POEMA
Nací para ser revolucionaria,
revolucionaria del pensamiento,
mariposa de mil colores,
la que revolotea espavorida,
y que no tiene límites o fronteras.
La revolución significa lo opuesto,
porque la norma me incomoda,
la única verdad me asusta,
la uniformidad me marea,
y la heteronormatividad me confunde.
La revolución implica justicia,
significa exigir el regreso de mi corporalidad,
el manejo de mi libertad,
el regreso de la sabiduría y ancestralidad.
La revolución me acomoda,
porque me hace hablar desde mi interioridad,
me hace ver invisibilidades,
y me hace fuerte para luchar.
La revolución me lleva a romper,
romper memorias,
romper estructuras,
romper lenguajes dominantes,
romper reglas,
romper pactos,
romper con lo normal.
La revolución de la comandanta Ramona,
me enseña a ser disidente.
Me dice que hay que ocultar la cara con una capucha,
pero no el corazón.
Me dice que hay que enmascarar,
pero no aceptar.
El no aceptar,
me hace ser revolucionaria,
volver a mis instintos de bruja y sabia,
y así luchar por lo que fui,
y lo que siempre quiero ser.