La Red de Centros del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales en Colombia se pronuncian frente a la situación que vive el país en el marco de las movilizaciones del Paro Nacional, que comenzaron el pasado 28 de abril. Exigen garantías para la movilización social y parar la violencia.
Colombia, 2 de mayo de 2021
El Comité Directivo y los Centros Miembro de CLACSO (Colombia) manifiestan su reconocimiento y apoyo a la amplia movilización social que viene desarrollando el pueblo colombiano en todo el territorio nacional desde el pasado 28 de abril en rechazo a las políticas del gobierno de Iván Duque. La convocatoria inicial se hizo en contra de la propuesta de reforma tributaria presentada por el Ejecutivo ante el Congreso para su aprobación
Es un proyecto regresivo y recesivo que, al mejor estilo neoliberal, mantiene todos los privilegios para los dueños de las finanzas y grandes empresarios y pretende que los trabajadores y trabajadoras y la población en general paguen por la crisis económica, agudizada por la pandemia, pero que venía de antes.
Sin embargo, la movilización ha ido más allá del rechazo al proyecto de reforma tributaria. Se ha producido también un repudio masivo a las masacres y al asesinato permanente de líderes y lideresas sociales y de excombatientes de las antiguas FARC, que se producen a diario, sin que el gobierno tome medidas para frenarlos.
El descontento se ha expresado también contra el manejo irresponsable y cínico de la pandemia por parte del Gobierno Nacional. Colombia está hoy en día entre los cuatro países con mayor número de muertes diarias y el proceso de vacunación ha sido extremadamente lento.
Frente a esta enorme movilización social, el Gobierno Nacional ha respondido de dos maneras: La primera, negándose a retirar la reforma e insistiendo en negociarla con los partidos de su coalición con ajustes menores. Como en otras ocasiones, se niega a hablar con los movimientos sociales, estudiantes, indígenas y campesinos que integran el Comité Nacional de Paro.
La segunda respuesta, la cual ha estado en coordinación con algunas alcaldías y gobernaciones, ha sido una feroz represión por parte de las fuerzas militares, que ha dejado un número indeterminado de personas muertas, heridas, desaparecidas y detenidas en estos días. Toda esta reacción se incrementó a partir del viernes pasado, después de que el expresidente Álvaro Uribe Vélez enviara un tuit llamando para apoyar a las fuerzas militares a que respondieran con sus armas de dotación a los manifestantes y que se exhacerba con la orden presidencial del 1 de mayo de declarar la asistencia militar en las ciudades.
Es cierto que, como en todos procesos de gran movilización social, se han producido hechos vandálicos, explicables en parte por las gravísimas condiciones de pobreza y hambre que viven
numerosos sectores de la población. Sin embargo, la inmensa mayoría de las manifestaciones populares ha sido completamente pacíficas. Pero el Gobierno Nacional, los organismos de control y los grandes medios a su servicio, se empeñan en mostrar solo estos hechos, ocultando la magnitud del descontento y la movilización social.
En el momento es difícil prever el curso de esta movilización, haciemos un llamado a la comunidada internacional, a la academica comprometida con la defensa de la democracia y los DDHH, a las organizaciones defensoras de DDHH a nivel mundial a solidarizarse con el pueblo colombiano, exigiendo el cese de la represión en su contra, desatada por el Gobierno Nacional.
Exigimos garantías para una movilización social justa, masiva, creativa y con una amplia expresión territorial. A nuestra juventud que sostiene la lucha por la dignididad del pueblo colombiano todo nuestro aprecio, reconocimiento y gratitud.