Publicación original: Comisión de la Verdad
Salvatore Mancuso y Rodrigo Londoño hablaron con la Comisión de la Verdad sobre sus vivencias en el marco del conflicto armado, sus alianzas, sus errores y su intención de trabajar para dignificar a las víctimas a las que tanto daño les causaron.
El 4 de agosto se llevó a cabo la ‘Contribución a la verdad y reconocimiento de responsabilidades de Salvatore Mancuso’, excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y Rodrigo Londoño, antiguo comandante de las antiguas FARC-EP. Este encuentro contó con la presencia de 18 víctimas de diferentes territorios que, en calidad de testigos morales, alzaron su voz para pedir la verdad sobre los determinadores de los crímenes, el porqué de los ataques a población civil, las masacres y los desplazamientos.
Anteriormente, en el mes de marzo, los dos excomandantes participaron de un encuentro con la Comisión de la Verdad donde dieron inicio a esta ruta de contribución a la verdad y reconocimiento de responsabilidades. Desde entonces se vinieron realizando espacios preparatorios; entre esos, un encuentro privado entre los responsables y las víctimas.
“Comisarios políticos” fue el término usado por Salvatore Mancuso, exintegrante de las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá, para referirse a su rol dentro de este grupo armado desde su ingreso en 1995. “Los comisarios políticos tenían un papel fundamental en la creación de las estructuras. Yo me reunía con alcaldes, políticos y empresarios, tenía múltiples roles”, expresó.
En el esclarecimiento de cómo se produjo la relación de fuerza pública con las autodefensas, Mancuso señaló: “El papel de las Convivir permitió crear una bisagra entre una autodefensa legal y la autodefensa ilegal”. Además de trabajar con las Convivir, se tejieron varias alianzas para arrebatar el control territorial a las guerrillas. “Dejé de ser Salvatore Mancuso y me convertí en Santander Lozada y empecé a tener acuerdos con la institucionalidad, con el Ejército, el DAS, con la Policía, incluso con Fiscalías, atendido a la causa de la autodefensa para enfrentar conjuntamente al enemigo de la Nación”, dijo Mancuso.
Respecto a la unión del paramilitarismo con la política, el exintegrante de las AUC, mencionó que al menos el 35% del Congreso tuvo vínculos con ellos. “Nosotros hicimos alianzas y pactos que nos permitieran solucionar las necesidades insatisfechas de la población. Esa vinculación al tema político nos llevó a un entramado que derivó en lo conocido como la parapolítica”, señalando, además, que los políticos se vieron beneficiados por el control territorial ejercido por el grupo, al punto de que podían dirigir a la población en las elecciones.
“Cuando uno se convierte en actor de control territorial lo lleva a tener control sobre poblaciones y eso lo lleva a tener control social, político, económico, cultural y puede uno llegar a influenciar elecciones”, agregó Mancuso.
Por su parte, Rodrigo Londoño contó las razones detrás de las tomas guerrillas y se disculpó por las afectaciones a la población civil. “La línea era destruir el puesto de Policía y por cada vez tener mayor fortaleza, tocaba usar armamento de mayor volumen. En algún momento pensamos que no tenía sentido atacar estaciones de la Policía, porque afectábamos a la población civil, pero no dejamos de hacerlo. Lo reconocemos en este momento y no queremos que se vuelva a repetir”.
La Comisión de la Verdad pidió esclarecer el porqué atacar a los líderes políticos en los territorios e incluso impedir el ejercicio del voto en algunas poblaciones. “Una de las decisiones equivocadas fue atacar a quienes detenían la guerra. Eso nos llevó a cometer crímenes terribles como el asesinato del Guillermo Gaviria y su consejero de paz. Afectamos a un movimiento que hacía un trabajo muy importante por la no violencia”, señaló Londoño.
A la luz de los crímenes contra actores de la política, también se indagó por el magnicidio a la Unión Patriótica (UP). Directamente, Mancuso dijo que la estigmatización al grupo se debía a la información que los tildaba como el brazo político de las FARC- EP y, aunque reconoció que las autodefensas tienen un grado de responsabilidad, añadió: “Cuando la UP empezó a llegar a cargos de elección popular, la preocupación vino de las instituciones de seguridad del Estado y de sectores económicos. La UP no fue exterminada por las autodefensas, su victimario fue el Estado colombiano”.
Los masivos desplazamientos realizados por las AUC han mostrado una relación con el establecimiento de economías en las regiones del Urabá y Córdoba, explicó la comisionada Alejandra Miller, para luego preguntar; ¿Cómo se beneficiaron esas élites económicas y de altos rasgos de vaciar los territorios para implantar estos proyectos económicos en los territorios?
“Cuando tomamos el control territorial, en zona como el Urabá, los campesinos llegaron a vender a 25.000 pesos la hectárea y empezamos a incentivar la inversión. Les decíamos a los inversionistas, nosotros brindamos seguridad y ustedes nos ayudan a reactivar las economías de las zonas dando empleo”, explicó Mancuso.
Por la magnitud de las víctimas también se preguntó a los dos responsables, entre esas víctimas de masacres y minas antipersonal. “Ahora nos preguntamos ¿Fueron necesarias tantas víctimas? La guerra no tiene lógica y en su momento no nos dejó pensar en el daño que estábamos haciendo y se dieron situaciones de las que no nos podemos sentir orgullosos”, expresó Londoño
En esta contribución a la verdad y reconocimiento de responsabilidades se discutieron los factores de persistencia del conflicto armado. Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad, expresó: “Quiero invitar a las víctimas a que no pierdan la esperanza, lucharemos para que esa verdad de todas partes se ponga a la luz de Colombia. Queremos que nuestro Informe Final deje sentir su sufrimiento y su grito de angustia y dolor”.
También, Salvatore Mancuso, dijo: “Quiero reconocer mi responsabilidad en este conflicto y quiero dedicar el resto de mis días a restaurar la dignidad de los territorios en donde estuve y sus comunidades. La mejor forma de reconocer y pedir perdón es haciendo”.
Mientras que Londoño, por su parte, concluyó: “En mi contacto con las víctimas, siempre lo reitero, uno sale con mucho dolor, pero sale fortalecido para seguir trabajando y es una obligación de todos trabajar en función de la no repetición”.
Finalmente, Francisco de Roux instó a que se siga insistiendo para que los testimonios de todos los sectores, regiones, etnias y víctimas “se pongan en primer plano en Colombia”.
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