Publicación original: Verdad Abierta
Reflexivo, autocrítico y asimilando aún lo ocurrido ayer durante casi cinco horas de conversación con Álvaro Uribe, el sacerdote jesuita Francisco De Roux, presidente de la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, habló con VerdadAbierta.com sobre esa nueva experiencia de recolección de versiones sobre la guerra. No fue nada fácil.
El padre Francisco de Roux y los comisionados que lo acompañaron, Lucía González y Leyner Palacios, afrontaron una difícil tarea: tratar de que el expresidente y exsenador Álvaro Uribe hiciera un análisis sobre la guerra en Colombia y explicara, entre otros fenómenos, las ejecuciones extrajudiciales, llamados también ‘falsos positivos’ y la connivencia de sectores de la Fuerza Pública con estructuras paramilitares.
No era una labor fácil, pues el relato del exmandatario ha sido consistente en este tipo de situaciones: defender su gestión presidencial y también como Gobernador de Antioquia (1995-1997), de cara a un sinnúmero de hechos relacionados con la confrontación armada, desligarse de cualquier responsabilidad y jamás pedir perdón. En esta ocasión no fue distinto; por el contrario, arreció contra la Comisión y reiteró que no la reconocía porque provenía de “los acuerdos de La Habana”. (Leer más en: La puesta en escena del expresidente Uribe con la Comisión de la Verdad)
Fueron cinco horas de conversaciones, por momentos tensa, por momentos distendida, que ha recibido bastantes críticas. El padre de Roux salió al paso de ellas en esta conversación con VerdadAbierta.com y dejó un mensaje claro: “Quiero decirles a las víctimas de todos los lados que nunca entregaré la dignidad de las víctimas, la grandeza de las víctimas. Nosotros iremos hasta el fondo en la determinación de responsabilidades éticas, políticas”.