Esta intervención tuvo lugar dentro del panel ¿Es necesaria y posible una renta básica incondicional para todo habitante del planeta?, durante el 8º Simposio del Centro Mundial de Estudios Humanistas y en el enmarque del eje temático Economía para la libertad. Después de agradecer a organizadores (Humanistas por la Renta Básica Universal), compañeros de panel (Maryse Bresson, Daniel Raventós y Guy Standing), y a todos los participantes, compartimos las siguientes consideraciones.
Acerca de la primera parte de la pregunta ¿Es necesaria una Renta Básica Incondicional? La respuesta es obvia: Sí, claro. Más que necesaria, es urgente. Lo era hace un año y ahora, lo es más.
Señalaré algunas razones para decir sí.
Eliminaría la pobreza, y la estigmatización que produce, además de las enfermedades físicas y mentales asociadas a la misma.
Eliminaría -con ello- el temor a la pobreza, uno de los grandes temores del ser humano y que condiciona sus decisiones.
Nos liberaría del empleo como elemento esclavizante y nos daría libertad para elegir un empleo u otro.
Nos libraría del empleo infantil, del matrimonio infantil, de la prostitución obligada, el tener que convivir con un maltratador… Para pasar a vivir y mantener relaciones con quienes quisiéramos.
Sería una manera de reconocer el trabajo de cuidados, fundamental para la vida, y llevado adelante especialmente por mujeres y niñas; además del trabajo artístico y solidario, claves para el desarrollo personal y de las sociedades.
Evitaría mucha migración obligada.
Sería un modo de incluir a todos los miembros de una sociedad, y que nadie se quedara fuera.
Sería un modo de comenzar a reparar la violencia histórica ejercida contra la mayoría de la población
Pondría una buena base para avanzar en la reconciliación entre personas y pueblos
Nos daría plus que podría traducirse en un mejor desarrollo físico, intelectual, emotivo -hablaría de que somos más bondadosos y compasivos-, mayor desarrollo moral y espiritual, y, por supuesto, energía libre para elevar nuestro nivel de conciencia…
Porque seríamos una sociedad menos desigual, más justa y solidaria.
Porque avanzaríamos hacia una cultura no violenta, anhelo de casi toda la humanidad.
Amigos, si somos capaces de pensar que todas y todos tenemos derecho a tener la subsistencia asegurada; si somos capaces de sentir que lo que le pasa al otro algo tiene que ver conmigo… y de actuar en consecuencia, defendiendo medidas que hagan posible asegurar tal derecho para toda la humanidad… Estaremos -entonces- dando un paso fundamental en la dirección de la humanización de este mundo, en la dirección de eliminar dolor y sufrimiento, en la transformación de las conciencias individuales y la conciencia colectiva.
Estaremos en condiciones de decir que se está encarnando el principio universal, al que aluden escuelas y filosofías varias y que en el Humanismo Universalista -que lanzó el pensador Mario Rodríguez Cobos, Silo, se ha concretado del siguiente modo: “Cuando tratas a los demás como quieres que te traten, te liberas”. Sí, quiere decir eso, que cuando tú te liberas, yo me libero. Y si tú padeces dolor o sufrimiento, eso también me afecta.
Y esto que digo podrá sonar extraño hablando de economía… pero, me atrevo a afirmar que es la bondad y la compasión que anida en nuestros corazones, la solidaridad y la coherencia con nosotros mismos, el querer tratar a los otros como queremos ser tratados -lo enunciemos como nos guste-… lo que nos lleva a defender una renta básica incondicional para toda la humanidad.
Y hemos llegado a la segunda parte de la pregunta ¿Es posible implementar una renta básica para toda la humanidad?
Es posible, claro que sí, pero tenemos un camino de resistencias que habremos de ir venciendo, como lo ha hecho siempre el ser humano, empujado por su intención y orientado por la búsqueda de libertad… pese a tantos “renglones” torcidos que también ha escrito y sigue escribiendo.
Para hacerlo, será interesante apoyarnos en la idea de los internacionalismos que tanto vigor tuvieron el siglo pasado, y dar un paso más hacia el universalismo. Es fundamental profundizar en los derechos universales para que beneficien a toda la Humanidad, llegando a cuestionar, incluso, las fronteras, que solo son para los pobres.
Ahora bien, para avanzar necesitamos cuestionar ciertas creencias y resolver ciertos retos.
Hemos de seguir cuestionando:
Que el empleo -que escaseará cada día más por los avances tecnológicos, de Inteligencia Artificial…- siga siendo la vía para asegurar la subsistencia. Junto a la creencia de que el empleo es lo que nos dignifica. Desde el humanismo, por cierto, afirmamos que todo ser humano es digno por haber nacido.
La aceptación y resignación de que haya pobres, cuando hay tanta riqueza.
Y ello nos lleva a cuestionar de quién es la riqueza tangible e intangible actual, cada vez en menos manos. Y la respuesta es sencilla: la riqueza es consecuencia del trabajo de generaciones y generaciones, más el aporte actual de toda la humanidad, por tanto, ha de volver a todos. Y un modo de comenzar a devolverla, es a través de una renta básica.
Necesitamos -también- seguir esclareciendo respecto a la confusión entre renta básica y rentas mínimas. Mucha gente quiere apuntarse a la novedad que supone defender una renta básica, pero lo hacen con una cabeza vieja. Entonces, hacen una mezcla que conocemos muy bien. Plantean una renta para pobres que termine convertida en una renta básica, cuando se trata de temas distintos, una es condicionada y otra incondicional. Parten -además- de concepciones distintas, la primera se apoya en la caridad y la RB en DDHH, en el más elemental, el que asegure la subsistencia
Por otro lado, ¿Cómo hacer para que la RB sea una reivindicación transversal que hagan suya movimientos de toda índole, feministas, pueblos originarios, estudiantes, etc. para generar un número crítico de defensores, que exijan a los gobiernos que vayan a la raíz del problema y dejen de apostar por políticas, que benefician a unos pocos, a costa del empobrecimiento de la mayoría?
¿Cómo hacer con países que no cuentan con actividad económica suficiente, ni mecanismos y políticas públicas que permitan generar fondos para implementarla? Países con grandes recursos, pero saqueados por grandes ‘companys’ con la ayuda imprescindible de dictadores corruptos, pero cuyas poblaciones quedan empobrecidas… ¿Cómo hacer para ayudar a economistas, especialistas varios y activistas, de dichos países a buscar soluciones para implementar una renta básica?
¿Cómo podemos hacer desde el norte para construir relaciones justas que abran el futuro de todos, y comenzar a reparar el pasado, en el que tanto daño hemos infringido al sur?
¿Cómo hacer para que, a futuro, sea la misma renta básica para todo el planeta?
Salvar tantos retos, no es fácil, pero si nos apoyamos en los avances conseguidos y empezamos a desplegar imágenes que hablen de universalidad, estaremos acercando la posibilidad de asegurar la subsistencia para toda la humanidad y, con ello, poniendo un pilar de esa nueva civilización planetaria, a la que muchos aspiramos.
¡Muchas gracias!