Hay un problema numérico que explica el porqué de la prolongada detención de Milagro Sala, y a su vez el porqué de que las causas contra ella son inventadas. Es sencillo: todos sabemos, porque lo hemos visto por TV, el armado del famoso seguimiento de un grupo de compañeros de Milagro, quienes habrían sacado “una fortuna” de un banco para llevarlo a una sede de su Fundación.
Y todos sabemos que, en un País en donde un ex vicepresidente pudo ser filmado mientras era detenido en paños menores en su domicilio, había una clara vocación delictiva en exponer por la vía de la exageración a ciertas personas. Método de patoteo propio de gente inculta y sin capacidad de gestión para mostrar cosas armadas en una mesita, donde participaban ciertos individuos que hoy están en el alerta rojo de Interpol.
Entonces, he aquí la ecuación matemática que explica el escenario actual: Rodríguez Simón, enriquecido y rodeado de enriquecidos, se esconde tras la pollera de Lacalle Pou del otro lado del Plata. Si Milagro se hubiese enriquecido a costa del pueblo jujeño como los secuaces de “Pepín” dicen, andaría burlándose de Morales, dando vueltas por alguna plaza, en algún auto de alta gama, intocable como toda esa otra escoria que mencionamos.
La contradicción es evidente: los poderosos y traidores a la patria son los que consiguen reírse de nosotros mientras clamamos justicia; la justicia es un problema de matemáticas: más dólares ponés, menos cárcel te toca. Para avalar esta ecuación, hoy se dibuja en el horizonte otro horror: la Señora Enblanco Villegas lavó el dinero de su hijo, o sus hijos, no lo sabemos. Pero Enblanco Villegas es apellido de tipo doble, como Rodríguez Simón. Pobres los que caigan a un tribunal con un solo apellido y una causa armada por los de guante blanco.