Nací en el año 1958, la mitad del siglo pasado, nadie diría que el tiempo pasaría tan rápido o que ahora estaría sentado hilvanando estas ideas en palabras que espero logren transmitir un concepto central que deseo comunicar. Lo digo inmediatamente de modo de bajar la ansiedad respecto de lo que quiero decir.
La juventud está siempre buscando liderar y forjar un futuro, debo agregar que este deseo la mayoría de las veces es inclusivo, cambiar la sociedad, mejorarla en todos los aspectos posibles.
Esta sería mi tesis central. Sistemáticamente la juventud tiene oposición para lograr este anhelo, y esta batalla se libra contra “el sistema”, representado por los gobiernos, los mayores, las limitantes “de lo posible”, “son sueños de juventud” como se ha dicho de manera despectiva, mil veces en el curso de los años, al menos desde que yo tengo memoria. Las canciones que entonábamos en nuestra juventud, voz en cuello, hablaban de cambios, revolución, conflictos entre padres e hijos, esto en todos los idiomas y en todas las culturas. Ejemplos hay muchos y cada uno de ustedes al leer esta nota tendrán su propia lista de canciones que podrán recordar.
Desarrollando la idea un poco más, me podría preguntar si en realidad eran erróneas las aspiraciones de la juventud entonces de luchar contra la contaminación, las guerras como Vietnam, las guerras de Afganistán, proteger la deforestación del Amazonas, la hambruna en África, el Apartheid y tantas otras luchas mundiales y locales que los jóvenes principalmente lideraron en muchas partes del mundo con mayor o menor eco. Acá en Chile la lucha contra la dictadura de Pinochet ha sido probablemente la lid de nuestra generación que fue más notoria. La demostración de que esos esfuerzos no hubiesen valido la pena o que eran ideas francamente pueriles e irrelevantes serían a mi modo de ver las siguientes:
La primera es ver que el asunto que se desea cambiar sigue igual, por tanto la lucha fue infructuosa y tendría que ocurrir entonces, además, que al cabo de todos estos años estamos bien, y no ha pasado nada de lo terrible que se anticipaba, por tanto los jóvenes de entonces estábamos equivocados, no era necesario cambiar nada.
En esta categoría pondría a las luchas medioambientales y las protestas sociales contra las guerras, dado que todas esas peleas se han perdido básicamente, no se pudo cambiar el curso de las cosas, ninguna guerra realmente se detuvo hasta que por cansancio se retiraron, pero no fue por las protestas, lo mismo hasta ahora por los temas medioambientales. El balance que hoy tenemos, miles de muertos y todas las posiciones geográficas, invasiones básicamente, que se quisieron tomar para “cambiar la vida a los vietnamitas, afganos, sirios, palestinos y un largo etc… Todas estas incursiones bélicas no llegaron a ningún lugar, excepto en traer dolor y muerte a todos los involucrados y a que la industria del armamento se hizo mucho más poderosa y lograra record de ventas.
En el aspecto medioambiental es evidente que si se hubieran hecho cambios hace muchos años atrás no estaríamos ahora, nosotros como especie amenazados, por las extremas condiciones en que vivimos hoy, perseguidos por escasez de agua, erosión, el planeta vive la pérdida de miles de especies animales y todos los ecosistemas amenazados, con una mínima proporción del planeta sin intervención humana y ahora además una posible explicación de la pandemia de Covid-19 es una expresión de la falta de diversidad ecosistémica que nos trae a este incordio ambiental absolutamente crítico. Aún no sabemos el fin de esta parte de la historia, solo que estamos en un GRAN problema y pudimos hacerlo mejor si se hubiese reaccionado antes.
Por tanto a todas luces era mejor haber escuchado en su minuto a los jóvenes y haber colaborado para que se hiciera la Paz, haber buscado cambios a los procesos contaminantes y vivir en mayor armonía con el medio ambiente, haber detenido acciones contaminantes y prohibido procesos que dejaban muchos residuos. Hoy parece evidente, pero obviamente esas decisiones recién se toman ahora impulsados por la premura de la emergencia. Steve Jobs decía los puntos se unen hacia atrás, es más fácil ver las consecuencias que prever los efectos.
La segunda manera de probar que los argumentos juveniles son inadecuados, sería demostrar que haciendo lo que pedíamos los jóvenes en su minuto, no resultaba esto en nada productivo, sino más bien en algo fallido, un fracaso, algo absolutamente inadecuado y peligroso para la sociedad. Pienso ahora en un ejemplo de este tipo de acciones y…no se me ocurre ninguna, porqué?
Porque nunca los jóvenes han o hemos tenido realmente el poder. Debido a que las generaciones adultas, los viejos, lo detentan y no lo quieren soltar, es parte de la lógica patriarcal, vertical, los de arriba no tienen nada que preguntarle a los chicos. En nuestra juventud, amigos de mi generación, se recordarán, que en la mesa de los grandes no se hablaba sino te daban la palabra, debías esperar tu turno, debías pedir permiso para todo, hay casos dramáticos de hijos que por no poder enfrentar a sus padres, tomaron decisiones dramáticas, muy triste.
Hoy existen cambios, hace ya unos 20 años entró el concepto de horizontalidad en todo, en los negocios, en las empresas, obviamente en las familias, hoy los hijos están empoderados y tienen muchas más herramientas que las que teníamos nosotros, comunicación, conocimiento, internet, redes, intercambio de experiencia al segundo con miles de personas, conferencias simultáneas con personas en línea. La historia y la información disponible, esto ya se llama la civilización 5.0, donde la información está, la cuestión pasa a ser ¿cuál es la pregunta?
A su vez nacen liderazgos en muchas partes del planeta como es el caso de Nueva Zelanda, España, Escandinavia y ahora también Chile. Por tanto la pregunta que quiero dejar para que meditemos queridos co-generacionales. ¿Seremos nosotros el freno activo a esta nueva generación que viene detrás nuestro? ¿nuestros hijos serán detenidos en su fuerza innovadora y de cambio hacia un mundo mejor, por nosotros? ¿Bajo qué argumentos podemos hacer esto? ¿Podemos demostrar que siempre los jóvenes nos llevan a un mal camino? ¿o es que en realidad vamos a insistir en la vieja ley de que las cosas se hacen como siempre, dado que esa es la norma del éxito?
Como miembro de esta generación ya adulta y que hemos hecho lo nuestro, los invito a que dejemos que los jóvenes lideren, ellos son mayoría, son los que heredan nuestros aciertos y errores, hay de ambos lados, tienen las capacidades y la información para hacerla y además les propongo que tengan nuestra ayuda, no la imposición o el cercenamiento de las ideas y los esfuerzos, sino el apoyo incondicional, el consejo, tal como un Padre ayuda a un hijo, dado que desea su éxito y que este trabajo vaya en beneficio de toda la sociedad. No existen buenos y malos, no es la sociedad de la venganza la que viene, sino la de la colaboración, por fin, la hemos esperado por siglos, aquí está, no seamos viejos testarudos y ciegos.