En Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú el impacto de la deforestación aumenta al mismo tiempo que la violencia en territorios indígenas, revela informe de Mongabay Latam
Desde marzo de 2020 hasta la fecha, 724 557 alertas de deforestación han sido detectadas en espacios protegidos de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, revela un informe de Mongabay Latam.
Esta cifra muestra que la pandemia ha creado el escenario perfecto para el incremento de actividades ilegales, sobre todo en áreas naturales protegidas y territorios indígenas.
La Amazonía y la Chiquitanía son los dos ecosistemas más afectados por el avance de actores ilegales que empiezan a controlar los bosques de comunidades y a invadir las áreas protegidas.
Alertas de deforestación
El informe especial de Mongabay Latam está basado en las alertas de deforestación de Global Forest Watch (GFW), organización que cuenta con una plataforma de monitoreo satelital.
Cada alerta representa la pérdida de un espacio de 30 x 30 metros en un bosque tropical, deforestación que podría estar asociada a causas naturales o a acciones intencionales.
El impacto creciente de la deforestación fue identificado en Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, con una afectación significativa en los territorios donde habitan pueblos indígenas.
Aunque de forma general hallaron que son actores ilegales los que han ganado terreno y empezado a posicionarse y dominar los bosques en dichos países, cada nación guarda una historia.
Periodistas de la región fueron tras esas historias y elaboraron cinco relatos que tienen un factor común en todos los países mencionados: la afectación en los territorios indígenas.
Tierras indígenas afectadas
En Perú, las amenazas que reciben comunidades indígenas de Ucayali y San Martín están vinculadas con la presencia incrementada de taladores ilegales y narcotraficantes.
Para no ser asesinados, los indígenas shipibo y kichwa, respectivamente, han tenido que renunciar a recorrer sectores completos de su territorio, se relata en los dos reportajes de Perú.
En Colombia, el problema está centrado en la aparición de vías ilegales que afectan a los parques nacionales Sierra de la Macarena, Serranía del Chiribiquete y al resguardo indígena Yaguará II.
Mientras que, en Ecuador, las comunidades son afectadas por la extracción desmedida dela madera balsa, cuya demanda ha escalado a niveles preocupantes, según el reporte.
En Bolivia, por su parte, continúa el avance de traficantes de tierras sobre un área protegida de la Chiquitanía, hecho que afecta directamente a comunidades indígenas que habitan al interior.