Una investigación periodística sobre la extensa “red de inversiones” que mantiene el Holding Edizione en el país: minería, obra pública y la presencia omnipresente de Hugo Dragonetti. Ganadería, frigoríficos y la estafa de los peajes.
No se puede explicar la realidad que están atravesando las comunidades mapuche–tehuelche en las provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut, sin entender y conocer la historia de usurpación y despojo territorial colonial en la Argentina. Desde Darwin hasta Macri, se extiende un mismo camino: apropiación y contaminación del territorio; enajenación y vejación del cuerpo preexistente hasta convertirlo en una pieza de museo, un zoológico humano viviente.
Kiñe | Uno
“Los primeros ojos oficiales” que observaron con una mirada colonial y ultrajante, a los habitantes preexistentes del sur del país
Jimmi Button fue una de las cuatro personas que se llevó el capitán Robert Fitz Roy en su viaje de vuelta desde el extremo sur de la patagonia hasta Inglaterra. Una vez ahí, a Jimmi se le enseñó a hablar inglés y se le impuso la cosmovisión occidental, mientras que, en paralelo, los misioneros intentaban mantener a salvo de las pestes europeas a sus compañeros de viaje. Los vacunaron a todos, pero uno de los viajeros murió de viruela al poco tiempo. Jimmi Button pertenecía al pueblo yagan. Su nombre originario era Orundellico. En cambio, sus compañeros de viaje pertenecían al pueblo Kaweskar. Entre ellos viajaba también una niña, que logró salvarse de la vida a la que había sido sometida a vivir durante tres años. Los tres sobrevivientes lograron volver junto a Fitz Roy y un quinto acompañante inesperado: Charles Darwin. La visita de ambos (Fitz Roy y Charles Darwin) inauguró una ruta incesante de evangelización y usurpación; de imposición cultural, apropiación y exhibición de los cuerpos de las familias que habita(ba)n este territorio, como trofeos de guerra, reliquia arqueológica, fenómenos exóticos, aparentemente domesticables.
Desde 1833 (fecha en que regresó Jimmi Button a su territorio) por un plazo de 30 años más, fueron interminables los intercambios entre Inglaterra y el sur de Argentina. Desde la visita de Button a Inglaterra, los misioneros europeos se mostraron insistentemente atraídos por estas tierras y por el cuerpo de los habitantes de las mismas, intentando instalar, una y otra vez, misiones en Tierra del Fuego y las Islas Malvinas (véase Sociedad Misionera Patagónica).
Al respecto, y en ese mismo año, dentro de los que más tarde sería “Los viajes del Beagle”, Robert Fitz Roy escribió:
“No tengo dudas de que la existencia de este río (el Chubut) haya sido conocida hace muchos años por los españoles, pero que éstos lo ocultaron intencionalmente a causa del lucrativo negocio que algunos esperaban realizar con las pieles y cebo de rebaños de ganado salvaje”.
El proceso de evangelización y “conversión” ya no tendría retorno. Lo vivenciamos en Ceferino Namuncura y lo seguimos vivenciando hasta estos días en los ámbitos más cercanos. Más de una vez seguro hemos escuchado la expresión “¡Córtate el pelo! ¡Pareces un indio así!”
Epu | Dos
“Repoblar la Argentina”: la llegada de colonias galesas e inglesas a Chubut
Ese avistaje inicial, luego fue continuado por colonias galesas e inglesas, específicamente en las costas y gran parte de Chubut, el área de análisis que nos compete en la segunda parte de esta investigación (Leer la primera parte: ¿Quiénes son Osvaldo y Rolando Rocco?)
Uno de los nombres más representativos de esta época es el de Lewis Jones y el conglomerado empresarial The Argentine Southern Land Company Limited. El primero dio origen al segundo. En 1884 Lewis Jones comenzó a sembrar las bases de la instalación de una colonia galesa. La fecha no es casual. Hace alusión históricamente al fin de la Campaña Expedicionaria al Desierto en contra de los pueblos preexistentes del sur. Luego de eso el principio de “repoblar la Argentina” esbozó un emblema nacional del que se sirvió y posicionó Lewis Jones, a tal punto, que una vez que la producción ganadera hizo crecer las colonias, la empresa se expandió, en principio con la excusa de unir las distintas poblaciones que se estaban conformando. La construcción de vías férreas sobre territorio ancestral era inevitable.
La realidad siempre acudía al mismo principio: apropiarse es gobernar. Las colonias galesas son parte en la actualidad de la provincia de Chubut. Los apellidos Williams y Jones atraviesan, a pesar de los argumentos infundados de muchos líderes de opinión, todo el territorio.
