Por Sonia Di Santo y Santiago Laiolo
En el marco del Encuentro abierto del Nuevo humanismo, denominado “El ser humano como valor central” reflexionamos sobre la problemática del rio Parana. 2do río mas largo de América del Sur y los humedales.
Los humedales son ecosistemas sumamente valiosos que permiten el desarrollo de la vida de muchas maneras. En ellos la presencia de agua, que puede ser permanente o temporaria, es la que marca la estructura y funcionamiento de todo el sistema. La flora y la fauna están adaptadas a esos pulsos y fluctuaciones del agua.
Los humedales brindan gran cantidad de beneficios a las poblaciones humanas, ya que regulan las inundaciones y sequías, purifican el agua y el aire, brindan alimento, materiales de construcción, sitios para realizar actividades de recreación y esparcimiento. Y nos conectan con la naturaleza de la que somos parte.
Aproximadamente el 20% de la superficie de Argentina son ecosistemas de humedales, y son muy distintos entre sí. Como los humedales de alta montaña en la cordillera, los salares de la Puna, los humedales fluviales del litoral, los mallines patagónicos, las turberas fueguinas, y la costa atlántica, entre otros.
Desde 1971 el Convenio Ramsar de Humedales (1) de la UNESCO les da un marco de protección internacional a estos ecosistemas, que son de los más maltratados por las actividades humanas, ya que históricamente han sido considerados como “zonas improductivas”. Por lo que han sido drenados, terraplenados y secados para realizar actividades de producción agroindustrial.
La problemática se genera por el accionar de nuestras prácticas cotidianas que no tienen consideración de las características particulares de los ecosistemas en donde se realizan y promueven la transformación de los ecosistemas naturales en sistemas de producción agroindustrial. Debilitando la trama de la vida que nos sostiene como especie habitante de este planeta.
Con la bajante del río Paraná se acrecienta el maltrato al ecosistema de humedales del que forma parte. Este maltrato y destrucción es generado por la falta de conciencia, desde consumos energéticos excesivos, generación de residuos que no son debidamente tratados, prácticas deportivas que se realizan en lugares no adecuados, hasta explotación agrícola, ganadera e inmobiliaria.
Este avance que hacemos sin registrar el impacto destruye a especies y empeña el futuro que afrontamos como humanidad. Por eso es importante poder contar con leyes que nos ayuden en la educación desde temprana edad, leyes que sancionen a los que cometen estas atrocidades persiguiendo un fin económico de agotamiento de recursos, leyes que ayuden a prever el cuidado de los ecosistemas para que estos se renueven y sigan siendo parte de la balanza mundial que nos mantiene vivos.
Es un factor clave que empecemos a ser conscientes de cómo consumimos la energía y cómo se genera ésta, que entendamos que sólo en la toma de conciencia vamos a encontrar una salida a los cambios climáticos que enfrentamos . La disminución del uso de energía y el uso de alternativas renovables, la reducción y el correcto manejo de residuos y el cuidado de nuestro ambiente tiene que ser nuestros ejes a la hora de plantear nuevos proyectos y adecuar nuestra forma de vivir, porque los recursos son finitos pero nuestra capacidad de aprender y crear es infinita por eso debemos dar rienda suelta a la investigación y el desarrollo en pos de la vida y seguir apostando a las generaciones futuras y entender que como generación que descubrió estos errores debemos ser los primeros en remediarlos.
Se proyecta video del Paraná no se toca enlace https://youtu.be/nI_tlO-83Zo
(1) La Convención de Ramsar identifica humedales de importancia internacional, especialmente aquellos que proporcionan hábitat para aves acuáticas.
Sonia Di Santo es docente Argentina. Referente de la agrupación El Paraná no se toca.
Santiago Laiolo es presidente de la Fundación Un Sol sale para Todos