Un estudio muestra que un códice azteca de unos 500 años de antigüedad constituye el primer registro escrito de terremotos en Latinoamérica precolombina.
Los investigadores analizaron minuciosamente el Códice Telleriano-Remensis, un manuscrito de contenido ritual, calendárico e histórico, pintado en cincuenta folios de papel europeo de 32×22 centímetros durante el México del siglo XVI, según publicó la semana pasada la revista Seismological Research Letters.
Es un descubrimiento de gran importancia porque ninguno de los códices aztecas descubiertos hasta el momento narraba la historia de terremotos ocurridos en las América precolombina.
Los terremotos están representados en los pictogramas del Códice Telleriano-Remensis con dos símbolos: ollin, que significa movimiento en el idioma indígena náhuatl, y tlalli, que significa tierra. Ollin consta de cuatro hélices que simbolizan las direcciones cardinales, mientras que tlalli presenta una o varias capas de marcas multicolores que denotan piedras preciosas.
Según el estudio, en total, el códice hace referencia a doce terremotos ocurridos entre los años 1460 y 1542.
“No es sorprendente que existan registros prehispánicos que describen terremotos por dos razones”, dijo Gerardo Suárez, uno de los autores del estudio. “Los terremotos son frecuentes en este país [México] y, en segundo lugar, los terremotos tuvieron un significado profundo en la visión cosmológica de los habitantes originales de lo que hoy es México”, agregó.
No obstante, según se señala en el estudio, estos pictogramas proporcionan poca información sobre la ubicación, el tamaño y la escala de destrucción de los terremotos, aunque los investigadores lograron fechar dichos eventos al combinar los dibujos aztecas con las anotaciones latinas, españolas e italianas agregadas al códice por observadores posteriores.
“En un caso, estos relatos históricos revelan daños y efectos (…) que sugieren la presencia de un terremoto cerca de la Ciudad de México. Un segundo terremoto interesante data de 1507. Los informes indican daños y deslizamientos de tierra cerca de la brecha sísmica de Guerrero, en la región ocupada por la cultura Yope”, subrayan los investigadores, agregando que este último parece haber sido un gran sismo, en una zona “donde no se han producido grandes terremotos de subducción al menos en los últimos 120 años”.
El pictograma que narra la historia del terremoto en Guerrero muestra a hombres ahogándose mientras un edificio se quema en el fondo, y, de acuerdo con los registros históricos, el sismo de 1507 dañó un templo y ahogó a 1800 soldados en un río. Además, el terremoto coincidió con un eclipse solar.