Por Carlos Villanajes Durán
El Tratado sobre Prohibición de Armas Nucleares cuenta con 55 Estados partes, habiendo entrado en vigor el pasado 22 de enero de 2021. Como quiera que 122 Estados votaron a favor de su adopción en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017, cabe presumir que pronto se incrementará el número de Estados partes en el tratado.
El tratado obliga a los Estados partes a prohibir el desarrollo, ensayo, producción y posesión de armas nucleares, así como el uso o la amenaza de utilización de tales armas.
Sin embargo, los nueve Estados nucleares -que almacenan más de 14.000 bombas atómicas con un costo de 100.000 millones de dólares al año- y sus aliados europeos, no participaron en la negociación y continúan modernizando sus arsenales nucleares: Estados Unidos, R.P. de China, F. de Rusia, Reino Unido, Francia, India, Pakistán, R.P.D. de Corea e Israel.
España, como los demás Estados miembros de la OTAN, no participó en la elaboración del tratado; tampoco participó en su adopción (“silla vacía”) y no lo ha ratificado. Con esa actitud España protege el statu quo de las bases aeronavales que Estados Unidos mantiene en nuestro territorio desde 1953, singularmente las situadas en Rota, Morón, Torrejón de Ardoz y Zaragoza. La opacidad informativa que cubre el trasiego operacional en esas bases, nos permite sospechar que por ellas pasan e incluso se almacenan armas nucleares de Estados Unidos, sobre las que España no ejerce ningún control.
La eliminación de todas las armas de destrucción masiva, incluidas las nucleares, es una reclamación permanente de la sociedad civil conducida por los movimientos pacifistas. Una extraordinaria coalición de organizaciones pacifistas construyó el soporte internacional necesario para reclamar a la Asamblea General la adopción en 2017 del Tratado sobre prohibición de armas nucleares.
Una alianza similar se deberá construir en España para reclamar al Gobierno español la retirada de las bases militares de los Estados Unidos de nuestro territorio, la retirada de España de la OTAN, y reclamar en las Naciones Unidas un desarme masivo y general de todos los Estados, bajo control internacional.
El derecho al desarme es un elemento esencial del derecho humano a la paz, como pone de relieve el proyecto de Declaración Universal sobre el Derecho Humano a la Paz que la AEDIDH promueve, junto a cientos de organizaciones de la sociedad civil de todo el mundo, ante las Naciones Unidas. Invitamos a las organizaciones españolas pacifistas a adherirse al mismo. El texto de nuestra Declaración está disponible en
http://aedidh.org/wp-content/uploads/2019/07/Declaraci%C3%B3n-Universal-DHP-14.7.19.pdf
Esta publicación forma parte de la campaña «10 Razones para firmar el TPAN», que une a entidades de la sociedad civil a nivel estatal con el objetivo de que España se adhiera al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN), que entró en vigor el 22 de enero de 2021
Carlos Villán Durán es presidente de la AEDIDH