POEMA
Yo te diré una tarde los caminos
la senda serpenteando en la alameda
paseando junto al río.
La ciudad de altas cúpulas, dorada
el ancho puente y los pájaros azules.
El viento mueve tu capa en las estrellas
llegan sonidos de atmósferas radiantes
traspaso la realidad de la apariencia
para adentrarme en el fuego libre y puro.
Mi cuerpo quedó tendido en la pradera
las flores bordadas bailan en el aire
el humo corre a los montes y la tierra
es una aldea empezando a despertarse.
La nave ya está dispuesta en la colina
la noche es seda ondulante y allí arriba
recojo una fina espiga de recuerdos
que huele a lavanda fresca de los cerros.
¡Aquel camino llegaba a tu hemisferio
aquella postal de rosa recortada
la perfumé yo en mis sueños
y a pesar de tanta cosa atravesada
el milagro chispeaba en el intento!