Causa “La Trochita”: las incongruencias en la acusación y un mensaje que trasciende a la propia comunidad comprometida.
Kiñe | Uno
Las contradicciones, el falso testimonio y las indicaciones del fiscal
Como si fueran parte de una misma estrategia jurídica, la fiscalía, un peón de Luciano Benetton y los gendarmes que actuaron en la represión del 10 de enero de 2017 en la Lof en Resistencia de Cushamen, evidenciaron, durante las primeras tres audiencias del juicio denominado “La Trochita”, ser parte de un mismo correlato acusatorio. En primer lugar, las indicaciones del fiscal Teodoro Nurnberg fueron continuas e insistentes, incluso ante los reiterados llamados de atención por parte Eduardo Soares (representante de la Gremial de Abogados y de dos de las imputadas de la causa) para que deje de indicar y condicionar las respuestas de los testigos. El fiscal se mantuvo en su empresa impávido, a tal punto que pasó más de diez minutos intentando que el ex comandante Dante Zavala (a cargo del operativo de ese día) asegurara que ingresaron a la casa (uno de los escenarios de debate en este juicio) porque habían notado fuego dentro de la misma. El ex comandante Zavala nunca lo recordó ni lo mencionó, con lo cual el fiscal Nurnberg se tuvo que conformar con un testimonio clave inconcluso. En segundo lugar, las contradicciones comenzaron a emerger en el proceso judicial a partir del testimonio de un peón del empresario y terrateniente Luciano Benetton, quien aseveró haber visto tropezar a la gendarme Gisela Ivana García, mientras que ésta misma gendarme repitió varias veces en su testimonio, aunque de forma confusa, haber sido empujada por una mujer (que estaba dentro de la casa allanada) y que luego de ello dos compañeros gendarmes (hombres) se cayeron sobre su pierna provocando una fractura (esta lesión representa la más grave, por lo menos denunciada, en detrimento de los gendarmes y bajo la figura de lesión grave). Por su parte, Luis Loncón aseguró que, en respuesta a las insistentes intervenciones del juez Enrique Guanziroli y el fiscal de la causa, sólo había visto una gendarme (mujer) sobre el cuerpo de García. Finalmente, y en tercer lugar, la declaración de Luis Loncón tuvo que ser impugnada dado que este testigo incurrió dentro de la audiencia en el delito de falso testimonio. Luis Loncón al inicio de su declaración, ante las generales de la ley, juró no tener ninguna relación ni animosidad en contra de la comunidad Lof en Resistencia de Cushamen en particular. Sin embargo dentro de su testimonio comenzó a profesar pensamientos y una “actitud de enfrentamiento” (según las palabras del abogado defensor Eduardo Soares) hacia la comunidad, previa al día de 10 de enero de 2017. “Nosotros, como vecinos, venimos sufriendo situaciones con esta gente. Esa gente se manifiesta con agresividad hacia nosotros (los vecinos). Para nosotros, pasar por ahí significaba tener el corazón en la boca, porque te los encontrabas en la ruta, todos con pasamontañas. Yo, personalmente los vi”, aseguró Loncón haciendo alusión a una impresión personal que nadie le había consultado y en referencia a una idea que él mismo tenía, ajena a la del día de la represión por la cual se lo había convocado a declarar.
Sin duda, el ex comandante Zavala, el peón de Benetton y la gendarme García fueron los protagonistas de estos tres días de audiencia, generando más interrogantes que certezas sobre la estrategia acusatoria de la fiscalía. En este sentido, no se puede pasar por alto un fragmento de la declaración de la gendarme Gisela Ivana García, cuando aseguró que se encontraba a una distancia lejana de la ruka (casa) de la comunidad, pero que al describir esa distancia lejana, aseguró tres veces que se trataba de una extensión no superior a los tres metros. “¿Tres metros le parece una distancia lejana?”, le preguntó en tono irónico el juez de la causa. Siguiendo este mismo sendero confuso, García afirmó también y en un mismo párrafo, “no sentir la pierna” herida y “no dar más del dolor”. Una contradicción que se sumó a la imprecisión de la gendarme para definir si esas dos sensaciones contrapuestas (la sensación de dolor y la de no sentir la pierna herida) se produjeron antes de que la mujer o luego de que sus propios compañeros se cayeran encima de ella.
