También comprende El Aquelarre, perteneciente a Asuntos de Brujas, serie de seis cuadros concebidos por Goya entre 1797 y 1798 para decorar el Palacio de El Capricho, y conformada además por Las Brujas, Vuelo de Brujas, La cocina de los brujos y Don Juan y el Comendador.
Para concebir esa colección, el artista ibérico investigó el verdadero significado de la palabra bruja, definida como una mujer de poder, sabiduría, magia y con la capacidad de curar y expresar su sexualidad libremente, de ahí la represión y el miedo que le profesaban las sociedades patriarcales, a juicio de los expertos.
La selección reúne El retrato de la duquesa de Alba, de 1975 y dos obras, rara vez exhibidas de manera conjunta, Majas en un balcón y Maja y la casamentera; así como, la serie completa de ocho cuadros de género atesorados en la colección madrileña del Marqués de la Romana.
En colaboración con el Museo Nacional del Prado en Madrid, España, la exposición contiene, asimismo, un total de 70 pinturas, 50 dibujos y 50 grabados, cuyo proceso de elaboración recoge un significativo número de impresiones de prueba.
Uno de los valores de la exhibición, según los organizadores, radica en la confluencia, por primera vez, de colecciones privadas del país ibérico y de otras naciones de Europa y América, con lo cual resulta uno de los compendios más significativos jamás dedicados al creador fuera de su tierra.
La curaduría tuvo en cuenta el orden cronológico de las piezas constituidas durante más de seis décadas, desde el Rococó tardío hasta el Romanticismo, y con el reflejo, entre otros, de mercados y plazas de toro, cuevas de bandidos, manicomios y tribunales de la Inquisición, naturalezas muertas e historia.