POESÍA

 

 

 

 

 

Este 23 de abril, Día del Libro, ha tenido lugar la presentación del primero de los poemarios traducido al castellano, que la poeta iraní, Mahvash Sábet, escribiera durante su encarcelamiento por profesar la Fe Bahá’í.

Más abajo, reproducimos las palabras con las que Manuel Borrás -director literario de la Editorial Pre-textos y responsable de su publicación- ha presentado el poemario, para cerrar con algunos de los versos del libro interpretados por la actriz, Anabel Alonso.

La presentación ha sido un canto coral a la apuesta por la libertad y el amor, como viento que insuflan los versos y la vida de Mahvash Sábet, también durante el tiempo pasado en prisión (2008-2018),  donde comprendió desde el primer momento que estaba allí para transformar el lugar e intentar construir adentro el ideal del mundo al que aspiraba afuera.

Así lo han testimoniado mujeres que coincidieron con ella en la cárcel, según le contaron a una de las traductoras del poemario, Ryma Sheermohammadi, presente también en el acto.

Las distintas voces que han ido comentando la obra de Mahvash han mantenido un tono alto, suave y fuerte al mismo tiempo. Poco a poco, han ido componiendo una sinfonía, que la periodista Nuria Coronado ha sabido tejer sumando inspiración a la inspiración, y que la actriz Anabel Alonso ha ido acompañando con la lectura de algunos poemas.

El acto que ha tenido lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, ha sido organizado por la Oficina de Asuntos Públicos de la Comunidad Bahá’í de España y abierto por su directora, Clarisa Nieva. Los comentarios del aporte de la obra han llegado de la mano de Manuel Borrás, director literario de la Editorial Pre-textos que ha publicado esta joya y cuyas palabras reproducimos más abajo; para intervenir posteriormente las traductoras del poemario, Amaya Blanco y Ryma Sheermohammadi, cuyas palabras han rebelado la capacidad de resiliencia de la poeta -reconocida como Escritora Internacional Courage Award 2017-, con quien apostaron por conseguir una «versión», más que una traducción literal, que produzca aquello que la autora ha querido transmitir en su lengua natal, el parsí.

Posteriormente, han intervenido Christiane Borowski, en nombre de Amnistía Internacional Madrid; la poeta y secretaria general de PEN Club Español, Gloria Nistal, y finalmente Behnoush Moshrefzadeh en nombre del Comité de Solidaridad con los Bahá’ís quien, para sorpresa de todos los presentes, llegaba con un mensaje de la misma Mahvash.

Pero qué mejor presentación que la hecha durante el acto por Manuel Borrás, director literario de la Editorial Pre-textos y responsable de su publicación. Agradecemos que nos las haya facilitado para poderlas compartir aquí.

Manuel Borrás conversando con Amaya Blanco y Ryma Sheermohammadi (izquierda), traductoras del poemario

 

Palabras de Manuel Borrás

Muy buenas tardes. Quiero dar las gracias en nombre propio y en el de la editorial Pre-Textos por vuestra compañía esta tarde y a esta casa que nos acoge, por su hospitalidad. Quiero también agradecer, y de modo muy especial, a Amaya Blanco y a Ryma Sheermohammadi su espléndida traducción y sobre todo haberme descubierto a la gran poeta que es Mahvash Sábet.

Es verdad que nuestra poeta ha sido víctima de la intolerancia y el fanatismo, del despotismo de una teocracia por todos conocida y que ofende los ideales democráticos de cualquier sociedad avanzada. La soberbia triunfa. Lo que ignora, y eso es lo grave, es que triunfa en el vacío porque ella en sí misma está vacía, anima al odio y la muerte.

No obstante, quiero dejar bien claro ya mismo que la editorial Pre-Textos no ha editado a Mahvash Sábet por su condición de mujer perseguida y sojuzgada, aunque como tal cuente incondicionalmente con toda nuestra simpatía y apoyo, sino porque a nuestro parecer es simple y llanamente una gran poeta. Una poeta arraigada en la ya antigua y muy fértil tradición poética iraní. Una tradición, todo hay que decirlo, muy poco conocida por nosotros y en cierto modo muy emparentada con nuestra también larga y antigua tradición poética. Ojalá esta edición que hemos realizado con tanto amor y respeto sea el primer paso en la senda que nos lleve a conocer con mayor amplitud la poesía de ese precioso país y no menos preciosa cultura.

