Rafael Palomino, representante de la oenegé de España Asamblea de Cooperación por la Paz.
Rafael, Bienvenido a 4 Elementos. Comencemos por conocer la dimensión de la nueva escalada de violencia en el conflicto entre Palestina e Israel; explícanos por qué ustedes quieren ser muy precisos en decir que todo comenzó en Jerusalén.
Sí, todo comenzó en Jerusalén porque es el epicentro del conflicto y, por tanto, de la coyuntura actual, por eso hay que entender cuál es la condición de esta ciudad. Jerusalén es una ciudad que está, en base al Derecho Internacional, dividida en dos áreas; la parte oeste que es del Estado de Israel, cuya población es judía israelí, y la parte oriental, Jerusalén Este que, según el Derecho Internacional es la zona palestina y debería ser la capital del futuro Estado, aunque que no existe ni se espera. En el Oeste la población judía disfruta de una ciudadanía efectiva y un nivel de acceso a recursos homologable podría decir a cualquier país europeo, mientras que en el Este, anexionado por Israel en 1967, cada persona palestina tiene asignada el estatus de residente permanente, una figura jurídica intencionadamente atrofiada que deriva en la vulneración de derechos. Además, en el Este residen unos 200.000 colonos judíos con plenos derechos y ciudadanía plena. En este contexto es un hecho que las políticas locales en Jerusalén están orientadas a la judaización del municipio, y que se materializan en medidas burocráticas que derivan en el acorralamiento de la población palestina, que cada vez vive con menor goce de derechos efectivos. En este contexto, la tensión es crónica con múltiples frentes abiertos que en cualquier momento pueden prender la llama.
Rafael, lo que describes nos remite a lo que la ONU denomina una situación de apartheid
Sí, es apartheid porque hay opresión de un lado, con condiciones étnico religiosas, hacia otro lado con otras condiciones étnico religiosas, es un apartheid en toda regla y así lo ha dicho la ONU y organizaciones de derechos humanos, incluyendo organizaciones de israelíes de derechos humanos. Creo que el hecho diferencial ahora, y por lo que ha estallado una violencia digamos más brutal, es porque se han abierto varios de estos frentes que existen de forma simultánea. Por un lado, está el sentimiento de frustración por la cancelación de las elecciones convocadas por la Autoridad Nacional Palestina, tras el acuerdo entre Hamas y Al Fatah; por otro, está el 6 de mayo, llamado Día de Jerusalén, que suele suponer un aumento de la tensión enorme por el acoso de los sectores más radicales de los colonos israelíes hacia la población palestina en la ciudad vieja; el posible desalojo, del mediático caso de la calle de Sheij Yarrah, de varias familias palestinas refugiadas; y la coincidencia con el Ramadan y la instalación de barreras de seguridad y enorme presencia policial y militar en las gradas de la mezquita. Este cóctel de situaciones y eventos y hechos ha derivado en lo que estamos viviendo hoy en día… Enfrentamientos en Jerusalén, una escalada en Gaza que es de lo que estamos hablando estos días. Lo que constituye una novedad es el enfrentamiento en ciudades llamadas mixtas en el lado israelí, como Haifa, además la incursión terrestre de Israel…
El mundo se acostumbró cada x tiempo a hablar de la escalada del conflicto, pero estamos en un contexto de pandemia en el que Israel es mirado como ejemplo de vacunación. Pero ¿cómo se vivió esto en la zona, como un foco de discriminación y rabia?
Sí, nosotros siempre nos remitimos al Derecho Internacional, y es así… la rabia está justificada desde el momento que hay el Convenio de Ginebra donde la potencia ocupante, Israel, está obligada a garantizar suministros médicos y prevenir cualquier tipo de epidemia que emerja en el territorio ocupado como es el caso. Lo que ocurre es que Israel alega que según los Acuerdos de Oslo (firmados en el año 1995) la competencia sobre sanidad es otorgada a las autoridades palestinas en su territorio; lo interesante es ver cómo Israel se agarra a ellos cuando le conviene. La situación actual es que Israel ha vuelto prácticamente a la nueva normalidad pero Palestina está peor que nunca, con sus hospitales al 100%.
