en lo relacionado con la energía y el medioambiente. En general presionan para que se ponga en el articulado sus «huevos de pascua». De este modo, cuando la Ley sea aprobada hará que el agua pase por sus molinos. Es lo que pasa en la UE. Es pura incompatibilidad de intereses que una gran empresa consultora esté en el borrador de una ley y a la vez tenga clientes afectados por esa ley futura. Por tanto, tienen más poder que nuestros legisladores electos, como se decía unas líneas antes. Ponen en la ley las trampas que necesitan “sus amos” para violar el espiritu de las mismas.
Los lobbies, en las instituciones de la UE están sobrerrepresentados. Mal se defienden las constituciones y leyes en cada Estado de la UE, teniendo a «la apisonadora tuerce voluntades» de los lobies en la zona noble del edificio jurìdico europeo.
Constituciones: significa ley de leyes… Pero el egoísmo y la mentalidad imperante, global y localmente, diluyen las buenas palabras e intenciones de sus textos. Aunque es de celebrar que aquí tenemos la nuestra. Peleemos por que se cumpla. Estemos preparados para defenderla y mejorarla.
Volviendo al ambiente polítco actual en España y nuestra Constitución, el Partido Popular amenaza con una primavera y verano calientes en 2022. Desde que Pedro Sanchez es presidente, todas los proyectos de leyes que se presentan llevan, casi seguro, la enmienda a la totalidad del PP y VOX. Para acabar una vez promulgada en un recurso ante el Tribunal Constitucional (TC). Su estrategia es un «no, no y no. Nada de negociar, transaccionar, hablar. Curiosa actitud en tan voceadores defensores de la Cosntitución. Este gobierno fue elegido por «el Pueblo Español», que según la CE es el Soberano (Artículo 1 CE). Para la derecha española no. Buscan tumbar al gobierno, que consideran ilegítimo, desde antes de que se constituyera. En el acto de investidura. Pablo Casado (PP) llegó a insultar durante diez minutos al nuevo presidente del Gobierno, resultante de los pactos post electorales. Hubieran echado sal sobre su tumba política si pudieran.
Al PP y sobre su papel como partido, el TC mismo le ha dicho que cambien de táctica. Les ha pedido en sentencia que hagan oposición políticamente, en las Cortes. No en los tribunales, ni pleiteando desde TC, el TS y los Tribunales Superiores de Justicia. Les pide que no cuestionando la acción de gobierno y las Administraciones Públicas en causa general. Recordemos como estorbó esa actitud de la oposición durante la primera parte de la Pandemia.
En resumen, el TC le dice a los Populares (y VOX, sus mariachis) que no están demasiado centrados en la Constitución (CE) por mucho que se digan constitucionalistas. ¿Con semejante panorama cómo hacer cambios de alcance en las leyes de nuestro País. ¿Como abordar una actualización de la Constitución española de 1978, para ponerla en 2021? ¿Con esta oposición a la que se le hace anatema todo avance para que España se encamine a ser más un «Estado social y democrático de Derecho» (Artículo 1 CE). No son «conservadores» quienes lo incendian todo en sus rabietas. Solo creen en su retrógrado modo de entender la sociedad, o de entender la vida y las relaciones entre los individuos.
En la oposición con opción a gobernar algún día, tenemos a un partido que juega a bombero-torero-dinamitero en los cimientos del País y en todos los foros a su alcance. Por ejemplo, plantearon cuestión de inconstitucionalidad contra la Ley del Aborto. El TC está tardando aaaaaaños en pronunciarse. Mientras tanto, los políticos, simpatizantes y votantes del PP, que abortan, ¿saben que están en contra?
Otro perla: hace no mucho Pablo Casado declara que va a derogar la “Ley de Memoria Histórica” (de 2007), o la de “Ley de Memoria Democrática”(que la sustituirá si se logra consensuar) cuando lleguen a gobernar. Son textuales palabras de Pablo Casado, el jefe del Circo de la calle Génova.
Ahora los lideres máximos del PP y VOX están de gira por Suramérica pregonando lo mal que está España y lo peligroso que es el populismo de PSOE y Unidas Podemos. Alertando de una supuesta inseguridad jurídica o riesgo de país… Con estos embajadores, ¿quién vendrá a invertir aquí?. Grandes patriotas estos de nuestra derecha. No dan ni una.
¿Dónde se ha visto eso? Una oposición democrática que se niega a aportar la mejor actitud y aceptar al otro, que salió electo. Eso va contra el artículo 6º de la CE. Claramente se niegan a sacar adelante el País en medio del caos suma de la crisis económica y pandemia. En medio de la caída del modelo neoliberal globalizado. También se niegan a buscar un espíritu sereno para abrir el melón constitucional, o para renovar el CGPJ. NO lo veo.
¿Renovar o cambiar la Consti ahora?
Veamos el estado de la Nación: no tenemos una oposición constructiva que aporte alternativas y matices a los cambios que, tibubeante o con voces discordantes, propone el Gobierno de coalición actual. Quien no puede con lo poco, no puede con lo mucho. Es mejor que nadie toque la Constitución (CE), por favor. «Hermanito no me ayudes». Si en sus declaraciones y acción política ya muchos parlamentarios y partidos parecen estar fuera de ella, ¿qué harán si pudieran cambiarla? Da miedo pensarlo. Además, para eso hace falta sensatez. “Un trabajo limpio pide tranquilidad, además de manos, herramientas y mesa limpias” decía mi padre. Pues razón tenía.
PP, Ciudadanos, VOX, y también los extremos, estén donde estén, izquierda, derecha, centro, periferia… No parece que tengan ganas de sumar en algo mínimamente común.
La CE de 1978: Conclusión
Intentemos ver la alteridad en nuestros políticos. Aunque no sean «los nuestros». Intentemos ver y reconocer “al otro” y no dudar de la legitimidad por sistema. No si es para mejorar las leyes. Los representantes elegidos existen porque hay millones de ciudadanos españoles que les votan. Es el juego de la democracia representativa (nuevamente el art. 1 CE).
Tres menciones al Artículo 1 de la Constitución. Hay muchos más. Pero dejemos la Consti tal como está y mejor llamar a la movilización para su mejor aplicación. Salgamos de la indiferencia, la postración, etc, con cabeza y corazón.