Llevo años diciendo que lo importante en un poema no es lo que uno ha escrito, sino lo que uno es capaz de hacer que vuelva con lo que ha escrito. La poesía, aparte de hacernos mejores, es la llamada que nos hacen las voces más antiguas que han germinado en nosotros. A través de los poemas de Mahvash Sábet escuchamos a esas voces. Son voces que nos reclaman y voces que nos dicen que pertenecemos a un continuum que está más allá de nuestras propias identidades. A menudo no somos conscientes de cuántos son quienes se expresan en nuestras propias palabras ni de qué nos traen esas palabras en forma de poema.

En la poesía de Sábet identificamos la lengua del corazón, el firme latido del sentimiento, nunca del sentimentalismo. En este libro no hay un solo rasgo de amargura. En todo caso una leve queja lejana y una firme solidaridad con el sufrimiento ajeno, intrínsecas ambas siempre a toda poesía de parte de la vida, que no perturban para nada la meta a la que se dirigen estos Poemas enjaulados.

En un momento de este precioso libro nos dice la poeta, en concreto en la página 69, «cuando llega el olvido ya no existe la pena». Esa es su sana actitud ante lo que le acontece. Para ella el miedo es aquello que nos puede exponer más al peligro y por eso en su precioso poema «El sentir del mar» se identifica con un pez que no conoce el miedo.

A pesar de que los Poemas enjaulados, en efecto, fueron enjaulados por la vicisitud del encarcelamiento de su autora, las rejas no lograron que dejasen de ser esencialmente amorosos en un doble movimiento hacia la divinidad y hacia lo humano.

Son poemas, sí, que se mueven entre rejas y celdas, pero no por eso dejan de ser portadores de esperanza, de una mirada siempre positiva y a favor de la vida. Ser hoy una persona negativa, escéptica, pesimista es lo fácil; lo difícil hoy, casi diría que lo revolucionario, es ser positivo, optimista, tener esperanza, en definitiva. Esa es la poeta Mahvash Sábet.

El verdadero diálogo en poesía, y con esto acabo, no consiste en entender lo que el otro dice, sino en atenderlo, en hacerle un sitio en nuestro interior. Saber depositarlo en nuestra alma. Se trata de algo tan simple como escuchar, saber escuchar la voz del otro, comprobar cómo resuena en nosotros, exponernos a ella. Hagámoslo con estos poemas enjaulados para salir precisamente de esa jaula que ya ni siquiera nos permite intuir al otro en su dolor, en su alegría, en su honda celebración de la vida.

 Muchas gracias por vuestra atención.

 

 

Y aquí el primer regalo del libro, los primeros versos…

 

El viaje de la semilla

Antaño fui una semilla inútil,
la pequeña simiente que la providencia
plantó en las mediaciones del arroyo de tu amor.

Por un tiempo yací
en las profundidades de la tierra,
bebiendo de las aguas cristalinas
de Tu amabilidad,
intentando entender
la pureza de mi existir.

Y tras la estación de la espera,
la corteza de mi ser se quebró
y las llagas abiertas de mi cuerpo,
ungidas por tu bálsamo,
rompieron a doler.

Insoportable era sentirme separada del pasado,
sin futuro en mi adentro,
lloré, gemí, sufrí,
hasta que al fin supe qué hacer:
me liberé de la corteza
para encontrar
estos nuevos vestidos
de piel desnuda y vulnerable,
de una vez libre de mi ser antiguo.

Ya no supe de dónde había venido
Ni a dónde había de ir.

Y así deambulando,
aprendí a hablar menos
y a escuchar mucho más,
a crecer y a volar,
luchando por llegar a la certeza.

Entonces Tu belleza brilló frente a mis ojos
en la umbría espesura
y te encontré
en las gotas brillantes de la lluvia
mecido igual que en una suave brisa
de primavera.

Y ansiando dar caza a la luz
me levanté y volé hasta alcanzar el sol,
en sus destellos me vi reflejada.

Y vi brotes pequeños y preciosos
y vi las ramas rojas de mi cuerpo
hundidas
bajo las hojas verdes

Ya no soy lo que fui:
Ahora soy un río,
ya no soy una alberca.
mi primavera no cabe en sí de gozo,
ávida de los frutos.

Pero imaginen
cuántas semillas
aún siguen ocultas,
listas para brotar
desde mi corazón.

 

 

Poemas enjaulados de Nahvash Sábet
Traducción y prefacio de Ryma Sheermohammdi y Amaya Blanco
Prólogo de Mahnaz Parakand
Edición Bilingüe (parsí – español)
Colección La Cruz del Sur. Editorial PRE-TEXTOS
2020