Argumentando «la intuición de mitigar un posible riesgo sanitario” y evitar “exponer a la población a un posible riesgo inminente” con un producto envasado en una planta que no ha sido aprobada por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil, mejor conocida como Anvisa, ente regulador en estas materias.
Sorprende la medida puesto que Brasil es uno de los tres países más castigados por la pandemia de Covid-19 en números absolutos, junto a Estados Unidos e India. De hecho ya acumula casi 21 millones de casos confirmados y cerca de 583.000 muertes causadas por el coronavirus.
En cuanto a vacunación, en el país que tiene 213 millones de habitantes se han suministrado hasta ahora 199,1 millones de dosis, con 65,6 millones en segunda o en aplicación única. Así, el 30,7 % solamente de la población brasileña tiene el ciclo de inmunización completa.
En un comunicado, el ente regulador Anvisa anunció la “interdicción cautelar” de los lotes de Coronavac y la “prohibición de distribución” de los mismos, después de que el Instituto Butantan, adscrito al Gobierno de San Pablo y responsable por la importación y fabricación local de la vacuna, notificó la procedencia de los inmunizantes.
“La unidad fabril responsable por el envase no fue inspeccionada y no fue aprobada por la Anvisa cuando otorgó la autorización para el uso en carácter de emergencia de la referida vacuna” del laboratorio chino Sinovac, detalló el órgano regulador.
Otros 17 lotes envasados en la misma planta, con 9 millones de dosis, están “en tramitación de envío y liberación para Brasil”, completó la Anvisa.
La decisión, publicada en el Diario Oficial de la Unión, fue tomada “con la intuición de mitigar un posible riesgo sanitario” y evitar “exponer a la población a un posible riesgo inminente” con un producto envasado en una planta en China que no pasó por inspección por parte del ente regulador brasileño.
El Instituto Butantan presentó un recurso de apelación para, por lo menos, liberar el uso en carácter de emergencia de las 12,1 millones de dosis que llegaron a Brasil.
La vacuna Coronavac, del laboratorio Sinovac, producida en China y en Brasil, a través del Instituto Butantan, fue la primera que comenzó a aplicarse en Brasil en la campaña de vacunación que comenzó el 17 de enero de este mismo año.