Estamos en la segunda década del Siglo XXI y el conjunto internacional ha ratificado ya el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares en el seno de las Naciones Unidas. Avanzamos hacia un mundo que cada vez se aleja más de las intervenciones armadas y donde el uso no sólo de los Ejércitos sino también de las armas, debería ir quedando como algo obsoleto. De hecho, circulan muchas propuestas por derivar los presupuestos bélicos hacia las necesidades de reforestación, recuperación de animales en peligro de extinción y reparación del medio ambiente tan dañado, para poder sortear en los próximos diez años los peligros del cambio climático.
Sin embargo, en su primer discurso luego de asumir como Presidente del Perú, Pedro Castillo se refirió ante el Congreso al servicio militar obligatorio para los jóvenes. Había jurado recién como primer mandatario diciendo: «Juro por Dios, por mi familia, por los campesinos, por los pueblos originarios, por los ronderos, pescadores, profesionales, niños, adolescentes, que ejerceré el cargo de presidente de la República en el periodo 2021-2026. Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución».
Y en seguida Castillo anunció una polémica y retrógrada medida que pretende implementar en su gobierno. Se trata de que los jóvenes de ahora en más deberán acudir al servicio militar en caso que no trabajen o estudien. Por cierto, se trata de los varones ya que la paridad de género no parece estar considerada por el nuevo gobernante.
«Los jóvenes que no estudien ni trabajen deberán acudir al servicio militar», expresó el actual Presidente de Perú. Asimismo, dijo que «los delincuentes extranjeros tendrán 72 horas de plazo a partir de la fecha para salir del país» y que los medios de comunicación deberán ser «regulados de la mejor manera».
Los comentarios suscitaron una ola de rechazo contundente por las redes sociales, especialmente proveniente de la nueva generación peruana.