En este contexto, es muy difícil no pensar y recordar las embestidas comunicacionales que golpearon a la familia Huala, denigrando y humillándola en vivo, con la acusación de ser falsos mapuche por portar el apellido Jones. Y sin bien esta familia no poseen relación con las colonias de Trevelin fundadas por Lewis Jones, es innegable en la Argentina el proceso colonial en el que fueron sometidas miles de mujeres y niñas en estancias y puestos ganaderos, en donde estas perdían, como Orundellico, el derecho a portar incluso su propio nombre. Resulta ésta una imposición que efectuaron las colonias galesas, pero que también perpetraron los terratenientes españoles. ¿Cuántas familias Mapuche-Tehuelche del sur del país portan apellidos españoles impuestos durante la Campaña Expedicionaria al Desierto?
En este sentido es relevante transcribir el relato oficial que se desprende de la página de la Municipalidad de Chubut:
“Trelew dependió de la Municipalidad de Gaiman, lo mismo que Rawson; recién en 1903 se creó por decreto firmado por el Presidente J.A. Roca y el Ministro de Interior, J.V. González la Municipalidad de la Ciudad de Trelew. El 18 de abril de 1904 se reunió el primer Concejo Deliberante compuesto por cinco miembros pioneros patagónicos. Fue elegido primer Intendente de Trelew el Sr. Edward Jones Williams, ingeniero que participaba de la construcción del Ferrocarril.”
Por un lado, para Roca y la historia oficial Argentina, los pioneros son y serán las colonias europeas. Según esta historia oficial, previo a la instalación de colonias galesas e inglesas en el sur del país no había gente en estas tierras, ni sistemas de organización ancestrales, ni visiones de mundo legítimas, ni vínculos territoriales. Por otro lado, Jones (así como Williams) forman parte del linaje colonial que habita aún hoy el sur del país.
Kvla | Tres
El grupo Benetton en la Argentina: la adquisición de The Argentine Southern Land Company Limited, Leone Benneton y la expansión tentacular del Grupo Edizione SR
Bajo el principio de “repoblar la Argentina” también se solidificó la presencia de The Argentine Southern Land Company Limited en la Argentina extendiendo la presencia inglesa en toda la patagonia (Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz). Según el historiador Ramón Minieri en su ensayo “Ese ajeno sur”, este conglomerado de empresas británicas llegó “a poseer 2.300.000 hectáreas de campo”. ¿Quién pudo comprar parte de estas hectáreas? ¿Y en manos de quién están en la actualidad? En 1991 fueron adquiridas por el grupo Edizione SRL, el conglomerado empresarial de la familia Benetton.
En la página de Edizione rápidamente se puede acceder a los múltiples rubros a que se dedica la familia Benetton. Literalmente, están por todos lados. Mostrando presencia y poder inversor en múltiples compañías (ver fotografías) y latitudes. En este sentido, la primera sospecha que hay que derribar es que el grupo Benetton sólo se dedica a la especulación inmobiliaria y que el rostro de Luciano Benetton es el único visible. El grupo Benetton, con la sigilosidad de un ave carroñera, se encuentra presente en nuestra cotidianidad más íntima, al acecho, esperando que nos descuidemos (una vez más).
Por un lado, desde Italia, dentro de Edizione SRL son visibles los nombres de Alessandro, Christian y Franca Benetton. Dentro de la página de Edizione se puede ver con nitidez la red comercial que maneja el grupo y que excede la inversión exclusiva de propiedades territoriales. Edizione está presente en: infraestructura digital (telecomunicaciones), infraestructura de transporte (peajes, rutas), el negocio inmobiliario y agrícola, instituciones financieras, abastecimiento, ropa y textiles.
Por otro lado, en la Argentina, el nombre que más figura en los reportes del Boletín Oficial es el de Leone Benetton quien aparece en “Compañía Tierra del Sud Argentino S.A.”
Meli | Cuatro
El vínculo con la obra pública y la industria extractiva: sobreprecios, acaparamiento y proyección minera dentro del país
Otro de los nombres que más se repite entre los vínculos de Benetton es Ramiro Massa. Massa integra y forma parte del plantel activo de Mineras Sud S.A. (MINSUD). Dentro de la página de Minera Sud se pueden ver dos proyectos mineros de relevancia: Chita Valley Proyect (San Juan) y La Rosita (Santa Cruz). Además se puede ingresar a los mapas de estos dos proyectos mineros junto a las proyecciones anuales de cada uno de ellos.
