POEMA
Están en las calles y
en las plazas,
guiando pasos,
a los confines de la
habitualidad.
Huellas multiformes,
hacia los breves
triunfos;
hacia los merecidos
descansos.
Farolas,
altivez y
elegancia;
cómplices de mil
romances,
en armonía con
la plateada luz
de Selene y
los delicados
aromas,
de los rosedales.
Iluminancias de
la historia,
en los recuerdos de
Gaudí y
las farolas,
en la Plaza Real,
de la eternamente
bella,
Ciudad Condal.
Farolas perdurables,
realzando el
azul turquí.
Deslumbrante
verdad;
que reina en la
serena noche,
de mi preciada
comunidad.