La pandemia por COVID 19 fue un reto para las familias que viven en la Comunidad San Pablo de Ushpayacu, la cual se encuentra a treinta minutos de la ciudad de Tena. Su sustento lo sacan de la venta de alimentos. Frente a la crisis, al no poder salir a vender sus productos al mercado y recibir malos pagos de intermediarios, decidieron unirse y empezar una nueva forma de vender lo que tienen en sus chakras (huertos). Sus alimentos son agroecológicos y envueltos en materiales biodegradables. Las frutas, verduras y plantas medicinales las envuelven en hoja de bijao para que se conserven y las guardan en ashangas, canastas realizadas por tejedoras de forma artesanal con fibra natural de lisán. En estas canastas colocan dieciséis productos que son entregados por las diferentes familias.
Con su emprendimiento buscan generar una venta directa con las diferentes ciudades, ganar más por sus productos y, de ese modo, mejorar la calidad de vida de todas las personas que producen y se han asociado para este proyecto. A la vez, esto permitió que sigan manteniendo sus territorios sembrados en policultivos. La importancia de sus ashangas es que brindan a las ciudades un producto de calidad y saludable.
La venta de ashangas amazónicas ha ido creciendo a pasos agigantados. Debido a esto, la forma artesanal en que organizaban el producto final ya no era suficiente. Gracias a los apoyos del GAD parroquial y otras organizaciones, el viernes 27 de agosto, compartieron con la ciudadanía en general la construcción del centro de acopio, obra que esperan esté terminada en cuatro meses.
Para Wilfrido Villagómez, gobernador de la provincia del Napo, este proyecto es de gran importancia porque les ayuda a crear otras formas de vivir que no están relacionadas a la extracción de recursos no renovables. Para él, este proyecto significa que la comunidad “tenga mejores oportunidades para vivir, sobre todo, para quienes trabajan en las chakras”.
Teresa Mamallacta, coordinadora de la Asociación Inti, institución comunitaria desde la que se hacen las ashangas amazónicas, comenta que ganaron un concurso de la Secretaría Técnica de la Circunscripción Territorial Especial Amazónica (CTEA) y del GAD Parroquial. Este les ha servido para invertir en un nuevo centro de acopio. Para ellos, esto es un avance para poder vender sus productos en el país y exportar. “Esto nos dará un valor agregado a nuestros productos. A nosotros los intermediarios nos roban. Por eso hemos conformado esta asociación para unidos trabajar y dar educación a nuestros hijos. Para ellos la pandemia ha sido muy dura, han estado las madres en sus casas, no han podido vender en la feria libre”. Su plan es comprar a las mujeres los alimentos de sus chakras y vender estos productos en diferentes ciudades del país y el extranjero.
En la actualidad, los alimentos se recogen en diversas casas, son sus espacios privados los que sirven para elaborar las ashangas. El centro de acopio les permitirá mejorar su organización y recolección de los productos. En diciembre del año 2020 fue su primera venta directa a la ciudad de Quito. Para la comunidad esto les dio esperanza porque es una forma distinta de comercializar sus alimentos. Este proyecto se desarrolla con el apoyo de 30 familias, quienes son las que trabajan en conjunto para la venta de ashangas amazónicas.
Para el presidente del Gobierno Parroquial de San Pablo de Ushpayacu, Silverio Mamallacta, la construcción del centro de acopio ha surgido de la identificación de esta necesidad. El apoyo brindado busca fortalecer su proceso productivo. Asevera que con este apoyo “damos una alternativa a la gente. Necesitan dar un valor agregado, la transformación de la materia prima. Un producto listo para el consumo. Apoyar para que este se encuentre en perchas nacionales como internacionales”. El proyecto ha sido elaborado dentro de las normas técnicas. Con este proyecto buscan que los emprendedores tengan infraestructura de calidad para que puedan vender sus productos.
Para seguir con este plan, afirma el presidente que, en el futuro necesitarán de técnicos y personal que capacite a la comunidad en el manejo de su centro de acopio. Por tal razón, invita a las diversas entidades que existen a que puedan generar convenios que permitan a las familias de la comunidad seguir por el camino del emprendimiento y cada día mejorar su producto.