El pasado viernes 20 de agosto una compañera nuestra, trabajadora sexual de Cochabamba, Bolivia, logró escapar del domicilio en el que estuvo secuestrada, amordazada y amarrada, y en el que fue violada, golpeada y sometida a desnutrición permanentemente durante dos meses.
Sin embargo y a pesar de estos hechos la Policía Nacional de Bolivia se negó a darle protección y se resistió a tomarle la denuncia, negativa fundada únicamente en el hecho de ser ella una trabajadora sexual: “Pero si ella es una trabajadora sexual, eso lo hace siempre”, fue el argumento de la policía de Cochabamba sobre el cual sostuvieron su negativa de recibir la denuncia de una mujer secuestrada, golpeada y violada durante dos meses.
Se requirió la presencia y asistencia de un equipo de profesionales de la Oficina de Apoyo para la Mujer. La Lic. Andrea García quien es representante de la misma acudió en compañía de nuestras compañeras trabajadoras sexuales organizadas de Bolivia, e hicieron presión en la puerta de la policía hasta que nuestra compañera violentada logró hacer la denuncia, pero la violencia machista e institucional está sumamente enquistada en las fuerzas de seguridad y a pesar de la presencia de todas ellas se tuvo que manifestar el Dr. Nelson Cox, Viceministro de Régimen Interior del Estado, para que los policías accedieran a cumplir con su trabajo: proteger a la ciudadanía sin prejuicio ni exclusión.
Los hechos se remontan al 25 de junio de 2021, cuando nuestra compañera se encontraba trabajando en las calles de la ciudad. El secuestrador y violador en rol de cliente se le acercó solicitando sus servicios, sobre los cuales le ofreció más dinero si eran prestados en su domicilio. Ella accedió considerando el beneficio que la suma de dinero le traería frente a las complicaciones económicas que venía atravesando, además, como mujer cabeza de familia. Una vez prestados los servicios el hombre no la dejó salir del domicilio, le quitó la ropa, los documentos, la amarró y la amordazó. La golpeó y violó permanentemente y sólo le permitió ingerir agua y pan, todo esto durante dos meses.
El viernes 20 de agosto ante el olvido del secuestrador y violador de atarle las manos antes de salir del domicilio, ella, a pesar de la debilidad física encontró la posibilidad de escapar. Una vez lo logró fue en búsqueda de nuestras compañeras trabajadoras sexuales y juntas fueron a la Estación Policía Integral (EPI) 6 de la ciudad de Cochabamba (Ubicada en la Avenida Ayacucho), y como si no hubiera bastado con todo lo vivido la siguieron violentado en la institución, ya que la policía se negó a tomarle la denuncia. “Violando las leyes bolivianas no activaron los mecanismos de protección inmediata por el hecho de ser una mujer trabajadora sexual” sostuvo la Lic. Andrea García en diálogo con Elena Reynaga, secretaria ejecutiva de la REDTRASEX.
Ante la presión la policía decidió tipificar, pero tipificar un secuestro, violación e inanición como “riñas y pelea”. En medio de ese panorama angustiante ese viernes 20 de agosto la Lic. Andrea García y nuestras compañeras estuvieron hasta altas horas de la noche, garantizando que nuestra compañera víctima del secuestrador y de la policía diera testimonio, ya que el primero estaba bajo detención por un término de ocho horas, por flagrancia, e iba a quedar en libertad.
Es un escándalo lo que el sujeto le hizo a nuestra compañera y es un doble escándalo el accionar de la policía boliviana. ¿Quién nos cuida de la policía? No basta con el secuestro y violación de ella, sino que fue doblemente violentada por parte de las fuerzas de seguridad.
Ante un hecho delictivo la sociedad entera suele recurrir a la policía, pero las trabajadoras sexuales no tenemos esa posibilidad porque resultan ser las fuerzas del Estado el victimario o, como en este caso, el cómplice y/o el lugar donde nuevamente nos vuelven a violentar.
Desde la REDTRASEX venimos denunciando durante años la violencia institucional que sufrimos las trabajadoras sexuales, la vulnerabilidad a la que nos exponen los Estados al omitir su responsabilidad de sancionar una ley que reconozca nuestra calidad de trabajadoras, que entre otros derechos también nos protegerá de que en las estaciones de policía omitan nuestras denuncias por el prejuicio sostenido en el ejercicio de nuestro trabajo.
Nuestras acciones los recientes años están direccionadas justamente a visibilizar y denunciar todas las violaciones a nuestros derechos humanos, que son muchas y muy graves. Y no vamos a parar hasta llevar estos casos a las instancias necesarias, porque nuestra compañera logró escapar y está viva, pero esto nos sucede a muchas, todo el tiempo y muchas mueren y desaparecen sin un Estado que se haga cargo de su responsabilidad.
Mientras la sociedad y las personas tomadoras de decisión sigan atendiendo los llamados moralistas, pasan los días y hechos como este siguen sucediendo bajo la connivencia de la policía y las fuerzas de seguridad de los Estados de Latinoamérica y el Caribe.
Exigimos al Estado Plurinacional de Bolivia que active todos los protocolos de protección y seguridad para nuestra compañera y sus hijos; que proceda la investigación para que el secuestrador y violador responda ante la justicia; que implemente urgentemente directrices en su fuerza de seguridad en respeto a los DDHH y que avance en la sanción de leyes que nos protejan como mujeres trabajadoras.
Todas las trabajadoras sexuales de la región y aliadxs estamos con los ojos y la atención puestos en este caso, y seremos veedoras de su desarrollo. Nunca será justa una sociedad en la que tengamos que cuidarnos de secuestradores, violadores y también, de las fuerzas de seguridad. Esto no puede seguir pasando, esto no puede pasar nunca más.
Elena Eva Reynaga
Secretaria ejecutiva REDTRASEX +54911 44212201 – secejecutiva@redtrasex.org
Fitti Lino Terceros
Presidenta Organización Nacional de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Bolivia WARMI +591 69920642 – bolivia1@redtrasex.org
Lic. Andrea García Magne
Representante Oficina de Apoyo para la Mujer Cochabamba +591 70786319 – agabrielagmagne@gmail.comGrav