En un entrevista reciente (24 de septiembre 2021) realizada a Ramiro Massa en el medio Panorama Minero, el CEO de Minsud detalla los dos proyectos. En el caso de Chita Valley Proyec Massa confirmó que éste se extiende sobre un total de 19.800 hectáreas (198 m²) de los cuales se ha perforado, en los últimos meses, un total de 8 mil metros, mientras que para estos días se espera la perforación de otros 3.500 metros más, con un presupuesto anual de 2.6 millones de dólares.
Dos datos curiosos al respecto son que prácticamente en esta entrevista que Ramiro Massa brinda al medio Panorama Minero habla y se expresa casi sin mencionar al Estado Nacional (mucho menos a los pueblos preexistentes); Ramiro Massa habla y se expresa como si estuviera contando un proyecto personal que mantiene en su propia casa. Con esa misma autoridad, con esa misma libertad. Sólo hace mención en un fragmento reducido de la entrevista a la “burocracia de la Argentina” para poder ejecutar estos proyectos extractivos y, en segundo lugar, menciona el Protocolo de Bioseguridad que ya había sido aprobado por el Ministerio de Minero, sin que se perciba mayores injerencias del Estado Nacional sobre las 20 mil hectáreas que administra Minsud.
Lo que las empresas mineras definen como “burocracias”, los pueblos preexistentes reconocen como usurpación y contaminación.
Literalmente este Holding minero puede hacer en el país lo que quiere.
Por último, en la misma entrevista, Massa hace referencia al proyecto La Rosita indicando que:
“El Proyecto La Rosita es un prospecto de oro y plata en el que Minsud tiene una participación del 100% y se encuentra actualmente en una etapa inicial de exploración. Cuenta con un área de alteración principal muy bien definida de 3 Km por 2 Km, donde se desarrolla un sistema epitermal de baja sulfuración con transición a sulfuración intermedia, capaz de alojar mineralización de Plata y Oro con un plus en Metales Base.”
Por otro lado, y dentro de la obra pública, se encuentra el nombre omnipresente de Hugo Dragonetti, presidente de la constructora Panedile. En el sitio oficial de esta constructora se pueden recorrer los múltiples mega proyectos adjudicados a Panedile en todo el país. La imagen es obscena: Panedile ha recibido la adjudicación de la construcción de hidroeléctricas, obras portuarias, vías férreas, pavimentación de rutas, edificios institucionales (Centro de Datos del Poder Judicial de la Nación) y plantas depuradoras (Lanús, Bahía Blanca, Santiago del Estero, El Chaco). A su vez también Hugo Dragonetti (h) es parte de Minera Sud.
El nombre de Hugo Dragonetti es investigado también en la actualidad por un caso de sobreprecios en la obra pública, por la que estuvo detenido varios días y fue juzgado Julio Devido. Pesé a estos hechos, el nombre de Hugo Dragonetti sigue vinculado a la obra pública, el poder político y fundamentalmente al kirchnerismo.
Irónicamente o cínicamente, como muchos inversores que usurpan la Patagonia, en el mismo momento que niegan al Pueblo Nación Mapuche utilizan la lengua materna de este pueblo para sus proyectos (futaleufú en mapudungun quiere decir río grande).
Kechu | Cinco
Desde Italia pasando por Buenos Aires hasta llegar a Chubut: el camino de los peajes y la exportación de guanacos
Entre los desarrollos más lucrativos del grupo Benetton, figura también el de los peajes privados y el de la exportación de carne inclusive, en estos últimos años, con la aprobación de la incorporación de carne de guanaco.
El Frigorífico Faimali a través de un convenio con la Secretaria de Planeamiento y Políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva tuvo la osadía de realizar “una prueba piloto de aprovechamiento integral del guanaco silvestre a escala comercial”. Según el Boletín Oficial del 20 de octubre de 2017, Faimali y el Ministerio de Ciencia e Innovación productiva se comprometen a asegurar “la conservación de la especie, su rol estratégico en poblaciones saludables, altos estándares de bienestar animal y contribuir a la mitigación de la degradación de suelos por desertificación”.
En este contexto cabe la pregunta: ¿Desde qué filosofía piensan realizar ese resguardo de los ecosistemas y las vidas que viven en ellos? ¿Desde la misma visión de mundo que no es capaz de contemplar a los ríos, montañas y cerros como sujetos de derecho? El frigorífico Faimali, la Minera Sud y los múltiples tentáculos de Edizione demuestran una vez más que su espíritu invasor, colonial y contaminante no discrimina nada y ataca todo a su paso. No sólo se trata de la amenaza que significa el grupo Benetton para las comunidades Tehuelche–Mapuche en cuyos territorios tiene alojado sus condominios, sino que esta red de vínculos insaciables, nos demuestra que el grupo Benetton es un mal que se propaga en nuestras prácticas más cotidianas, afectando incluso, lo que bebemos y comemos.
