Al tercer intento, Guillermo Lasso, banquero muy cercano al Opus Dei, llega a la presidencia del Ecuador tras perder contra Rafael Correa (2013) y Lenín Moreno (2017). De acuerdo con los resultados finales provisionales del Consejo Nacional Electoral, el candidato conservador obtiene el 52.36% de los votos (casi 4.7 millones), mientras que su contrincante, Andrés Arauz, no pasa del 47.64%, una diferencia de 420 mil votos.
Particularmente significativa en esta segunda vuelta electoral es la cantidad de votos nulos, (casi 1.8 millones es decir el 16.25% de los votantes) después de que la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y su brazo político Pachakutik hicieran un llamado al ‘voto nulo ideológico’.
Pero, ¿cómo se llegó a este resultado y cuáles son los elementos que ayudan en el análisis y comprensión de lo que ocurrió el pasado domingo?
Conversamos con Davide Matrone, politólogo y docente en la Universidad Politécnica Salesiana de Quito.
– ¿Esperaba este resultado?
– De verdad que no esperaba que Lasso ganara esta segunda vuelta, aunque en las últimas semanas había venido recortando distancia sobre Arauz, casi anulando la diferencia de 12 puntos acumulada en la primera vuelta. Sin duda se trata de un resultado preocupante, que abre camino a una profundización de las políticas neoliberales en Ecuador. Van a ser cuatro años muy complicados.
– Lasso obtuvo casi 3 millones más de votos, pasando del 19.74% al 52.36%. Por el contrario, Arauz creció menos de la mitad (1.2 millones). ¿De dónde vienen estos votos?
– Una parte viene del electorado de Izquierda Democrática, cuyo candidato Xavier Hervas llamó a votar por Lasso. La otra parte más consistente viene del movimiento indígena, en especial del sector que en primera vuelta apoyó a Yaku Pérez y que sumó casi el 20% de los sufragios, disputando voto a voto con el mismo Lasso el pase al balotaje.
– El voto indígena es un tema más complejo que el voto de Hervas.
– Seguramente amerita un análisis más profundo. Yaku Pérez y Pachakutik, brazo político de la Conaie, apoyaron la decisión de llamar al ‘voto nulo ideológico’. Sin embargo eso funcionó hasta cierto punto y se rompieron las alianzas.
Si por un lado el respaldo de Jaime Vargas (presidente de la Conaie) le permitió a Andrés Arauz ganar en la provincia de Sucumbío (Amazonía), por el otro es evidente que Lasso aumentó sensiblemente su caudal de votos y ganó en el resto de provincias de la Cordillera Central y la Amazonía.
Esto significa una cosa: que mientras públicamente se llamaba al voto nulo ideológico, por debajo había sectores que hacían campaña a favor de Lasso.
– ¿Cómo se explica esta decisión?
– En los años pasados, durante los dos gobiernos de Rafael Correa, la relación con el movimiento indígena ha sido muy conflictiva. Hubo criminalización y persecución. Es innegable que hay responsabilidades del correismo por la situación actual.
De la misma manera hay responsabilidades directas de la administración de Lenín Moreno y del mismo Lasso por la dura represión contra el movimiento indígena durante las protestas de octubre del 2019.
Lamentablemente, ciertas elites indígenas, fuertemente reaccionarias, satanizando Arauz, promoviendo el voto nulo y cerrando cualquier espacio a un acercamiento para pensar e impulsar juntos, distanciándose de Correa, un proyecto político popular y de izquierda, lo que hicieron fue facilitar la victoria de la derecha neoliberal.
– ¿Dónde falló Arauz?
– Son varios elementos. El primero tiene que ver con la comunicación política, con la campaña electoral donde no supo (o no quiso) desmarcarse ideológicamente de Lasso. Con un contenido muy pobre dirigido más a los sectores moderados de la sociedad ecuatoriana que a los electores de izquierda.
Además falló en las alianzas, hechas en desorden, sin una estrategia, ni un proyecto definido. Tampoco supo desmarcarse de Correa en esta segunda vuelta, acarreando todas las problemáticas y contradicciones que el ex presidente ha ido acumulando durante sus gobiernos. Parte de los votos que obtuvo Lasso no fueron a favor de la derecha, sino en contra del correismo.
También jugó un papel importante en la victoria de Lasso la presencia de Jaime Durán Barba como asesor de campaña en la segunda vuelta. Ya había asesorado exitosamente a Mauricio Macri en Argentina y a Mauricio Rodas, ex alcalde de Quito. Supo reconstruir la campaña de Lasso y contribuyó de manera determinante en recortar distancia con Arauz.
Al final, todos estos elementos no le permitieron a Arauz ir mucho más allá del voto duro histórico del correismo.
– ¿Qué viene ahora?
– El desafío será contrarrestar desde el parlamento y las calles las políticas neoliberales que Lasso querrá imponer. También habrá que repensar un proyecto alternativo de izquierda, anti neoliberal, que aglutine a todas aquellas instancias territoriales de base y que haga propias las reivindicaciones multiculturales del movimiento indígena.