Desde la Red Humanista por la Renta Básica Universal creemos que el Estado debe avanzar hacia un sistema que contemple la real capacidad contributiva y la riqueza de cada persona, sociedad, empresa y corporaciones multinacionales. Sostenemos que hay que implementar un modelo progresivo que redistribuya la carga impositiva hacia los sectores más ricos y elimine todos los arcaicos privilegios fiscales. Consideramos que la baja recaudación del impuesto sobre la renta y los impuestos sobre la propiedad, la nula recaudación por la evasión y la elusión fiscal, limitan la generación de recursos y la capacidad redistributiva del sistema tributario. Apoyamos un avance normativo que tienda a revisar en profundidad el diseño de los actuales impuestos y los gastos, y que promueva una reforma tributaria integral que revise los impuestos que gravan las riquezas, asegurando fondos sostenidos de las grandes fortunas. Y principalmente dejar atrás los discursos caritativos y gobernar, avanzar sobre los bienes personales, inmuebles, ganancias, revisar los mínimos no imponibles, escalas, alícuotas, eliminar el IVA de la canasta básica. La indiferencia que han demostrado todos los gobiernos en Argentina al respecto del tema, se ha traducido en mayores exigencias para los sectores vulnerables, que son los que más reducen su poder adquisitivo por la presión impositiva.
Creemos que es falsa y perversa la idea que instalan los medios de comunicación de que los impuestos los paga un pequeño sector de la población de laburantes esforzados que sostienen al resto. Denunciamos que es miserable ese discurso cuando muchas de las personas sin trabajo y con pocos ingresos reducen sus ingresos por la presión impositiva en un porcentaje infinitamente mayor a los sectores que, supuestamente, los sostendrían. Los impuestos que más recaudan son impuestos regresivos que gravan con la misma alícuota a los contribuyentes de alta y baja capacidad económica. Esta regresividad del sistema tributario es insostenible y ha contribuido a generar la enorme desigualdad existente y la inaceptable concentración de riqueza. El Estado requiere de una reforma tributaria progresiva que redistribuya los recursos de manera equitativa y a largo plazo. El sistema tributario debe ser igualitario, socialmente justo y equitativo. Y la inacción histórica ante los privilegios de clase y de casta debe dejar de inventarse excusas.
La reforma tributaria no sólo es el mayor acto de aproximación a la justicia social, sino también la condición necesaria para la implementación de una Renta Básica Universal, individual, incondicional, suficiente y permanente para todos los ciudadanos y residentes argentinos; la cual permite acabar con la pobreza, poner un piso equitativo para todos los que habitan nuestro país, promover un mercado interno fuerte, reducir la violenta desigualdad económica y colocar un marco adecuado para el progreso de todos —todos— los argentinos.