La Confederación Sindical Internacional (CSI) ha hecho públicas sus demandas al Foro del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) sobre Financiación del Desarrollo (FDD) con vistas a lograr una recuperación y resiliencia de la economía en el futuro.
El evento reúne a jefes de Estado y de Gobierno, ministros y funcionarios de alto nivel. Considerará posibles soluciones sobre financiación para una recuperación de la COVID-19 y con vistas al desarrollo sostenible de aquí a 2030.
En el informe ‘Financiar la recuperación y construir la economía del futuro’, la CSI reclama que un Nuevo Contrato Social y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) figuren como elementos centrales en la planificación económica post-pandemia, con:
- inversión en creación de empleo;
- empleos respetuosos con el clima;
- ampliar la protección social universal; y
- apoyar el papel de los interlocutores sociales para conformar medidas sostenibles para la recuperación y la resiliencia.
Empleos decentes, respetuosos con el clima
Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, declaró: “El apoyo al empleo debería seguir revirtiendo las consecuencias económicas y sociales de la crisis hasta que se derrote la pandemia.
“Necesitamos un acceso universal a pruebas, tratamiento y vacunas. Necesitamos estrategias y políticas públicas que garanticen la creación de empleos decentes y respetuosos con el clima, acompañados de medidas justas de transición con el fin de garantizar que nadie se quede atrás en los procesos de transformación industrial”.
Las medidas de recuperación y resiliencia deberían financiarse mediante:
- el alivio de la deuda y el aumento de la ayuda pública para el desarrollo destinada a los países en desarrollo, que les permita gestionar las respuestas a las crisis;
- esfuerzos de movilización de recursos a través de una fiscalidad progresiva a nivel nacional, que se complemente con el fortalecimiento de la cooperación internacional para poner fin a la evasión fiscal y los flujos financieros ilícitos, tales como un piso impositivo mínimo para todas las corporaciones empresariales, un impuesto sobre los multimillonarios o sobre el patrimonio y una tasa sobre las transacciones financieras.
“La respuesta a la crisis ha de apoyarse en la implicación de los interlocutores sociales para recobrar la confianza en las instituciones y contribuir a establecer políticas equitativas.
Necesitamos un nuevo modelo de gobernanza mundial para corregir los actuales desequilibrios de poder y la desigual distribución de riqueza a nivel internacional. Un sistema multilateral realmente inclusivo, donde se tenga en cuenta a los interlocutores sociales y éstos tengan voz, podría marcar la diferencia y allanar el camino hacia la resiliencia global”, añadió Sharan Burrow.