Frente al envío del oficio Nº 76051, de los diputados, Cristóbal Urruticoechea y Harry Jürgensen, realizada el 9 de julio de 2021 donde solicitan al rector de la USACh:
Información sobre los funcionarios o docentes que están a cargo de cursos, centros, programas y planes de estudio relacionados con la temática de género, “ideología de género”, perspectiva de género, diversidad sexual y feminismo. Además piden detallar las principales características de los mismos.
Informe sobre recursos que la universidad destina anualmente para financiar los cursos, centros, programas y planes de estudio anteriormente solicitados.
Al respecto, la Coordinación de Profesoras y Profesores por Horas de Clases (CooPHC) de la Universidad de Santiago de Chile señala lo siguiente:
Las universidades del Estado son organismos autónomos, regidos bajo la ley 21.094 (5 de junio de 2018) y gozan de autonomía académica, administrativa y económica (artículo 2). Somos enfáticos en señalar que nos referimos a la autonomía que tenemos como universidad estatal pero no a las atribuciones de la voluntad del rector, de un decano/a, de un jefe/a de departamento para desconocer derechos laborales y maltratar funcionarias/os en nuestra universidad.
Al mismo tiempo, el artículo 5 de la ley 21.094, establece los principios que guían el quehacer de las universidades del Estado, a saber:
“… el pluralismo, la laicidad, esto es, el respeto de toda expresión religiosa, la libertad de pensamiento y de expresión; la libertad de cátedra, de investigación y de estudio; la participación, la no discriminación, la equidad de género, el respeto, la tolerancia, la valoración y el fomento del mérito, la inclusión, la equidad, la solidaridad, la cooperación, la pertinencia, la transparencia y el acceso al conocimiento”.
La Universidad de Santiago de Chile no tenía obligación de responder, del modo que lo hizo, a la solicitud de los diputados. Denunciamos a las autoridades involucradas, por “informar” los nombres de estudiantes, funcionarios y académicos de la USACh vinculados con los diferentes programas e investigaciones sobre el tema de género sin su consentimiento.
Frente a la “información” que perpetró la Universidad de Santiago de Chile, señalamos:
1.La Comunidad Universitaria necesita conocer, si las unidades académicas informantes tenían a la vista la solicitud realizada por los diputados Urruticoechea y Jürgensen cuando cada una de estas respondió a la Vicerrectoría Académica (VRA).
2. La información solicitada por la VRA y enviada a los diputados, POR ORDEN DEL RECTOR y firmada por el Secretario General, GUSTAVO ROBLES LABARCA, sin el consentimiento de los involucrados, en nuestra opinión, constituye una acción de delación, y por tanto, deben hacerse responsables por eventuales consecuencias que se deriven de su publicación. La individualización de docentes que imparten estas asignaturas constituye además un acto de persecución y hostigamiento de carácter fascista de quien emana. (1) En concreto; el Rector y Secretario General de la Universidad de Santiago de Chile, individualizaron profesoras y profesores jornada y por horas de clases, funcionarios/as y estudiantes, siendo una falta grave a la ética. Más grave aún, cuando la solicitud de los diputados no consideraba individualizar estudiantes, sin embargo, la autoridad lo hizo.
3. La solicitud de los diputados fue cursada el 9 de julio de 2021 en el mismo oficio tanto al Rector de la Universidad de Santiago como al Rector de la Universidad de Chile. La información solicitada por la VRA a las unidades académicas de Usach, exigió como fecha límite de entrega el 28 de julio. La respuesta de la USACh a los diputados fue el 6 de agosto (ver aquí) y nos sorprende que la Dirección de Género, Diversidad y Equidad, dependiente de la Pro-Rectoría, haya estado ausente en este desaguisado. Durante todo ese periodo la comunidad universitaria de Usach no fue informada de la petición de los diputados. De no ser por la digna actitud de las colegas de la cátedra Amanda Labarca de la Universidad de Chile que hicieron pública una declaración el 21 de octubre, es probable que nuestra comunidad no se hubiera enterado de este grave episodio. La declaración de las colegas de la Universidad de Chile, planteaba claramente su rechazo a “… toda forma de censura, de vulneración a la libertad de cátedra y restricciones a la plena autonomía universitaria, pues de prosperar impedirían el pensamiento y producción de saberes sin restricciones, condiciones imprescindibles para la generación de conocimiento que aporte a la soberanía y a la emancipación.” (ver aquí).
4. En declaración pública enviada en la tarde del 21 de Octubre, a la comunidad universitaria, el Secretario General de Usach, Sr. Gustavo Robles, intenta justificar la entrega de información sensible y la vulneración de la autonomía de nuestra universidad debido a “… la Ley de Transparencia, normativa a la que la Universidad de Santiago se encuentra con el deber de cumplir.”. Esta explicación no se responsabiliza por las eventuales consecuencias de la misma, y su entrega se ampara en una interpretación de la legalidad vigente. No aceptamos la aplicación de la teoría de la “obediencia debida” que justifica a los victimarios en su actuar. Por muchos insertos que pague el sr. Zolezzi en El Mercurio (cuerpo C), abusando de recursos públicos como el que apareció ayer (ver aquí), no justifica ni logra mitigar el daño causado, muy por el contrario, lo agrava. Cabe agregar que hoy, en el diario El Mercurio (cuerpo C, pág. 4), apareció un artículo (ver aquí) donde el rector Zolezzi, afirma rechazar la solicitud de los diputados y empatizar “…con las legítimas aprensiones que esta situación ha generado”, sin mencionar que hace más de 2 meses entregó la información requerida por los diputados del Partido Republicano (ver aquí).
5. Ya no sorprende que el Secretario General de la Universidad de Santiago, Sr. Gustavo Robles Labarca, hombre de confianza durante los casi 16 años de rectorado de Juan Zolezzi, haya respondido, por orden del rector, la solicitud de los diputados escudado en la Ley de Transparencia. Gustavo Robles en la década de los 80, no sólo aplicó leyes de la dictadura, fue más lejos, contribuyó a dar sustento jurídico a la represión contra miembros de la comunidad universitaria. Dirigentes estudiantiles de la época aún lo recuerdan cuando los citaba a su oficina de la Dirección Jurídica para informarles de las sanciones que les aplicaban. Ejemplo de ello es la suspensión, por dos semestres, que aplicó el Sr. Robles al estudiante de Licenciatura en Educación en Artes Plásticas Jorge Germán Moraga Abarca el 3 de noviembre de 1982 por motivos políticos (Informe de la Comisión de Reconciliación Universitaria de la Universidad de Santiago de Chile, pág. 61), cuando el ex-Director de Inteligencia del Ejército, General Jorge O’Ryan Balbontin, ostentaba el cargo de rector delegado en la Usach.
Ante lo expuesto, exigimos:
1.Que la Universidad de Santiago de Chile solicite a la Cámara de Diputados eliminar de su página web www.camara.cl el documento respuesta de la USACh que, actualmente es de acceso público.
2. Abrir investigación sumaria en la Contraloría General de la República para establecer responsabilidades en torno a la pertinencia de la “información” que publica contenidos e identidades de funcionarios/as, estudiantes y profesores/as.
3. Exigimos renuncia del Vicerrector Académico, Julio Romero, del Secretario General, Gustavo Robles como asesor y persona de confianza del Rector y del propio Rector Juan Zolezzi por las razones y argumentos antes señalados.
Santiago, 26 de octubre de 2021
Coordinación de Profesoras y Profesores por Horas de Clases USACh
(1) Esto nos recuerda el poema de Martin Niemöller (1892 – 1984) pastor luterano alemán y antinazi:
Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.