El guión jurídico, aunque muchas veces esté bien escrito, puede mostrar fallas en su ejecución, fundamentalmente si quienes lo tienen que ejecutar se guían por el encono, la aversión y el miedo como lo demostraron Luis Loncón e Ivana García.
Epu | Dos
“Había una nena de diez años vomitando porque le había descargado el contenido de un matafuego en la cara”
Tuvimos que esperar hasta el tercer día para escuchar a alguien aseverar que del otro lado, del lado de la comunidad mapuche, también había personas heridas. Fue justamente una doctora e integrante de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) Esquel, la persona que dio el parte médico, informando que durante la mañana del 10 de enero de 2017, al arribar a la Lof en Resistencia de Cushamen, encontró un escenario de extrema violencia en contra de mujeres e infancias mapuche.
“Cuando llegué había un nene con contusiones en la cabeza, una niña de 10 años vomitando porque le había descargado el contenido de un matafuego en la cara y dos mujeres de la comunidad con golpes en el rostro, la cabeza y escoriaciones en la espalda”.
Por su parte, cada uno de los gendarmes, incluido el ex comandante Zavala, aseguraron haber desplegado el operativo dentro de los protocolos que establece la ley y que ese día respetaron, al pie de la letra, el mandato que les ordenó el juez Guido Otranto. “Ingresar a la casa y utilizar la menor cantidad de fuerza pública para reconocer y desalojar a los ocupantes”. En este sentido, el ex comandante Zavala indicó que no hubo, dentro de la comunidad, ninguna persona herida, constituyendo una nueva contradicción en la causa. ¿Cómo hicieron o qué sucedió para que 300 gendarmes e integrantes de la policía provincial de Chubut no vieran que una nena de 10 años había recibido en el rostro el contenido de un matafuego? ¿Por qué las mujeres actuantes en este operativo, como Ivana García, no vieron en ningún momento la situación vulnerable a las que estaban siendo sometidas dos infancias, siendo ellas, como mujeres gendarmes, las encargadas de velar por su seguridad e integridad dentro de un operativo de estas características? ¿Realmente no las vieron lastimadas o entraron enceguecidas por el odio y el desprecio hacia la comunidad? ¿Acaso estos dos sentimientos (odio y desprecio) no son los que pasaron o estuvieron presentes en el gendarme que decidió premeditadamente vaciar el contenido de un matafuego sobre una niña de 10 años? ¿Este mismo gendarme se permitirá obrar de esa forma sobre cualquier otra niña? ¿O sólo con una niña mapuche se permite este tipo de vejación? ¿Por qué este grupo de gendarmes, los que ingresaron de forma ilegal a la casa, no están acusados y procesados en ninguna causa por abuso de autoridad, vejaciones y maltrato hacía menores de edad?
“En la facultad de medicina no te preparan para asistir a personas que sufren casos de extrema violencia. Tristemente lo tuve que aprender observando la violencia de las instituciones del Estado sobre las comunidades originarias ”, concluyó María Elvira Gauna, sensible por el recuerdo y el contexto en el que se vuelve a encontrar a la comunidad: siendo ella, la comunidad, procesada como victimaria.
Kvla | Tres
“Si no recuperamos la tierra para sobrevivir, vamos a desaparecer como pueblo”
El último testimonio del día tres estuvo a cargo de Martiniano Huala, tío de Facundo y Nicolás Jones Huala. En su relato, Martiniano expuso una contextualización histórica personal y de su familia. E indicó su visión y recuerdo de lo sucedido durante los días previos y posteriores al 10 de enero de 2017. “Rompieron la mesa de diálogo para poder reprimir”, indicó primero Martiniano, en referencia a la mesa que se había conformado desde las comunidades mapuche y en conjunto con el gobierno provincial de Chubut para analizar la consulta previa, libre e informada que indica el Convenio 169 de la OIT y que afecta al proyecto de “La Trochita”, dado que este atraviesa territorio ancestral mapuche. “Nunca nos escuchan. Si nos hubieran escuchado nada de esto hubiera ocurrido. Siempre nos maltratan. Nos tratan del mismo modo en democracia como en dictadura”, cerró el tema Martiniano, para luego volver a la contextualización histórica y expresar un mensaje trascendente.
