“Chile, lindo País esquina con vista al mar”, se titulaba una obra del prestigioso teatro Ictus que en 1979 estrenó esta obra, esta apuntaba a denunciar el exceso de mercantilismo que en ese momento se instalaba en la sociedad Chilena, “el mercado” se tomaba todas las conversaciones, todos los espacios, era aquel actor invisible que con su mano incorpórea, asignaba, mejoraba y generaba beneficios, crecimiento y equidad en el largo plazo a la sociedad. La teoría del “chorreo” o sea lo que está en exceso en algunos, iba a permear hacia otras capas de la sociedad, generando beneficios y supliendo las necesidades de los más desposeídos. Esa última parte desgraciadamente ha sido muy lenta en llegar.
Hoy, 40 años más tarde, sin duda que Chile progresó y a nivel macro-económico, hemos sido halagados como el mejor alumno de la clase, nuestro PIB, creció muy significativamente desde 21,8 mil Millones en 1979, a 253 mil millones de dólares en 2020, un poco más de 10 veces. La pobreza ha disminuido muy significativamente y dentro del contexto latinoamericano, nuestro progreso es muy significativo alcanzando el primer lugar en términos de tasas acumuladas de crecimiento en este período, especialmente en la década de los 90.
Sin duda que el progreso no llegó a todos los habitantes del país y seguimos teniendo un rezago importante en muchos servicios para los más desposeídos, razón por la que se han expresado un sinfín de demandas sociales y está en proceso entre muchas otras cosas, un programa de formulación de una nueva carta magna y un proceso eleccionario muy importante en lo que resta de este año 2021.
Chile vive ahora un proceso de inmigración muy importante que presiona nuestras fronteras, este es un proceso inédito, Chile no está acostumbrado a que golpeen sus puertas y demanden entrar, en general en nuestra historia las fuerzas eran más bien centrífugas que centrípetas, como ahora se observa. Las autoridades están muy complicadas con este proceso y se ha aumentado el patrullaje en las fronteras y se ha visto una mayor cantidad de inmigrantes agolpados en ciudades limítrofes y cercanas a las fronteras con personas en precarias condiciones. Algunos han muerto en el intento de cruzar las fronteras debido a la inclemencia del clima en el desierto y sus precarias condiciones de viaje, donde se ven familias enteras en este intento de llegar a Chile. Este es un problema humanitario y de alcance mundial, en el año 2019 más de 80 millones de personas en el mundo se desplazaron de una zona a otra en búsqueda de mejores condiciones de vida.
La respuesta del gobierno Chileno a este problema a la fecha, ha sido decepcionante, se ha usado la fuerza para evitar que la gente llegue, una vez en el país como ilegales indocumentados, se los expulsa de sus precarias instalaciones, plazas públicas y otros lugares de las ciudades son invadidos, las calles se pueblan de mendigos que con niños y mujeres buscan alimento y cualquier apoyo para subsistir. Menudo problema.
El gobierno debe esforzarse en ver la oportunidad tras este problema, hay miles de esos inmigrantes que son profesionales, técnicos, trabajadores calificados, que están desesperados por encontrar un lugar donde vivir e iniciar una nueva vida. Son miles de años de educación universitaria y técnica que golpean a nuestra puerta, si creemos que esta nueva cuarta revolución en que estamos, estará basada en el conocimiento, requerimos construir una sociedad cada vez más instruida, pues bien, a través de la llegada de inmigrantes y sumado a nuestros profesionales y técnicos, podemos acercarnos a lograr en poco tiempo un nuevo salto cuántico de progreso, que nos permita rejuvenecer nuestro modelo de desarrollo extractivista, que ya se ha diagnosticado cansado y agotado hace al menos 10 años. Necesitamos nuevas energías y tener una épica. Uno de los aciertos de este gobierno que termina ha sido su manejo de la pandemia, con una campaña de vacunación masiva nunca antes vista, hoy casi el 90% de la población residente en Chile está inoculada y eso es garantía de un buen trabajo de equipo y debiera significar una buena reacción en estos próximos meses y años post pandemia, debiésemos ser capaces de salir más rápido que otras naciones de este flagelo. Por tanto este también es un factor que atrae personas al país, en vez de preocuparnos de expulsarlos, debiéramos pensar en como acogerlos muy abiertamente y generar en esta nueva sociedad de la innovación y el crecimiento, que se necesita implementar oportunidades para nuestros compatriotas y para las poblaciones migrantes.
De creer que esto es posible, lo primero y correcto del punto de vista humanitario, es recibir a todos los inmigrantes que están en nuestras fronteras y darles un asilo físico, eso se traduce en llevar a estas personas a albergues masivos, habilitados en estadios y gimnasios para una estadía temporal, de modo que las personas no deambulen por las ciudades, ni mendiguen, proveerles alimento y lo básico para vivir y e inmediatamente hacer una ficha de cada persona, identificarlas y ver sus profesiones y potencialidades, contactar a sus parientes en Chile de existir, promover que se formen empresas y emprendimientos en forma inmediata, generar espacios creativos para que se puedan hacer proyectos que apoyen a las regiones donde están y al país, a través de la formalización de su actividad profesional y su apoyo a proyectos de implementación por ejemplo de OOPP hoy tan necesarias en regiones de Chile.
Este fichaje y entrevistas personales, también permite detectar problemas o personas que pueden efectivamente ser conflictivas y para esas la salida del país debe ser inmediata y sin la posibilidad de volver. Este tratamiento controlado permite también para nuestros ciudadanos, tener ciudades que pueden seguir funcionando, donde la calidad de vida no se ve amenazada debido a la instalación precaria de campamentos, que llama a condiciones de insalubridad y delincuencia o conductas ilícitas, derivadas de la desesperación que estas personas ya están sufriendo. Es importante considerar que algunas de esas personas han tenido la fuerza para caminar miles de kilómetros hacia Chile en busca de un nuevo horizonte, abandonando lo poco que probablemente quedaba de su vida anterior en su país de origen. De no actuarse de esta manera, se está corriendo el riesgo de instalar una actitud belicosa y de confrontación entre el inmigrante y el residente, donde ambos compiten por un espacio físico que se ve amenazado. El gobierno es quien debe actuar en beneficio de sus habitantes y hacerse cargo de la situación que estamos enfrentando.
Hemos trabajado para hacer de Chile un mejor país, hemos logrado avances que en la Región son destacados, hoy tenemos miles de personas que desean llegar acá para vivir y aportar honestamente para que seamos cada vez mejores y podamos seguir avanzando. Existen muchos problemas, pero como se dice en cada crisis hay oportunidades, este refrán lo repetimos en todos los cursos de liderazgo e innovación, es el momento de implementarlo y hacer de Chile “el asilo contra la opresión” hemos predicado en nuestra cultura el Amor al forastero y al que llega, hagámoslo y generemos mecanismos y presupuestos para hacer que esto se haga realidad, pienso que hay mucho más que ganar en esta oportunidad. No la desperdiciemos debido al miedo y la xenofobia, es un grave error hacerlo.