Después de ocho años sin dar señales de vida, la Asociación para los Pueblos Amenazados (APM, en sus siglas en italiano) está perdiendo la esperanza de ver a los dos obispos secuestrados en el norte de Siria el 22 de abril de 2013. Sin embargo, el 22 de abril, las campanas de las iglesias de Alepo sonarán en memoria del arzobispo de la Iglesia Ortodoxa Griega, Buolos Yazigi. Los dos obispos fueron atacados y secuestrados por desconocidos cuando se dirigían a negociar la liberación de un sacerdote encarcelado por los islamistas cerca de Alepo. El conductor de su coche fue asesinado a tiros. En 2014, los clérigos cristianos desaparecidos fueron galardonados con el Premio Weimar de Derechos Humanos a sugerencia de la APM. Todos los esfuerzos por saber más de su situación hasta la fecha han sido en vano.
Para muchos miembros de la comunidad cristiana, así como para las minorías religiosas, esta fue una advertencia particularmente alarmante. Mientras tanto, la mayoría de los miembros de las minorías religiosas han huido, por lo que ya no hay diversidad religiosa en muchas partes de Siria. La minoría judía ya había huido en la década de 1950, cuando comenzó a imponerse la ideología panárabe y el conflicto con Israel que le siguió. En la actualidad, el islamismo agresivo en los territorios ocupados por Turquía está expulsando a la fuerza a cristianos, yazidíes, drusos, ismaelitas y otras minorías religiosas. La demografía ha cambiado a la fuerza, ya que todos los que no son musulmanes y muchos kurdos se han visto obligados a huir debido a las graves violaciones de los derechos humanos. Los hogares de los desplazados albergarían en su mayoría a familias de islamistas radicales.
El régimen de Assad ha sido hasta ahora tolerante con las comunidades cristianas antiguas. Pero prevalece la desconfianza hacia las nuevas iglesias, especialmente las evangélicas, la población árabe suní desconfía de las personas que se convierten del islam al cristianismo. En las zonas bajo control de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), dominadas por los kurdos, hay más tolerancia entre la población kurda suní. Las minorías religiosas están protegidas por la «Administración Autónoma del Norte de Siria» y las fiestas religiosas, como la Navidad, se transmiten en directo en los medios de comunicación.
En 1900, más del 25% de los habitantes de la actual Siria eran cristianos; hoy, sin embargo, sólo representan un 3% de la población. Desde 2011, la población cristiana se ha reducido de 1,4 millones a unos 500.000-700.000. La Siria actual es un país de unos 19 millones de habitantes.
Traducido del italiano por Estefany Zaldumbide