El Gobierno de Francia ha negado cualquier encubrimiento sobre los niveles de radiación en la Polinesia Francesa como consecuencia de las pruebas nucleares que llevó a cabo en la región entre 1966 y 1996, informa AFP.
Este viernes concluyó en París una mesa redonda convocada por el presidente Emmanuel Macron, en la que se trataron las acusaciones de que el país galo habría ocultado el verdadero impacto que dichas pruebas tuvieron en el medioambiente y la salud de la población de los atolones de Moruroa y Fangataufa, en el océano Pacífico.
«No hubo encubrimiento estatal», dijo la ministra delegada adscrita al Ministerio de las Fuerzas Armadas francesas, Geneviève Darrieusseq, descartando cualquier disculpa oficial de París.
Hasta el momento, solo 63 civiles polinesios han recibido una compensación por la exposición a la radiación de esos ensayos nucleares. Los atolones de Moruroa y Fangataufa fueron testigos de 193 pruebas nucleares durante tres décadas, hasta que se puso fin a ese programa en la década de 1990 debido a la presión internacional.
En 2016, el entonces presidente francés François Hollande reconoció que esos ensayos tuvieron «un impacto» en la salud y el medioambiente, y prometió renovar el programa de compensación a los afectados. Además, señaló que sin esas pruebas «Francia no tendría armas nucleares y por tanto no tendría un elemento disuasivo nuclear».