Retomando el carril de los peajes, uno de los nombres que aparece dentro del Grupo Edizione es Atlantia que se presenta en su sitio web como un “holding inversor estratégico que gestiona autopistas y aeropuertos en concesión y ofrece servicios de movilidad”, con un capital de 825.783.990 euros.
Dos de las subsidiarias de Atlantia en Latinoamérica son Grupo Abertis y Grupo Costanera (famoso por la gestión de rutas en Chile).
Abertis, como lo indica en su presentación dentro de su página oficial, “es uno de los operadores de referencia internacional en la gestión de autopistas de peaje, con cerca de 8.700 kilómetros de vías de alta capacidad y calidad en 16 países de Europa, América y Asia”. El grupo Abertis es uno de los principales inversores de Autopista del Sol (Argentina) con el % 31,59 de las acciones.
En Julio de 2020 el juez Canicoba Corral procesó al ex director de Vialidad Nacional Javier Iguacel y al ex-procurador del Tesoro Bernardo Saravia Frías por administración fraudulenta, por irregularidades en las concesiones de los peajes durante la presidencia de Mauricio Macri. Este procesamiento puso en foco de atención a el Grupo Abertis, Autopista del Sud y Socma (grupo del que Mauricio Macri era accionista hasta 2017). Según este procesamiento, para Canicoba Corral, existió un acuerdo de naturaleza clandestina entre empresarios y funcionarios públicos. Un acuerdo en el que se consensuó y organizó una denuncia desde el Grupo Abertis en contra del Estado Nacional por un supuesto incumplimiento del contrato de concesión; denuncia que justificaría (como figura en el anexo I del Decreto 607/2018) posteriormente el desembolso por parte de las arcas del estado de 499 millones de pesos en beneficio de los inversores de Autopistas del Sol, a quien también se le condenó el impuestos a las ganancias y distintas multas acumuladas.
En este mismo contexto, también se investiga la sobrevaloración de las acciones de Mauricio Macri de Socma (En esta declaración jurada de 2015 de Mauricio Macri, expone su presencia dentro de Socma, pero sin acciones en ninguna de las distintas figuras del grupo).
Como la familia Rocco, estos “inversores” de capital extranjero y nacional se expanden sospechosamente por todo el territorio, desplegando distintas estrategias y asociaciones ilegales para alcanzar el mismo objetivo en común: apropiarse de todo. Nunca pagar nada.
Dentro del contrato se puede ver la firma de Gabriela Micchetti en lugar de Mauricio Macri, la clausura “Contratación directa” y el término “solución amigable”.
Ante estos excesivos vínculos comerciales, extractivos y carnales entre funcionarios públicos (de los diferentes gobiernos) y CEOS del grupo Benetton, uno se puede sentir hasta desubicado e incómodo exigiendo a estos mismos actores que sean más considerados con el pueblo mapuche.
Kayu | Seis
Las últimas casas de madera del mundo: desde 1884 hasta la actualidad la misma fotografía
La imagen se vuelve a repetir como si el tiempo, desde la Campaña Expedicionaria al Desierto hasta la actualidad, no la hubiera movido de lugar. Mientras el grupo Benetton y sus múltiples caras de inversores siguen “sacrificando” el territorio y expandiendo su poder sin mayores cuestionamientos que cumplir con ciertas “burocracias”, las casas precarias de las comunidades que comenzaban a ser observadas para ser evangelizadas y despojadas de su territorio se asemejan sospechosamente a las rukas de madera y nylon que improvisó la comunidad Lof en Resistencia de Cushamen (uno de los últimos lugares donde se lo vio con vida a Santiago Maldonado) para resistir a la embestida militar nacional.
En todo este debate jurídico, político y comunicacional nunca aparecen reflejados los datos (no están del todo claro) del grupo Benetton en relación a la normativa jurídica que le permitió acceder como Holding extranjero a un millón de hectáreas (ni siquiera un papel escrito a mano hemos visto que justifique su estadía en estas tierras). No sabemos a qué precio las compró, que participación tuvo el Estado Nacional, ni en relación a que decretos se adjudicó esta extensión territorial. Peor aún, el grupo Benetton como familia extranjera no es sometida ni a un mínimo porcentaje de presión y cuestionamiento comunicacional y jurídico, como si ocurre con las familias mapuche que intentan, como Jimmi Button, seguir habitando el territorio de sus antepasados.
Que esta investigación ayude a profundizar este debate y nos permita preguntarnos, aunque sea, al lado de quién nos posicionamos cuando negamos la preexistencia de los pueblos (los múltiples pueblos) que habitan la Argentina desde antes de la gestación del Estado Nacional.