La rabia por la situación de apartheid es una de las causas de la situación cada vez más desesperada, pero ¿qué otras causas hacen que la situación sea cada vez peor?
Pues como ya dije, las causas, los hechos, la discriminación están ahí de forma crónica desde hace décadas y lo que ocurre es que cuando se alinean varias cuestiones la respuesta, la rabia y la frustración palestina puede ser diferente, como dije es COVID, es Ramadán, desalojo, es construcción de nuevos asentamientos en Jerusalén es casi inevitable que dereive en una situación como la que vivimos ahora desgraciadamente.
Sí, y la situación interna palestina, con Hamas con fuerza, ¿cómo es la situación interna de los palestinos?
Sí, diría que es un pueblo dividido, más bien, por un lado los palestinos ven muy lejos a su clase política, casi todos los cuadros del partido llevan un discurso muy similar desde hace 20 años, son hombres de más de 70 años; esto deriva en una desazón hacia sus autoridades y partidos y, además hay división brutal entre Hamas y Fatah y una división administrativa que deriva en una fragmentación del territorio y una desconexión entre la población gazatí y la de Cisjordania y Jerusalén que sin duda debilita sus posiciones comunes.
Ya para finalizar, Rafael, el efecto del anuncio de la Corte Penal Internacional, sobre investigación de crímenes de guerra, ¿Qué efecto podemos esperar de ello y a corto plazo cómo se podrá calmar un poco la situación?
Lo de la Corte Penal es un logro, pero hay razones para no ser demasiado optimista al menos en el medio plazo. Yo tengo dudas de que tenga consecuencias para Israel esta declaración de competencias de la CPI, pero puede suponer algo positivo a medio y largo plazo porque estos procesos son lentos. Para mi hay varias claves elementales para mejorar la situación, ya veremos si la escalada va hacia arriba o hacia abajo, y claro todos esperamos que la situación se relaje un poco, aunque los problemas no se solucionen a corto plazo porque es totalmente imposible. Hay que hacer una aplicación efectiva del Derecho Internacional donde el rol de la Unión Europea es elemental, no es suficiente con prestar ayuda económica a Palestina y limitarse a decir que los asentamientos de Cisjordania y Jerusalén son ilegales, hay que dar pasos valientes, que no se están dando ni mucho menos, como el embargo de armas a Israel o la aplicación de sanciones, incluso dejar de considerar a Israel como un socio preferente desde el punto de vista económico y político. Y como dije antes, tiene que haber una autocrítica del lado palestino, por supuesto; y creo que es importante la supervivencia, a corto plazo, y el aumento de la influencia a medio plazo de una, cada vez más acorralada y minoritaria, disidencia israelí, creo que es elemental para que haya un cambio de mentalidad israelí, y en el futuro se voten otras opciones políticas, más orientadas a la consecución de la paz y hacia el final del apartheid y la colonización, tiene que haber un cambio de mentalidad de la sociedad israelí. Y después la capacidad de resiliencia de la población palestina es otra de las claves que está sobradamente demostrada en las últimas décadas, pero que muestra signos de agotamiento.
Rafael, ¿quieres agregar algo?
Sí, agradeceros y aprovechar para solicitar la liberación de Juana Ruiz Sánchez #JuanaRuiz cooperante española detenida hace unas semanas y exigimos al gobierno español que tome las medidas necesarias para que Juana sea liberada.
Sí, precisamente la semana anterior tuvimos en el programa a Begoña Lalana, portavoz de la familia de Juana Ruiz, de la organización palestina Health Work Committees, detenida ilegalmente en los territorios ocupados palestinos por el gobierno israelí.