Publicación original: Misión de Verificación de la ONU en Colombia
A su llegada a Pasto, la capital de Nariño al sur de Colombia, Carlos Hugo Saavedra se dio cuenta de que no sería fácil empezar una nueva vida. Pasó 12 años en las antiguas FARC-EP y adaptarse a la ciudad fue el primer reto. Como él, han llegado cerca de 24 excombatientes de todo el departamento, buscando una nueva oportunidad. Muchos llegan atraídos por la idea de que hay más oportunidades de empleo, pero se encuentran con que también hay más competencia.
Carlos Hugo Saavedra, excombatiente de Farc
“Cuando llegué a la ciudad no tenía trabajo. Quería trabajar o poner una tienda de estampado, porque yo en la guerrilla hacía eso”, comenta Carlos Hugo. “No sabía por dónde empezar, hasta que la Agencia para la Reincorporación y la Normalización, ARN, nos citó a una charla con el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA”. Una experta del SENA le recomendó que no optara solo por el estampado, pues la confección era mejor alternativa de negocio. Fue allí donde surgió la idea de que más que llegar a buscar trabajo en la ciudad podría ser un emprendedor que generara empleo para quienes lo necesitaran.
“Cuando llegué a la ciudad
no tenía trabajo. Quería trabajar o
poner una tienda de estampado,
porque yo en la guerrilla hacía
eso”.
Lo primero fue aplicar al Fondo Emprender del SENA con quienes logró que le fuera aprobado un proyecto, con el cual pudo adquirir máquinas para bordado, estampado, sublimado y confección. Fue este el impulso para constituir la empresa Colores de Paz, una Sociedad por Acciones Simplificada que se dedica a la confección de ropa, bordado, estampado, sublimado y creación de material POP, que dio origen a este proyecto productivo.
El camino no ha estado exento de dificultades. Con la buena noticia de la aprobación del proyecto llegó la pandemia y de allí la pausa obligada para todo el comercio. Los recursos aprobados por el Fondo Emprender ayudaron a mantener la nómina y los gastos durante el 2020, pero al terminar estos recursos y ante el lento proceso de reactivación económica, Carlos Hugo se vio obligado a tomar la decisión de reducir la planta de personal mientras se logran mayores ventas.
Sin embargo, no se ha detenido. Hoy Colores de Paz funciona en un local en el que se da empleo a 4 personas. La esposa de un policía que sufrió heridas por el conflicto y una mujer que padeció los rigores del desplazamiento por la violencia trabajan en la sección de corte y confección. Carlos Hugo está convencido de que, para lograr un proceso de reincorporación exitoso, debe también aportar a la reconciliación.
Él por su parte sigue aprendiendo nuevas técnicas y trabaja en el estampado de las prendas. La curiosidad lo ha llevado innovar en la línea de zapatos y cuando no está recorriendo los municipios del departamento ofreciendo los servicios de la empresa, está en el local estampando, organizando vitrinas, actualizando las redes sociales con nuevas prendas y buscando nuevas opciones de negocio.
Está entusiasmado con un contrato reciente que ha surgido con el apoyo de la ARN, para confeccionar los uniformes de una reconocida escuela de fútbol en Pasto “CAR Nariño FC” y espera que este sea el inicio de la recuperación económica de los estragos que ha dejado la pandemia.
Además de la empresa, Carlos Hugo hace parte activa de la Asociación “Hilos de Libertad” integrada por 9 personas en proceso de reincorporación, de las cuales unas viven en Pasto y otras en corregimientos cercanos y a quienes el Consejo Nacional de Reincorporación les aprobó recientemente un proyecto con el que esperan ampliar su línea productiva y convertirse en un referente para otras personas que como ellos, buscan un nuevo comienzo en las zonas urbanas del país.
Nadya González
Oficial de Información Pública – Regional Pasto
Misión de Verificación de la ONU en Colombia