“Si no recuperamos la tierra para sobrevivir, vamos a desaparecer como pueblo. Y eso no lo podemos permitir, porque nosotros nos complementamos con la naturaleza. Necesitamos estar en un lugar donde podamos hacer nuestras ceremonias y poder enseñar nuestra cosmovisión a nuestro hijos. Todo eso está en nuestra cabeza, por eso es que decidimos recuperar territorio”.
Lo que se está poniendo en discusión en esta causa no es sólo la represión (una de las tantas) que recibió esta comunidad mapuche en particular, dentro de la provincia de Chubut; lo que se está colocando en tensión y discusión es lo que significa una recuperación territorial en un país que se gestó dentro de un etnocidio no reconocido, en donde los habitantes, despojados de sus tierras familiares, lentamente comienzan a recuperar su identidad y por lo tanto el territorio del que provienen. Y estas familias suman cientos de casos, y no uno o dos casos aislados como proponen la Historia Oficial y los medios de comunicación en la Argentina.
“Yo nací en Punta de Indio, en Cushamen. De chico, en las escuelas nos enseñaron cosas sobre nuestro ser mapuche que con el tiempo descubrimos que no eran tan así. Cosas que no se nos dijeron nunca. Por suerte nosotros tuvimos la posibilidad de salir y empezar a investigar un poco más nuestra cultura, nuestro pueblo. Y a partir de ahí comenzamos a darnos cuenta por qué sufríamos discriminación, por qué nos habían mentido en la escuela. En la escuela me mintieron siendo muy chico, diciéndome que los mapuche ya no estaban más, que los mapuche habían sido gente bárbara, que por suerte ya no estaban más. ¡Esa es la educación que recibí en la escuela! Entonces ahí comenzamos a entender el despojo. Primero por el interés del Estado y luego el de los terratenientes que comenzaron a llegar a este territorio en el que habitamos de toda la vida”.
Durante toda su exposición Martiniano alentó y agradeció la posibilidad de emitir un mensaje público dentro de la audiencia, dado que él entiende que aún son muchas las personas que no han emprendido el extenso camino del reconocimiento y que al escuchar su experiencia, pueden servirse de ella para repensar, resignificar y determinar la sabiduría y la complejidad del pueblo mapuche presente, por ejemplo, en sus prácticas culturales milenarias como así también en su lengua materna (mapudungun). Algo que se contradijo completamente con el mensaje que dejó flotando en la audiencia Juan Loncón, que a pesar de tener apellido y familiares mapuche, nunca se preocupó por conocer el mapudungun. “Soy descendiente de mapuche, pero nunca me preocupé por saber”.
“O le damos un valor a nuestras vidas, o no se la va a dar nadie”, sintetizó reflexivo por su parte Martiniano, posicionándose nuevamente en las antípodas del relato de Juan Loncón. Lo hizo extendiendo en el mismo ejercicio la dimensión de esta causa, a pesar de las recomendaciones del juez que le solicitó ajustarse a los hechos en torno al día 10 de enero del 2017 y no al relato histórico. ¿Cómo se puede explicar la violencia étnica y racista que sufren los pueblos preexistentes omitiendo la historia del genocidio en la Argentina iniciada durante la Campaña Expedicionaria al Desierto?
Mientras el poder jurídico y las instituciones del Estado Nacional intentan arrinconar, condicionar y determinar la voluntad de los pueblos preexistentes, son los pueblos preexistentes quienes, incluso en situaciones apremiantes, sacan su voz y fortaleza para sensibilizar y concientizar a una población que todavía no puede hablar con claridad y profundidad sobre el origen y la procedencia de sus antepasados.
(Este miércoles 22 de septiembre, a partir de las 10 hs, continúan las audiencias del juicio. Pueden seguir la transmisión a través de la página de You Tube de Daniel Solano: https://bit.ly/3tUdsZT).
Lea aquí la nota previa sobre esta misma causa